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Eurovisión bajo la ley marcial
Jue, 23/03/2017 - 09:39

Andreas Brenner

Eurovisión y la batahola por el triunfo de la ucraniana Jamala
Andreas Brenner

Andreas Brenner es periodista de la redacción rusa de Deutsche Welle.

Julia Samoilova, de 27 años de edad y postrada en una silla de ruedas por una enfermedad, actuó en 2015 en la Crimea recién anexionada por Rusia. Supuestamente no llegó a la península a través de Ucrania, violando la legislación vigente.

En Kiev hay una "lista negra" de artistas que no están autorizados a entrar en el país por apoyar la política agresiva del Kremlin con respecto a Ucrania. Samoilova no había hecho hasta ahora declaraciones políticas. Hace cuatro años se hizo famosa por un concurso de talentos. Su sueño de convertirse en cantante profesional se cumplió. Sus operaciones y tratamientos médicos le dejan poco tiempo para actividades políticas. Por su actuación en Crimea recibió la sentencia más severa: tres años de prohibición para entrar a Ucrania.

Sí, las leyes deben aplicarse a todos. Ese fue también uno de los objetivos de la "revolución de la dignidad", como llamaron los ucranianos a las protestas durante el invierno de 2013 y 2014. Después de la caída del presidente Yanukovich, el país recibió el voto de confianza y el apoyo de Occidente. Europa quería ayudar a Ucrania en su camino hacia la familia europea: en la lucha contra la corrupción, la creación de un poder judicial independiente y la debilitación de los oligarcas.

Utilización propagandística

La victoria de la tártara de Crimea Jamala en Eurovisión 2016 fue también un signo de las simpatías despertadas. Y la organización fue valiente al permitir que Ucrania organizara el certamen: nunca antes se celebró en un país con operaciones militares en curso. Mientras tanto, las reformas se han estancado y, en lugar de ocuparse de problemas más acuciantes, el país debate diez días la decisión de prohibir la entrada a una artista rusa.

¿Por qué tanto tiempo, si ella nunca ocultó su actuación en Crimea? ¿Para distraer al país de cómo los poderes del Estado enfrentan la agresión rusa? ¿O quizás simplemente para evitar que una artista en silla de ruedas sea abucheada por el público? No lo sabemos. Pero los nacionalistas rusos tienen su nuevo icono para mostrar cuan "inhumanas" son las autoridades de Kiev . Su caso está siendo explotado por la propaganda rusa. Una pena para esta simpática artista de amplia sonrisa.

La UER debe responder

La Unión Europea de Radiodifusión, titular de los derechos de emisión de Eurovisión, ha aceptado la decisión de la SBU, el servicio secreto ucraniano. Por primera vez es un servicio secreto el que decide quién puede participar en un concurso musical y quién no. ¿Y quién dice que no investigará a otros participantes? Además, adiós al mito de que Eurovisión es apolítico. Las consecuencias de esta decisión sobre un concurso que es un símbolo de la reconciliación de Europa tras la Segunda Guerra Mundial pueden ser dramáticas.

Por eso la UER debe hacer todo lo posible para posibilitar la participación de Samoilova. En la política se hacen excepciones en las leyes aplicables. Así, se dejó en octubre el año 2016 asesor de Putin, Vladislav Surkov, venir a Berlín a la cumbre sobre el conflicto. Surkov está considerado el jefe de los separatistas en Ucrania. Por lo tanto, su entrada en la Unión Europea estaba prohibida. Obviamente, el gobierno alemán, tras consultar con Bruselas, le permitió la entrada. Para los europeos se trataba del espíritu de paz y concordia. También en el caso de Samoilova.

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