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El fabuloso país de las coincidencias
Lun, 28/09/2015 - 08:22

Alfonso Reece

‘¿Cuándo se jodió el Perú?’
Alfonso Reece

Alfonso Reece es ecuatoriano, y se ha desempeñado como escritor y periodista. Posee estudios de Derecho y Sociología en la Universidad Católica del Ecuador. Como periodista se ha desempeñado en los canales de televisión Ecuavisa y Teleamazonas, mientras que en prensa escrita ha colaborado en las principales revistas de su país, como 15 Días, Vistazo, SoHo, Mango y Mundo Diners. Actualmente es columnista en el diario El Universo (Guayaquil, Ecuador).

Si erupciona un volcán y después llueve ceniza, no son dos hechos unidos por relaciones de causalidad, es simple coincidencia. Los que crean lo contrario adscriben al determinismo, una desacreditada escuela filosófica que considera que las cosas suceden porque hay una cadena de causas que las provocan.

¡Visón neoliberal, burguesa, sufridora! Un ciudadano X inclina hacia abajo el pulgar al paso de la caravana presidencial. Lateralmente digamos que ese no es un símbolo obsceno ni insultante, es una muestra de rechazo que cualquier persona tiene el legítimo derecho de hacerla. Bueno, por pura coincidencia, entiéndalo bien, a los pocos segundos un par de enmascarados, en una motocicleta sin placas, se acercan a pedirle identificación y a interrogarle si “tiene algún inconveniente” con el primer mandatario. Solo los cipayos, pelucones y partidócratas pueden ver relación causal entre el paso de la majestuosa caravana y la aparición mágica de enmascarados muy preocupados de la credibilidad presidencial... ¡Lo que está bienff, porque es el mayor tesoro que tiene el país!

Una señora de 85 años recibe la visita de agentes antinarcóticos muy educados, quienes le informan que van a inspeccionar su propiedad porque los vecinos no pueden dormir, según una denuncia anónima, por el olor de una plantación de marihuana. La marihuana ordinaria huele cuando se quema o cuando se la restriega en los dedos, pero usted puede pasar pisando esa hierba de variedad ordinaria que no olerá absolutamente nada. Pero esta variedad “fina” tiene tanto aroma que impide el sueño de todo el barrio. Después de constatar que no existe tal plantación de cannabis de pedigree, los corteses agentes se retiran pidiendo disculpas. Un determinista cavernario y reaccionario dirá que no es coincidencia que la provecta dama sea la madre de un periodista, conocido por crítico con el Gobierno, y que se la trató de intimidar con la disparatada “denuncia” de la hierba fina. Nada de eso, aquí no se quiere amedrentar a nadie, porque todos amamos sin necesidad de publicidad ni amenaza a nuestra revolución benefactora.

Una señora es agredida por tres personas que la acusan de ser “robamaridos”. Le propinan una paliza. Cosas así ocurren todos los días en este país ligero de cascos, ¿cuál es el problema? Si piensa que la tunda tiene con ver con que la agredida es una legisladora de oposición, es porque usted es una bestia salvaje o un gordo horroroso que le está buscando la quinta pata al gato.

Solo un determinista infantil y proyanqui puede relacionar los tres hechos y decir que son muestra del endurecimiento de un Gobierno asustado por una crisis económica y política que no sabe cómo manejar. Esas apreciaciones son propias de la prensa corrupta, de los que añoran el viejo país, de los que creen que como se acabó la plata se va a recurrir al palo y desconfían de la creatividad de los jaguares de la patria grande que todos los días hacen milagros ecuatorianos con infinito amor.

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