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Brasil: ¿más sorpresas en el camino?
Vie, 10/10/2014 - 11:08

Juan Carlos Hidalgo

La Marina estadounidense en aguas costarricenses
Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo es analista de políticas públicas sobre América Latina en el Cato Institute. Escribe frecuentemente sobre temas de actualidad y sus artículos han sido publicados en los principales periódicos latinoamericanos como La Nación (Argentina), El Tiempo (Colombia), El Universal (México) y El Comercio (Perú). También ha sido entrevistado en medios internacionales como BBC News, Al Jazeera, CNN en Español, Univisión, Telemundo, Voice of America, Bloomberg TV, entre otros. Se graduó en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Costa Rica y sacó su maestría en Comercio y Política Pública Internacional en George Mason University.

El primer capítulo de la elección presidencial de Brasil fue una montaña rusa: partió con la desmoralizadora salida del país del Mundial de Fútbol, luego su economía entró en recesión y los cargos de corrupción perjudicaron al gobernante Partido de los Trabajadores (PT). En agosto, Eduardo Campos, candidato socialista y estrella en ascenso, murió repentinamente. Su candidata a la vicepresidencia, Marina Silva, corrió en su cargo y experimentó un meteórico ascenso en las encuestas al punto de que hace dos semanas se pensó que derrotaría a Dilma Rousseff en una segunda vuelta. Pero el apoyo de Silva se vio perjudicado la semana pasada y finalmente el socialdemócrata Aécio Neves desafiará a la presidenta en tres semanas.

Es difícil llegar a los factores precisos tras el resultado o predecir qué ocurrirá después. Pero acá van mis impresiones.

El desempeño de Dilma. La presidenta recibió 42% de los votos, lo cual en principio parece débil para una presidenta en el cargo. Pero no parece tan malo al considerar su falta de carisma, las malas cifras económicas y los cargos de corrupción alrededor del PT. Aun así, terminó primera, siete puntos por delante de Neves. Sin duda, el PT ha construido una fuerte base de electores alrededor de millones de brasileños que reciben subsidios del gobierno. Doce años en el poder han ayudado al PT a crear una máquina electoral formidable.

El regreso de Neves. En la última semana las encuestas mostraron que Aécio Neves terminaría segundo. Pero su fuerte desempeño (13 puntos por encima de Silva) tomó a todos por sorpresa. Neves lo hizo bastante bien en los últimos debates y la mayoría de los ataques del PT en las últimas semanas se enfocaron en Silva. ¿Puede contar con la mayoría de los votos de Marina para el balotaje? No necesariamente. Gran parte de su apoyo vino de votantes cansados de políticos tradicionales, como Neves. Más aún, el candidato del PSDB es un blanco mucho más fácil para los ataques del PT en comparación con Marina, cuyo humilde pasado les hizo difícil retratarla como una neoliberal sin corazón. Neves pertenece al partido responsable por las reformas de mediados de los ’90 que, aunque fueron exitosas en llevar estabilidad a Brasil, no son muy bien recordadas por muchos brasileños.

El auge y caída de Marina. Recibió 19% de apoyo en la elección presidencial en 2010. Este año se unió a la fórmula de Eduardo Campos, y ocupó su lugar tras su muerte en agosto. Inmediatamente se disparó en las encuestas. Pero los brasileños comenzaron a cambiar de opinión: carecía de un equipo experimentado e incluso de un partido propio. El PT la acusó de planificar recortes a los programas sociales. Aunque se presentó como carta de la diversidad, su fe evangélica la llevó a adoptar posiciones conservadoras sobre el matrimonio homosexual, el aborto y las drogas que la alejaron de algunos posibles votantes. Aún así, su presencia en la campaña fue positiva, particularmente porque representó un segmento del electorado aburrido de la corrupción y se apropió de algunas ideas de libre mercado.

Será algo ideológico. Un observador externo percibiría una falta de opiniones electorales de centro derecha en Brasil. Sin embargo, la plataforma de Neves llama abiertamente a reducir el alcance de la intervención del gobierno en la economía: recortar gasto e impuestos, buscar acuerdos de comercio bilaterales fuera del Mercosur, dar más independencia al banco central, etc. Esas son algunas de las reformas que Brasil necesita para reimpulsar su economía. Pero también entregarán munición a la presidenta Rousseff, quien tratará de retratar a Neves como el enemigo de los pobres. Dependerá de las habilidades políticas de Neves enfrentar esos cargos.

La campaña por el balotaje empieza con el impulso de Neves, pero tres semanas son una eternidad en la política brasileña.

*Esta columna fue publicada originalmente en el centro de estudios públicos ElCato.org.

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