Pasar al contenido principal

ES / EN

Colombia se prepara para la ampliación del Canal de Panamá
Jue, 20/08/2015 - 08:55

José Roberto Concha

Dos años del TLC entre Colombia y Chile
José Roberto Concha

José Roberto Concha es el director del Consultorio de Comercio Exterior (Icecomex)  y jefe del departamento de mercadeo y negocios internacionales de la universidad Icesi (Colombia). Con un Master of Management y un Phd en Mercadeo de Tulane University en New Orleans, Estados Unidos. Trabajó durante 13 años como gerente de mercadeo en Miles Laboratorios y en Sucromiles, y por 16 años se desempeñó como gerente general de empresas del país y del exterior como Comolsa, Valores en Carvajal S.A., Offsetec en Quito, Ecuador y Zona franca Palmaseca. Dicta cátedras en negocios internacionales y mercadeo en la Universidad Icesi y dicta cursos en estas materias en Ecuador y Bolivia en los MBA de Espol y de la Universidad Católica, respectivamente.

El pasado 11 de junio comenzaron a llenarse las nuevas esclusas del lado Atlántico del Canal de Panamá como parte del proceso de ampliación que empezó en 2007. El objetivo de esta expansión es permitir el tránsito de buques Post-Panamax, los cuales pueden transportar hasta 14.000 TEUs (contenedores de 20 pies), y transportar el triple de la carga actual. Se planea que el canal ampliado comience operaciones en abril de 2016, ¿estarán los puertos colombianos preparados para este aumento en el volumen de carga?

Y es que ante el inminente avance del tamaño de los buques, se hace necesario ampliar y profundizar las vías náuticas, mejorar la seguridad, y ampliar las zonas de fondeo y los muelles de atraque en los terminales portuarios. Actualmente, un buque Panamax tiene alrededor de 294 metros de eslora (largo), 32 metros de manga (ancho), 58 metros de altura y 12 metros de calado (la parte bajo el agua). Con la ampliación se prevé el tránsito de 48 barcos diarios de más de 400 metros de eslora, 50 de manga y 15 metros de calado.

Los beneficios de la ampliación son inmensos, el volumen de carga aumentará en la región lo que puede traducirse en mayor comercio para nuestro país. El paso de naves de mayor tamaño se traduce en la disminución de costos y tiempos de tránsito ya que se requieren menos paradas. Los directivos de los puertos son conscientes de esto por lo que Cartagena, Barranquilla y Buenaventura ya comenzaron obras de modernización con inversiones por más de $70.000 millones.

En Barranquilla, el puerto pasará de 150 a 518 metros de ancho después de los trabajos de dragado y relimpia en la zona marítima al canal de acceso. La Sociedad Portuaria Regional de Santa Marta adquirió lo que será la bodega refrigerada más grande del país para el manejo de carga que necesita cadena de frío para frutas, verduras, alimentos perecederos, entre otros.

En Buenaventura, además de las labores de dragado se prepara con la instalación de 380 cámaras de seguridad; la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura inició la construcción de algunas bodegas y la compra de dos nuevos escáneres para inspección de carga, por otro lado la Terminal de Contenedores de Buenaventura (TCBuen) duplicará su capacidad de mover contenedores.

En cuanto a puertos nuevos, se espera que para 2016 entre en operación el puerto de Aguadulce, que se convertirá en la quinta terminal de Buenaventura, y tendrá 600 metros de largo. En Barranquilla ya comenzó la construcción del puerto de aguas profundas de Bocas de Ceniza.

En marzo del mismo año se dará inicio a la construcción de un puerto cerca al municipio de Turbo con recursos privados que ascienden a los USD 400 millones y se llamará Puerto Antioquia. Tendrá capacidad para mover 7.5 millones de toneladas de carga multipropósito; contará con una profundidad de 14 metros, 1.600 metros de muelle, cuatro posiciones de atraque y permitirá el arribo de buques con carga de hasta 10.000 TEUs.

Es notorio el interés de los puertos colombianos en mejorar su infraestructura y estar a la vanguardia del comercio internacional. Sin embargo, existen otros problemas estructurales como las tarifas por manejo de cargas y la conectividad entre los puertos y el resto del territorio nacional (red de carreteras), que no permiten aprovechar al máximo las oportunidades que brindan nuestra ubicación geográfica, la cercanía al Canal de Panamá y la demanda creciente que genera la Alianza del Pacífico.