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El amor en los tiempos del chat
Lun, 09/11/2015 - 08:49

Oswaldo Morales

Cultura organizacional y liderazgo en empresas familiares latinoamericanas
Oswaldo Morales

Profesor del área de Administración, Universidad ESAN. PhD en Estudios Internacionales, Graduate School of Asia Pacific Studies, Universidad de Waseda (Japón). MBA ESAN (Perú), Maestría en Economía y Regulación de los Servicios Públicos, Universidad de Barcelona (España) y estudios de Maestría en Derecho Empresarial, Universidad de Lima (Perú). Es abogado además de esta última casa de estudios. Sus artículos han aparecido en revistas como Business, Anda News, Links Japan Perú, Diario El Comercio, Diario Gestión, entre otros.

"Fue el año del enamoramiento encarnizado. Ni el uno ni el otro tenían vida para nada distinto de pensar en el otro, para soñar con el otro, para esperar las cartas con tanta ansiedad como las contestaban. Nunca en aquella primavera de delirio, ni en el año siguiente, tuvieron ocasión de comunicarse de viva voz. Más aún: desde que se vieron por primera vez hasta que él le reiteró su determinación medio siglo más tarde, no habían tenido nunca una oportunidad de verse a solas ni de hablar de su amor. Pero en los primeros tres meses no pasó un solo día sin que se escribieran, y en cierta época hasta dos veces diarias, hasta que la tía Escolástica se asustó con la voracidad de la hoguera que ella misma había ayudado a encender"

("El amor en los tiempos del cólera", Gabriel García Márquez)

El otro día encontré a mi sobrina adolescente hipnotizada frente a la pantalla de la computadora. Estaba sentada con una sonrisa de oreja a oreja escribiendo mensajes y sus ojos reflejaban que algo importante estaba ocurriendo. Con curiosidad me preguntaba qué podría causar su alegría, pero no quise interrumpirla así que encontré la respuesta en mi otro sobrino: tío, me dijo, lo que pasa es que un chico se le ha declarado por Facebook y ya son enamorados.

En ese momento me puse a pensar qué diferente se expresa el amor entre los jóvenes en nuestros días.  Las formas han variado mucho y la tecnología ha reacondicionado un nuevo contexto donde los enamorados se expresan libremente, pero también aparentemente de forma más distante. Recordé con nostalgia que hace algunas décadas atrás era un joven tímido que cuando le gustaba una chica tenía que armarse de valor para poder acercarse a hablar con ella y sentía en el estómago unas sensaciones raras entre temor y emoción de tener que afrontar tamaña proeza. Era algo así como tener que salir a exponer en el colegio frente a todo el salón, pero con el añadido de la emoción que domina al enamorado.

En esa época no existían celulares ni mensajes de texto y mucho menos Facebook, así que si lograbas obtener el teléfono de la chica que te gustaba tenías que pasar por el rito de llamarla del teléfono fijo de la casa esperando que no hubiesen moros en la costa o hacerte el serio cuando llamabas y contestaba la mamá o peor aún el papá de la chica. Cuántas veces tuve que colgar al escuchar la voz grave de su papá que espantaba a cualquiera.

En mi época todavía seguían vigentes las cartas de amor y a las chicas parecía gustarles. Recuerdo que uno se inspiraba escribiendo y no faltaba algún avispado que se las daba de poeta y se conseguía un buen libro de poemas de Neruda u otro autor romántico. Si hasta negocios de elaboración de cartas de amor hacían algunos compañeros del colegio. En esa época no teníamos la facilidad del acceso a internet que en un simple clic te muestra las frases románticas de los mejores escritores. En algunos casos no faltaba una amiga o amigo que te ayudaba entregando la carta bien doblada y que a veces estaba acompañada con su peluche económico. No faltaban los amigos que literalmente "te hacían el bajo", que traducido significa que hacían de Cupido y te presentaban a la chica que te gustaba.

Qué tiempos aquellos de música romántica cuando uno perdía la cabeza por amor y siempre con los mejores cassettes del momento. También habían emisoras de radio que la gente escuchaba y uno estaba dubitativo en su casa tratando de darse valor para invitar a salir a la chica y "caerle" porque era roche que te chotearan y peor si los patas del barrio se enteraban.

Hoy en día las cosas han cambiado y un enamorado puede enviar "un WhatsApp" a la chica que le gusta o enviarle una invitación al Facebook y ella si quiere lo ignora o lo acepta como amigo, pero si no contesta no hay drama y el enamorado salvó su dignidad de tener que acercarse a la chica y que lo choteen en vivo. Hoy no necesitas juntar toda tu propina e ingeniártelas para decidir a invitar a la chica  a pasear con tu bajo presupuesto de estudiante; basta con conectarse cada uno desde su casa y chatear en la privacidad de tu cuarto usando tu smartphone. Pero sin duda los jóvenes de hoy nunca van a poder disfrutar de la sensación de estar en una fiesta esperando que pongan "una lenta" (canción romántica que se bailaba pegadito) para sacar a bailar a la chica que te gustaba.

Hoy si alguien escribe una carta de amor y la envía a la enamorada vía e-mail, lo más probable es que la chica lo catalogue de "monse" y aburrido. Si gustas de lo romántico puedes enviarle un mensajito a su chat con un emoticón romántico, esos de cara redondita y amarillos, aunque también los hay más sofisticados, que te ahorran tener que comprar el peluche.

Estamos en la época del amor en el tiempo del chat y aunque el sentimiento sigue siendo el mismo, las formas de expresarse han variado. La tecnología le da una nueva forma de expresarse a las emociones humanas y debemos aprender a convivir con ella.

Yo, mientras acababa de escribir estas líneas, acabo de enviarle un corazoncito a mi esposa vía Whatsapp y ella me acaba de enviar cuatro besos por el mismo medio.

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