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El cine y las crisis económicas
Mar, 01/12/2015 - 12:53

Karelys Abarca

Los controles de precios, miles de años de desatinos
Karelys Abarca

Karelys Abarca es Economista, egresada de la Universidad Central de Venezuela, y Profesora-Investigadora en la Facultad de Economía de esta casa de estudios. Ha sido dos veces Premio Nacional Alberto Adriani, galardón otorgado por el Banco Central de Venezuela y la Fundación Alberto Adriani. Twitter: @karelitabarca

Una de las cosas que más disfruto en la vida y que resulta ser una actividad de bajo costo, es ir al cine. Creo que ver una película en casa no puede compararse al ritual de ir al cine, que comienza cuando escogemos la película, nos vestimos para ir al lugar, compramos las entradas, en taquilla o Internet, y nos sentamos expectantes a ver la publicidad en la gran pantalla, preguntándonos, ¿cómo será esta película, buena o mala?. Especialmente ir al cine, es una experiencia idónea para olvidarse de los problemas cotidianos de nuestras vidas e insertarnos en mundos mágicos o en otras realidades.

Y es que el cine no es un espacio para ir a ver películas, es un fenómeno más complejo, es una industria millonaria y también es un arte, ¡el séptimo arte!.  La historia del cine está llena de precursores, por ejemplo, no pudo haber nacido el cine sin la invención de la fotografía, puesto que un film o cinta, es una sucesión de fotografías proyectadas por un cinematógrafo. De hecho, ¿sabían que la palabra cine en antiguo griego, significa “movimiento”?. Por eso hablamos también de arte cinético en la escultura, por eso aseguramos que la definición más simple de cine es de fotografía en movimiento.

Pero para llegar a dar movimiento a imágenes fotográficas y que se lograran las primeras películas, debieron pasar más de cien años. A fines del siglo diecinueve, época de crisis económicas, los precursores de la cinematografía, bien fuese en Estados Unidos o Francia, habían realizado notables adelantos tecnológicos que permitieron filmar las primeras películas, que al principio sólo fueron escenas tomadas al natural. Ya en 1902, el cine entregaba películas con argumento, pero mudas.

Para la mayoría, el origen del cine se remonta al 28 de diciembre de 1895, cuando los hermanos Lumière proyectaron imágenes en movimiento frente a una audiencia, con temas como obreros saliendo de una fábrica, una persona regando un jardín, o las olas rompiendo en la orilla. El cortometraje más impresionante que mostraron fue el de un tren del correo avanzando hacia el espectador, lo que producía gran conmoción en el público… ¡Imaginen lo que pudieron haber sentido estas personas! Sería casi una experiencia en 3D. 

Sin embargo ese aparato capaz de proyectar imágenes animadas y hacer posible el principio tecnológico del séptimo arte, apareció simultáneamente en varios países,  por esta razón es que en cada país existe un inventor para el séptimo arte… Se trata por supuesto, del cinematógrafo. 

Los inventores mundialmente aceptados del cinematógrafo fueron los Lumière. No obstante, para los Estados Unidos hubo un creador del cine y fue Thomas Alva Edison, quien en 1891 lo patentó con otro nombre, el “kinetoscopio”. Casualmente este invento se realizó durante una época de crisis económica en Norteamérica, momento que describe magníficamente Lyman Frank Baum en el “Mago de Oz, y poco después de la crisis económica mundial en 1873; por lo que podríamos afirmar que el cine se convirtió en una de esas maravillas que originan las crisis económicas.

El cinematógrafo llegó a Venezuela en 1897, muy poco después de la primera proyección de los Lumière, por lo que Venezuela fue pionera de este arte en Latinoamérica. Obviamente las primeras películas eran mudas, los actores realizaban su acción sin poder ser escuchados. Pero se necesitaría de otra crisis económica para cambiar esa limitación.

Desde la aparición del cinematógrafo se había intentado incluir el sonido en las películas, pero fue a finales de los años veinte que el cine sonoro hizo su triunfal aparición. Entre 1909 y 1912 Estados Unidos, controlaba  casi todos los aspectos de la multimillonaria industria del cine. Pero en 1929, durante la gran crisis financiera que comenzó en la bolsa de Nueva York, se hizo necesario reinventar el séptimo arte para atraer al público que había abandonado las salas de cine…  Fue así como el cine mudo consiguió hablar, lo que significó la muerte artística y la quiebra financiera de actores y actrices que jamás habían hablado en una película; como puede verse en la película “El artista” de Michel Hazanavius.

La crisis de 1929, provocó que los productores realizaran una invención tecnológica que transformó al cine, de mudo a sonoro, con la idea de atraer a los espectadores que habían abandonado las salas de cine. Como podemos observar, las crisis están directamente correlacionadas con la creatividad, mientras mayor es la crisis económica, más profundo es el despertar del ingenio creativo de las sociedades, como única salida posible para superar los problemas. Los problemas se resuelven con ingenio.

Si bien el cine fue hijo de la crisis, representa en la actualidad una industria inelástica a las crisis económicas mundiales. En la última crisis financiera que se inició en Nueva York y todas las bolsas del mundo en el 2008, la industria del cine salió ilesa. La invención tecnológica que soporta los efectos especiales y la calidad de las películas, se ha incrementado vertiginosamente. 

En Venezuela, en un período crítico de la economía como el que vivimos, la producción cinematográfica nacional está atravesando un auge creativo digno de estudiarse. Adicionalmente, las salas de cine siguen representando una atracción cultural de bajo costo, que mantienen la demanda de boletos creciente. Sin duda las crisis económicas y recesiones en los países, provocan olas de creatividad e innovación que les permiten recuperarse por infinitas vías, algunas inimaginables…

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