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El retorno sobre el capital invertido (ROIC), un indicador clave
Vie, 07/10/2016 - 10:06

Andrés Cardenal

Tres compañías tecnológicas con sólidos dividendos
Andrés Cardenal

Andres Cardenal es Analista de Sala de Inversión América.

El retorno sobre el capital invertido o ROIC, por sus siglas en inglés (Return On Invested Capital) es uno de los indicadores más importantes que podemos tener en cuenta a la hora de seleccionar acciones. ¿Qué es y cómo se interpreta este ratio?

Existen diferentes métodos para calcular el ROIC, y algunos analistas suelen aplicar consideraciones particulares a la hora de analizar los números del negocio. Sin embargo, el punto central es que se trata de una medición sobre la capacidad de la compañía para generar ganancias por cada dólar de capital invertido, lo cual incluye tanto el patrimonio de los accionistas como el endeudamiento financiero.

En su versión más tradicional, el índice ROIC se calcula tomando las ganancias operativas después de impuestos y dividiéndolas por el capital invertido. El ratio se expresa en forma de porcentaje, y entonces demuestra la rentabilidad de la empresa sobre el dinero que invierte.

El numerador en la ecuación, las ganancias operativas antes de impuestos, toma las ganancias que surgen exclusivamente de la operación del negocio; no se incluyen resultados por inversiones financieras ni cuestiones relacionadas con ganancias extraordinarias durante un período determinado. 

Se requiere una buena parte de análisis propio para determinar cuáles son los rubros de gastos e ingresos que deberían incluirse o no, ya que la ganancia operativa después de impuestos no se reporta habitualmente en los estados contables de las compañías. Esto implica un grado necesario de subjetividad, por lo cual es importante prestar atención a los supuestos detrás del cálculo ROIC para cada empresa.

En cuanto al monto del capital invertido, se toma generalmente el valor de los activos descontando algunos ítems puntuales, como por ejemplo el cash excedente en caso de que existiera, o las inversiones financieras. El objetivo de estos ajustes es que la medición de capital incorpore solamente aquellos rubros que son necesarios para la operación del negocio. 

Al calcular el ROIC se pretende que numerador y denominador sean coherentes entre sí. Ya que se consideran únicamente los resultados operativos del negocio en el numerador, las mediciones de capital incorporan también únicamente aquellos rubros que son necesarios desde el punto de vista operativo.

Como se observa, calcular el ratio ROIC es ampliamente más complejo que utilizar otras medidas de rentabilidad tradicionales, como retorno sobre patrimonio neto o retorno sobre activos. La principal dificultad radica en que la fórmula de ROIC requiere determinados ajustes y un grado considerable de subjetividad, ya que el analista debe decidir cuáles son los valores a descontar, tanto en el estado de resultados para calcular la ganancia operativa antes de impuestos como en el balance de la compañía para obtener el capital invertido.

Por otro lado, la contracara de esta mayor dificultad es que el ratio ROIC aporta mayor precisión y resulta en una medida más transparente de la rentabilidad del negocio. En definitiva, lo que nos más nos interesa saber como accionistas es el nivel de rentabilidad que la compañía puede generar en forma consistente en base a sus operaciones, y en este sentido el ratio ROIC es una herramienta enormemente valiosa.

Utilizando el ratio ROIC para la toma de decisiones. Resulta sencillo comprender que el ROIC tiene una incidencia positiva sobre el retorno del accionista. Asumiendo que todo lo demás se mantiene igual, el inversionista siempre deberá elegir las compañías con el ROIC más elevado, ya que se trata de negocios que cuentan con una capacidad superior para generar rentabilidad en base a su capital. De más está decir que mientras más rentable es el negocio, más valioso resulta el mismo para el inversor debido a su potencial para generar ganancias en base al capital invertido.

Teniendo esto en cuenta, los inversores generalmente comparan el ratio ROIC de una empresa con el de otras compañías en el mismo sector, así como también la evolución del ROIC en el tiempo para evaluar las tendencias en los niveles de rentabilidad del negocio.

Un punto central es poner mucha atención en a la sustentabilidad de los niveles de rentabilidad y lo que esto nos dice sobre la calidad del negocio. En general, para que una empresa logre sostener un ratio ROIC por encima del promedio de la industria debe contar con ventajas competitivas que la diferencien de la competencia, como por ejemplo una marca valiosa o ventajas de escala.

Algunas firmas en negocios como tecnología o medicamentos suelen generar elevados niveles de ROIC durante un período determinado. Con el paso del tiempo, la competencia desarrolla tecnologías similares, o se incrementa la presión competitiva cuando vencen las patentes de protección sobre los medicamentos. En estos casos, es habitual que se produzca un fuerte deterioro en los niveles de rentabilidad, lo cual generalmente viene acompañado de retornos negativos para los inversionistas en esta clase de empresas.

El ratio ROIC nos dice mucho sobre la calidad del negocio, sin embargo, al igual que sucede con otros indicadores financieros, resulta determinante comprender cuáles son las fuentes de esa rentabilidad y, por sobre todas las cosas, si la compañía está o no en condiciones de sostener su rentabilidad en el futuro.

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.