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Ex presidente Uribe: delirante y mesiánico
Mar, 06/10/2015 - 10:40

José E. Mosquera

La interconexión eléctrica Colombia-Centroamérica
José E. Mosquera

José E. Mosquera es periodista y escritor colombiano. Es columnista de los diarios El Tiempo, El Espectador, Portafolio, El Colombiano, El Mundo, La República, La Patria, El Liberal, El Universal y La Tarde (Colombia), La Nación (Costa Rica), La Prensa, La Estrella de Panamá y El Panamá América (Panamá), El Heraldo (Honduras), Tal Cual (Venezuela) y El Nuevo Diario (República Dominicana), entre otras publicaciones nacionales y extranjera.

La frase célebre "La vocación de un político de carrera es hacer de cada solución un problema", de Woody Allen, sintetiza la postura del ex presidente Álvaro Uribe frente al acuerdo sobre justicia transicional firmado por el gobierno colombiano y la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana. Lo que llama la atención de su postura desbordada es su mesiánico propósito de oponerse a la paz a punta de tergiversaciones y verdades a medias. Mientras el proceso de paz de Colombia recibe el respaldo del Vaticano, la ONU, el gobierno de Estados Unidos, la Unión Europa y la fiscal general de la CPI, Fatou Bensouda, y crecen las voces de apoyo en el hemisferio y la comunidad internacional, al ex presidente Uribe y la ultraderecha colombiana lo deslegitiman con argumentos que buscan profundizar la guerra.

En su afán mediático de sacar réditos electorales, sataniza un proceso de paz que lleva tres años de negociaciones difíciles, donde las partes han tenido que ceder de lado y lado con el propósito de concretar un proceso de paz viable que ponga fin a 50 años de guerra.

En su delirante mesianismo no admite que la arquitectura del acuerdo firmado no es un asunto improvisado, sino milimétricamente estudiado con el apoyo de un grupo de expertos en derecho internacional y justicia transnacional que permitió estructurar una propuesta que ha despejado el camino hacia la firma de un acuerdo de paz que pondrá fin a cinco décadas de conflicto.

Son expertos que examinaron todos los modelos de comisiones de la verdad en procesos de paz en el mundo, y estructuraron un modelo de justicia novedoso y audaz, que allana el camino para una paz duradera. Lo polémico de la obstinada postura del ex presidente Uribe es que en paralelo el Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, se complace al ver los avances que ha alcanzado el gobierno y las FARC en los puntos más importantes en las negociaciones de paz, y la fiscal de la CPI Bensouda destaca que "el acuerdo está diseñado para poner fin a la impunidad por los crímenes más graves”. Sin embargo, para él es deplorable que el Secretario Kerry aplauda un acuerdo de impunidad a favor de las FARC y lo califica como "un golpe contra la democracia".

Mientras para Bernard Aronson, el enviado de EE.UU. en las negociaciones de La Habana, no se trata de un proceso "para castigar sólo a la guerrilla, es para terminar la guerra que han dejado destrucción y muerte"; para el ex presidente Uribe el esfuerzo no es más que una jugada para "igualar a la sociedad civil con el terrorismo".

Frente a estas posturas de Uribe, lo que se observa es a un gobierno y unos sectores progresistas colombianos decididos a jugárselas por la paz, contra una ultraderecha, en cabeza del ex mandatario Uribe, que no quiere la paz, sino más derramamientos de sangre y exterminios entre los colombianos.

Una ultraderecha colombiana que manipula y desinforma con el apocalíptico argumento de que con la firma de la paz se avecina una hecatombe y que el nuevo modelo de justicia transicional no es para sacarnos de la guerra, sino "para complacer al terrorismo". Pero las más certeras respuestas a las tergiversaciones las ha recibido del general Jorge Enrique Mora, ex comandante del Ejército, un militar de línea dura, respetado dentro y fuera del estamento castrense. El general Mora, como miembro del equipo negociador del gobierno había guardado silencio, pero en la entrevista que concedió a el periódico El Tiempo, se destapó y dejo al ex presidente Uribe sin argumentos para oponerse a la paz.

El general Mora dijo "ninguna decisión va en contra de la sociedad colombiana y en contra de los intereses institucionales. Los comandantes militares han estado enterados y han participado en los debates para la reestructuración del documento"; "todo lo que hago y digo en la mesa lo hago con el aval de todos los comandantes militares". Y remata diciendo: "si queremos que Colombia ponga fin a la guerra, todos los acuerdos tiene que ser extensivos a los miembros de la guerrilla y a los militares; los unos y los otros tendrán que hacer parte de ese sistema de justicia y contribuir a la satisfacción de las víctimas". Como se dice en Colombia, más claro no canta un gallo.

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