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Europa, entre la xenofobia y el racismo
Jue, 23/04/2015 - 14:25

José E. Mosquera

La interconexión eléctrica Colombia-Centroamérica
José E. Mosquera

José E. Mosquera es periodista y escritor colombiano. Es columnista de los diarios El Tiempo, El Espectador, Portafolio, El Colombiano, El Mundo, La República, La Patria, El Liberal, El Universal y La Tarde (Colombia), La Nación (Costa Rica), La Prensa, La Estrella de Panamá y El Panamá América (Panamá), El Heraldo (Honduras), Tal Cual (Venezuela) y El Nuevo Diario (República Dominicana), entre otras publicaciones nacionales y extranjera.

Existen tres grandes flujos migratorios en el mundo: de África a Europa, de América Latina a Estados Unidos y de Asia a Europa. Éste último se ha incrementado con el recrudecimiento de los conflictos en el Medio Oriente. El flujo de inmigrantes de América Latina por la porosa frontera mexicana a Estados Unidos se calcula entre 2,5 y 3 millones de indocumentados de diferentes nacionalidades que la cruzan anualmente buscando el sueño americano.

El drama de la inmigración ilegal no se detiene en el mundo. Es una industria criminal transnacional con diversidades de jerarquías que controlan rutas y trayectos. Es un negocio cruel, oscuro y clandestino que genera dividendos millonarios y crece a ritmos alarmantes en el mundo.

En el caso de Europa, además de la crisis económica, la inmigración ilegal es uno de los problemas políticos más críticos que afronta en la actualidad. Las permanentes tragedias de los inmigrantes africanos en la travesía del Mediterráneo, como la que acaba de ocurrir con la muerte de más de 700 subsaharianos en las costas de Libia, abre un debate duro y profundo sobre el tratamiento que está recibiendo el tema de la inmigración en Europa.

Un informe de la Comisión Europea contra el Racismo y la Xenofobia revela que los ajustes fiscales, como consecuencia de la crisis económica que se están implementando en los miembros de la Unión, están incrementando los niveles de rechazo hacia la población de inmigrantes. El informe concluye que la "inmigración es vista por los europeos como sinónimo de pobreza, inseguridad y como la causa de todos males que afectan a las sociedades europeas". En consecuencia, en la mayoría de los países han endurecido las leyes de la inmigración, tanto para la obtención de visado como para la regularización de la permanencia. Es claro que en la medida que se agudiza la crisis económica y crecen los descontentos sociales, aumentan los rechazos contra la población de inmigrantes. Un fenómeno que se refleja en el crecimiento de los guarismos electorales de los partidos políticos de la extrema derecha que se oponen a la inmigración.

En Europa, en la medida que crece el nivel de intolerancia racial, la xenofobia y el racismo se expanden como epidemia en las conciencias de los seguidores de los partidos políticos de ultraderecha. En las elecciones parlamentarias de la UE se evidenció el avance electoral de los partidos de ultraderecha que se oponen a la inmigración y a las minorías.

En Francia, Italia, Grecia, Holanda, Alemania y gran parte de Europa del Este los partidos de ultradererecha están ganando las elecciones a punto de propuestas de frenar la inmigración con el endurecimiento de las leyes. En Francia, el partido Frente Nacional de Marine Le Penn, logró en las elecciones la cuarta parte de los votos por sus propuestas de luchas contra la inmigración. Inclusive, el propio presidente Hollande expresó que en "Francia hay demasiados inmigrantes".

En Alemania, el Partido Nacional Democrático Alemán basa su plataforma política en una lucha frontal para frenar la inmigración. Igualmente acontece en Finlandia con el partido Los Finlandeses, que logró varios escaños en el Parlamento con su política racista. En Dinamarca, el partido Popular Danés, también plantea restricciones a los inmigrantes en la UE.

Lo mismo sucede en Holanda con el Partido de la Libertad, la tercera fuerza en el Parlamento que rechaza la presencia de musulmanes en su país. En Hungría, el partido Movimiento por una Hungría Mejor, y en Austria el Partido de la Libertad, también rechazan a la inmigración musulmana y africana.

En Italia, el partido de la Liga Norte se opone abiertamente a la inmigración africana y en Inglaterra sucede algo idéntico con el Partido de la Independencia. En Grecia, el partido político Amanecer Dorado se convirtió en la tercera fuerza política por sus propuestas en contra los inmigrantes con su lema: "Para que podamos librar a este país de la inmundicia".

En Europa la xenofobia ha llegado a tal punto, que los casos de Bulgaria y Rumania sirven para ilustrar cómo crece el racismo y la discriminación en el corazón de las instituciones de la UE: ambos países fueron admitidos como miembros de la UE, pero sus ciudadanos no pueden circular libremente por Europa.

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