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Corea del Norte, entre la fisión y la fusión nuclear: ¡un problema para el mundo!
Vie, 29/01/2016 - 09:06

Rodrigo Álvarez

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Rodrigo Álvarez

Rodrigo Álvarez es Académico-Investigador Escuela de Periodismo de la Universidad Mayor, Coordinador e Investigador del Programa-Centro de Estudios Coreanos Chile de IDEA y Profesor de la Carrera de Periodismo de las Universidad de Santiago de Chile. Es Doctor en Estudios Latino Americanos, mención Relaciones Internacionales; Master of Arts en Economía Política Internacional por la Universidad de Tsukuba (Japón) y IVLP por el The United States Department of State Bureau of Educational and Culture Affairs. Además, es Periodista y Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Diego Portales (Chile). Es miembro del Nuclear Security Governance Expert Group (NSGEG), del Fissile material Working Gruop (FMWG) y de la Red de Seguridad de América Latina (Resdal).

El 06 de enero de este año Corea del Norte realizó su cuarta prueba nuclear (2006, 2009, 2013 y 2016). Sin embargo, el sistema internacional en general y Asia en particular enfrentan un gran desafío: determinar la característica de la misma. Es decir, ésta fue la cuarta de una serie de detonaciones de fisión o la primera de fusión. La tensión deriva del anuncio realizado por los norcoreanos al sostener que esta fue una exitosa explosión de su primera Bomba de Hidrógeno. Todo indica que esta no fue una prueba de fusión.  

Corea del Norte inició su investigación nuclear a comienzos de la década de los 50. Efectivamente, en 1952 creó, en el contexto de su Academia de Ciencias, el Instituto de Investigación de Energía Atómica. Sin embargo, su proyecto no tendría real proyección sino hasta fines de la década, cuando los norcoreanos firmaron un acuerdo con la Unión Soviética para lo que, entonces, fue definido como investigación para el uso pacífico de la energía nuclear.

La verdad es que la finalidad anunciada nunca tuvo el objetivo declarado. Por el contrario, Corea del Norte vio siempre esta investigación como parte de un proyecto mayor: un Programa Nuclear Militar. En la primera mitad de la década de los 60 se consolidó la relación con la Unión Soviética, lo que con la asistencia técnica prometida permitió la construcción del Centro de Investigación Nuclear de Yongbyon.

Desde entonces, tensionando a la arquitectura nuclear de la sociedad internacional, Corea del Norte ha estado avanzando y desarrollando lo que se define como un programa atómico nativo.

En la década de los 70, amplió el uso del reactor nuclear que había sido inaugurado en Yongbyon y adquirió tecnología para el reprocesamiento de plutonio. En la década de los 80 -si bien exploraciones y estudios ya se habían realizado desde comienzos de los 60, comenzó a extraer uranio desde su territorio. También desarrolló capacidades técnicas para la producción de combustible nuclear, diseño y construyó el Reactor de 5MWe en Yongbyon y trató de adquirir la tecnología para un reactor de Agua Liviana. Todo esto, complejizando el escenario regional y global, ha ido acompañado por el desarrollo de su programa de misiles.

Así, a mediados de los 60, impulsó a partir de la Academia Militar Hamhung el desarrollo nacional de un programa de misiles balísticos. Habiendo recibido, al parecer de Egipto a mediados de los 60, un misil soviético Scud, Corea del Norte –en 1984, produjo y probó su primera versión del Hwasong-5. Desde entonces, desarrolló los misiles Nodong, Taepodong-1, Musudan y Taepodong-2. Esto permitió pasar desde los 300 kilómetros de alcance a un rango de entre 6.000 y 9.000 kilómetros. Si bien estaría hoy trabajando en una versión sobre los 10.000 kilómetros (Teopodong-3), existen dudas de la real eficiencia de estos misiles. Corea del Norte poseería misiles intercontinentales, así como de mediano y corto alcance.         

Desde esta perspectiva y habiendo pasado ya casi un mes desde su último ensayo nuclear, no cabe duda que es un grave peligro para la estabilidad de Asia y del sistema internacional la posibilidad latente de que el Programa Nuclear de Corea del Norte se expanda hasta alcanzar la capacidad de acceder a la tecnología necesaria para una Bomba de Hidrógeno. Las razones de lo peligroso de esta situación son tres: (1) su situación política; (2) los problemas de su económica y (3) su desconexión con la sociedad internacional y, en especial, con su ausencia del Tratado de No-proliferación y Desarme (TNP).

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