Fue hace ya unos meses cuando Roger Federer, considerado el mejor tenista de toda la historia, anunciaba por su cuenta de Twitter que disfrutaba por televisión del Masters de Golf comiendo palomitas de maíz. Sin embargo, su felicidad no estaba completa. El suizo, quien acostumbra comunicarse con sus fanáticos mediante emoticones, estas famosas caras humanas (o íconos) que representan emociones digitalmente, no podía completar su frase con este lenguaje, ¿por qué? No existía el emoticón que representara el popcorn. Ante eso, expresó públicamente en la red social: “#whyistherenopopcornemoji?” (Porquénohayemoticondepalomitas?). La respuesta a ese comentario no tardó en llegar; desde la misma cuenta @Emojipedia acusaron recibo y notificaron a Federer que el emoticon (o emoji) de popcorn ya estaba en la lista de candidatos para la próxima actualización.

Así fue como Roger Federer consiguió imponer un nuevo código de representación para este lenguaje. Se trata sólo de una pequeña muestra que da cuenta de lo extendido que está la comunicación con estRoger Federeros íconos. Algo que probablemente no concibió originalmente Scott E. Fahlman, profesor de la universidad de Carnegie Mellon, quien hace 33 años introducía por primera vez este tipo de comunicación computacional.

Hoy en día, los emoticones parecen haber cobrado más fuerza que nunca. Con la llegada de las redes sociales y las nuevas plataformas de comunicación tuvieron el primer impulso, hace unos años ya, pero cuando parecía que podrían empezar a decaer, los nuevos anuncios de Facebook y Twitter nos dan una luz de que esto va para largo.

La red social de Mark Zuckerberg acaba de anunciar la creación de 'Reactions', una extensión de su botón "me gusta" para que los usuarios de Facebook expresen otro tipo de emociones como sorpresa, enfado o tristeza. Naturalmente, mediante simpáticas "caritas". Esto viene a complementar y reforzar lo que ya ha estado haciendo con su aplicación de mensajería, Messenger, donde es posible incorporar una gran cantidad de emoticones a todos los mensajes.

La otra noticia que apareció esta semana relacionada con el mundo de los emojis (equivalente en japonés del emoticon) vino por parte de Twitter. Quizás en el marco de su estrategia por reencantar a los usuarios y revitalizar la red de microblogging, la compañía decidió habilitar emoticones de mayor tamaño y mucho más vistosos en sus mensajes directos. La idea pretende animar a que los tuiteros utilicen más la mensajería de Twitter como opción de chat. Como sea, los emojis asoman nuevamente como aliados claves para potenciar la comunicación en nuestros tiempos.

Y no son poca cosa, pues parece que así como lo expresó Roger Federer, varios son los usuarios y organizaciones que reclamarán constantemente una regulación o normativa de los mismos. Llamó la atención a nivel mundial hace meses cuando WhatsApp incorporó en su paleta de emojis la representación de otras razas. Basado en la escala Fitzpatrick, creada por Thomas B. Fitzpatrick, que divide en seis tipos de color la piel humana, hoy los usuarios pueden utilizar emojis con la etnia correspondiente, con varios tonos de piel, desde blancos a asiáticos.

Finalmente, otra perspectiva que parece augurar buen futuro para este lenguaje es la introducción de los dispositivos vestibles (wearables). Pulseras, relojes o cualquier otra prenda que utilicemos para conectarnos en el futuro cercano puede encontrar en los emoticones una respuesta eficiente a la hora de combatir la acotada visibilidad que ofrecen las pantallas de estos equipos.

Al parecer, los emoticones llegaron para quedarse. ¿No crees? : )