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Eurovisión y la batahola por el triunfo de la ucraniana Jamala
Mar, 17/05/2016 - 09:16

Andreas Brenner

Eurovisión y la batahola por el triunfo de la ucraniana Jamala
Andreas Brenner

Andreas Brenner es periodista de la redacción rusa de Deutsche Welle.

Ucrania triunfó por segunda vez en la historia del festival de la canción Eurovisión, el colorido concurso musical europeo. El tradicional evento ofrece entretenimiento de sábado por la noche e incluso es también tema de conversación en la oficina los siguientes días. Muchos fungen de críticos, disfrutan burlándose de las canciones, o tal vez de una mujer con barba, Conchita Wurst, ganadora de la edición 2014.

En 2004, la ucraniana Ruslana se llevó también la corona por su participación con el tema "Wild Dances". Este año, el país que actualmente está siendo sacudido por una guerra latente en el este y ha perdido territorio a manos rusas, envió a una representante de los tártaros de Crimea. Este pueblo fue expulsado de Crimea por orden de Stalin. Este hecho ocurrió en 1944 y "1944" es también el nombre de la canción de Jamala. Ella misma escribió la letra y canta en ella el destino de su pueblo y el de su familia. ¿No es esto demasiado trascendente para un programa de sábado por la noche?

Europa presta atención. "Sé que hay muchas más personas que prestan atención a la letra de lo que creemos", dijo Jamala dos días antes de su victoria en Estocolmo en entrevista con DW. Y así fue. Debido a que los televidentes, gracias al nuevo sistema de votación, remontaron el resultado del jurado y con ello evitaron la victoria de la glamorosa australiana Dami Im. Al final de la noche se produjo un repentino enfrentamiento entre Ucrania y Rusia. Ambos países recibieron la mayoría de los votos de los televidentes. Rusia tuvo un poco más de apoyo, pero no fue suficiente para superar a Ucrania. ¿Fue esto una decisión por Ucrania y en contra de Rusia? ¿Es esta una canción contra la política rusa sobre Crimea? Esta pregunta no agradó a Jamala durante la entrevista y señaló en repetidas ocasiones que su canción no trataba sobre la política actual. ¿Entonces de qué se trata, de una profesora de historia que canta, como dijo un colega alemán?

En la letra de la canción no hay ninguna referencia al año de la expulsión. "Por supuesto que va más allá del año 1944, se trata de la persecución y del holocausto, del dolor en el mundo", había declarado la cantante. Y la artista cantó este dolor desde el alma sobre el escenario de Estocolmo. Sin embargo, agregó en la entrevista, que la canción se dirige a todos aquellos que se consideraban poderosos. Para aquellos que piensan que pueden decidir sobre el destino y la vida de los demás. Más claro no se puede decir.

La política siempre ha sido parte del evento. La victoria de Jamala en el festival de la canción Eurovisión es sólo una prueba más de que el ESC no fue nunca apolítico. No lo fue al momento de su creación, a sólo once años después del final de una terrible guerra entre siete países que hasta ese entonces se atacaban. Así llegó la primera edición del concurso musical a Lugano en Suiza. No lo fue tampoco cuando la cantante alemana Nicole cantó "Un poco de paz" en medio de manifestaciones por la paz en Europa. Ni tampoco al momento en que un número creciente de países de Europa del Este comenzara a participar de esta competencia. El festival siempre ha sido un reflejo de lo que está sucediendo en Europa.

Este 2016, el público europeo ha dado su voto a un país que en su día apostó por acercarse a Europa y que por ello fue severamente castigado por su poderoso vecino. Ucrania necesita esta simpatía y apoyo. El país no debe desperdiciar esta oportunidad europea. Además, no podemos olvidar que, sin un rendimiento artístico, sin una gran voz y sin una interpretación expresiva, Jamala no hubiese ganado. Después de todo, el festival de la canción Eurovision es un concurso musical.

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