Pasar al contenido principal

ES / EN

Álvaro Uribe y su afan de volver al poder
Jue, 01/12/2016 - 09:21

José E. Mosquera

La interconexión eléctrica Colombia-Centroamérica
José E. Mosquera

José E. Mosquera es periodista y escritor colombiano. Es columnista de los diarios El Tiempo, El Espectador, Portafolio, El Colombiano, El Mundo, La República, La Patria, El Liberal, El Universal y La Tarde (Colombia), La Nación (Costa Rica), La Prensa, La Estrella de Panamá y El Panamá América (Panamá), El Heraldo (Honduras), Tal Cual (Venezuela) y El Nuevo Diario (República Dominicana), entre otras publicaciones nacionales y extranjera.

La frase célebre "la ignorancia y el oscurantismo, en todos los tiempos, han producido rebaños de esclavos para las tiranías", del legendario revolucionario mexicano Emiliano Zapata, le cae como anillo al dedo a gran parte de la militancia del Centro Democrático (CD) de Colombia, que carcomida por las secuelas del odio de la guerra, cabalga al ritmo de la sed de venganza y de las artimañas de las poderosa maquinaria de manipulación mediática del ex presidente Álvaro Uribe.

Es asombrosa la capacidad de manipulación que ha estructurado el ex presidente Uribe en su afan de volver al poder. Antes de la votación del plebiscito, su consigna fue que el Congreso de la República era el escenario natural para la refrendación del acuerdo de paz y no el plebiscito. Fueron cascadas de críticas que esgrimió en contra del gobierno. Entre tantas, consideró que la inversión en el plebiscito era exagerada para un país con graves problemas económicos como Colombia. En aquella coyuntura, el senador Uribe dijo que "el gobierno tenía afán de aprobar el plebiscito para gastar más, contraer más deuda, arriesgar la regla fiscal y la estabilidad de la economía". Lo acusó de hacer un plebiscito "apoyado en los fusiles del terrorismo y la intimidación a los servidores públicos y a los civiles".

Expuso que tenía argumentos sólidos para demostrar que el acto legislativo, mediante el cual se aprobó el plebiscito, violaba la Constitución. De hecho, lo calificó de ilegítimo. Su argumento lo sustento en que "no veía razón para que la Corte declarara inconstitucional la trampa, porque el gobierno sabe ajustar sus trampas a la ley (...)". De manera que en aquel momento, para el Centro Democrático, a pesar de que la Corte declaraba constitucional el plebiscito, era ilegítimo.

El CD calificó además al gobierno de tramposo y armó una aceitada y poderosa estrategia de comunicación para engañar a los electores y deslegitimar los comicios con la difusión del rumor de que se cocinaba un monstruoso fraude electoral. Hasta el punto que, faltando cuatro días para las elecciones, el ex candidato presidencial del CD, Óscar Iván Zuluaga, denunció que no había confiabilidad en el sistema de la Registraduría para afrontar las votaciones.

Ganaron el plebiscito y cambiaron de postura. Los mecanismos que antes del plebiscito fueron calificados de dañinos para la democracia, actualmente son los más idóneos para consolidar la democracia y la participación popular. Ahora que el gobierno llevó el texto del nuevo acuerdo de paz al Congreso de la República para su refrendación, abogan por la celebración de un nuevo plebiscito y no les parece ni costoso, ni derrochador. Su desparpajo es tan grande que actualmente el Congreso de la República no es el escenario legítimo para la refrendación del nuevo acuerdo de paz. De allí que han enfilado baterías con una campaña para deslegitimarlo con la populista propuesta despalomada de su revocatoria.

Su estrategia es buscar mecanismos populistas y engañosos para dilatar y empantanar la implementación del nuevo acuerdo. Sus maniobras son tan evidente que han propuesto la recolección de firmas para realizar un plebiscito, mecanismo que para ser aprobado tiene que contar con las mayorías en el Parlamento, donde no tienen la fuerza política decisoria para su aprobación. Sus objetivos son los de engañar y confundir a la opinión pública.

El ministro del interior, Juan Fernando Cristo, dijo que los sectores más radicales del No llegaron a la última reunión con propuestas diferentes a las que plantearon inicialmente; desconocieron los avances y al ver que ni siquiera reconocían los esfuerzos del gobierno y las FARC, "concluimos que a ellos ningún acuerdo les iba a gustar". En conclusión: la mayoría de los líderes del No, con el ex presidente y senador Álvaro Uribe a la cabeza, no le apostaron a avanzar en un proceso de entendimiento con el gobierno en la consolidación de un nuevo proceso de paz, sino a hacer una oposición sistemática como estategía política para volver al poder.

Países