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El jazz y la experimentación en los negocios
Jue, 28/05/2015 - 15:15

Esther Clark

¿Qué tienen en común la pesca y los negocios?
Esther Clark

Esther Clark es consultora internacional con experiencia en temas de estrategia y corporate governance. Su empresa, Hipona Consulting, trabaja con clientes en América Latina, EE.UU., Canada y la UE.

Miles Davis decía que si no está cometiendo un error, es un error. Tal vez lo que quería decir con esta frase es que hay que arriesgar lo seguro, lo practicado y lo hábil para abrir paso a la creación de algo nuevo e innovador. El música del jazz es un campo fértil para la experimentación y para diseñar con intencionalidad por la serendipia -que es el descubrimiento inesperado y el hallazgo fortuito- en nuestras organizaciones.

La canción "Take Five", creada por Paul Desmond e interpretada por Dave Brubeck y su homónimo cuarteto, logró una aceptación comercial espectacular en muchos países debido a varios factores, incluyendo el empleo de un compás inusual de 5/4, inspiración para el nombre de la canción "toma cinco" en español.

Escuchando nuevamente este tema, me vino la idea del jazz "mindset" o modelo mental aplicado a los negocios. Las habilidades que se practican con la experimentación musical son habilidades que también se necesitan en nuestras organizaciones modernas.

En el jazz existe un equilibrio entre restricciones y libertad; se puede decir que la autonomía es guiada porque existe la capacidad de pensar e interpretar de forma diferente dentro de ciertos parámetros.

Hay puntos donde uno puede escoger su acción, sus "notas" y su interpretación de la puntuación musical sin que las reglas estorben y que las decisiones sean rutinarias y mediocres. Para lograr este equilibrio, en las organizaciones no se busca siempre el consenso, sino una cultura donde la mejor idea gana -fomentando debate y experimentación dentro de la infraestructura de la empresa. Elon Musk, emprendedor y fundador de empresas como PayPal y Tesla Motors, se suscribe a esta filosofía.

El énfasis en el liderazgo a veces nos hace indiferentes a las pistas o señales de los demás, sin embargo, estudios hechos por varios grupos, incluido el Dr. Ram Charan, de Harvard Business School, dicen que la habilidad de escuchar es tan importante que la expresión, cuando se trata de un líder efectivo.

En el jazz, hay momentos para liderar y otros para seguir al líder. Los músicos reconocen cuando hay que acompañar a los otros miembros de su grupo y cuando es su momento para liderar o ser acompañados. Los mejores líderes en el mundo son estas personas que hacen que los demás suenen bien y muchas veces, no suelen ser los que salen en las noticias.

En ingles hablamos del "flow state" -un estado donde se siente que todo fluye y está en armonía con el ambiente y con el cambio mismo. Músicos de jazz dicen que el "flow state" es cuando la creatividad fluye de un esfuerzo colaborativo entre músicos que trabajan hacia el mismo objetivo; puede ser una realidad tanto en los negocios como en la música cuando se logran conexiones entre personas, funciones, entidades e ideas. Muchas veces las organizaciones no se dan cuenta de la importancia de las conexiones y las relaciones humanas: entre el cliente y la empresa, entre empleados y gerencia, entre proveedores y los compradores, etcétera. Ser conscientes de estas conexiones y relaciones humanas es una manera de asegurar un ritmo donde fluyen ideas y soluciones innovadoras.

Roger Martin, en su libro "The Opposable Mind", habla del pensamiento integrante y cómo los líderes más efectivos pueden contemplar dos ideas opuestas en su mente al mismo tiempo. Martin dice que estas ideas -provenientes de conexiones entre funciones o áreas distintas- ayudan a que la empresa este más conectada con el cambio y que sus productos y servicios sean relevantes para sus clientes en el corto y mediano plazo.

Dave Brubeck decía "hay una manera de jugar seguro, hay una manera de utilizar trucos, pero esta no es la forma en que me gusta jugar; me gusta jugar con el peligro. En él vas a tener la oportunidad de cometer errores con el fin de crear algo que no has creado antes". No es cuestión de buscar el fracaso, sino acoger la improvisación, la disonancia y el desorden que es el mundo de ahora.

El jazz -la improvisación, el equilibrio entre estructura y expresión, y las conexiones colaborativas- puede servir como un modelo mental que nos ayuda a desarrollar las habilidades más fructíferas e innovadores para liderar la organización moderna.

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