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Gastronomía peruana: producto de consumo global
Lun, 27/12/2010 - 09:06

Alfredo Ferrero

El TLC de Perú con la Unión Europea
Alfredo Ferrero

Socio del Estudio Navarro, Ferrero & Pazos. Fue ministro de Comercio Exterior y Turismo durante el gobierno de Alejandro Toledo.

La cocina peruana, reconocida por su variedad y diversidad, es una de las más antiguas del mundo. Su exquisitez proviene de grandes tradiciones inculcadas desde la época incaica y complementadas con el paso de los años por los aportes culinarios obtenidos, principalmente a causa de la inmigración africana, española, japonesa, italiana y chino-cantonesa al Perú. Algunos la definen como una gastronomía o cocina fusión.

Gracias a todos estos aportes culinarios y al respeto por las tradiciones, la cocina peruana se ha convertido en un producto único y empieza a ser reconocida como una de las mejores del mundo por su variedad, sabor y color. Cada vez son más las reseñas acerca de nuestra comida en la prensa internacional, algo que deja entender que deberíamos aprovechar la ventaja competitiva que posee el Perú en el ámbito gastronómico y que somos capaces de competir con las mejores cocinas internacionales.

Actualmente hay una creciente demanda del consumidor internacional. No hay en el mundo suficientes restaurantes que llenen las expectativas de los consumidores norteamericanos o europeos al ofrecer comida peruana distinguida por su originalidad, textura y sabor. Hecho por el cual, incluso resulta atractivo invertir en un restaurante peruano de calidad en el exterior, bien implementado y con miras a brindar un buen servicio (las exitosas franquicias de Gastón y otros connotados chefs peruanos así lo demuestran en EE.UU., España, Colombia, Chile, entre otros). Ya en 2004 la prestigiosa revista “The Economist” determinó que el Perú estaba entre las 12 gastronomías más importantes del mundo, y en 2009 la reconocida revista Bon Appetit de Conde Nast presentó al Perú como uno de los principales destinos gastronómicos del mundo.

Tenemos que seguir trabajando en la innovación y modernización de nuestra cocina para que continúe en ese rumbo competitivo con otros mercados gastronómicos del globo.

De Perú Mucho Gusto a Mistura. En 2005 Promperú registró la marca “Perú mucho gusto” y quedó como nuestro slogan. El siguiente paso fue el festival gastronómico Mistura, un gran modelo de integración de varios factores de nuestro patrimonio cultural.

En el frente interno este festival no sólo sirve para degustar la variedad infinita de la comida peruana sino también para fomentar la sensación de orgullo que ésta produce entre los peruanos.

Mistura refleja a través de la comida ese mestizaje de razas, costumbres y sabores que integran el Perú; diferencias que más que una debilidad, son nuestra fortaleza. La gastronomía unifica al peruano mediante 70.000 restaurantes, US$1.000 millones de facturación y 300.000 puestos de trabajo. Podría decirse que para el Perú representa una locomotora que jala también los vagones de la agricultura de exportación con potencial para revitalizar y mejorar los precios internacionales de sus productos.

No es exagerado pretender que en un futuro Mistura sea un referente gastronómico más importante que Octoberferst, mayormente vinculado a salchichas, cervezas y juerga que a gastronomía propiamente dicha…

Boom integrador. La gastronomía no es sólo buena comida, hay que dotarla de valor agregado que incluya un mejor escenario de servicios, ambiente y modernidad.

No obstante, la comida peruana ya está generando un boom gastronómico pero la obtención del merecido reconocimiento internacional no quiere decir que nuestra labor haya concluido. Por el contrario, aún queda mucho por hacer y por experimentar como por ejemplo, explotar nuestra comida como mecanismo para incrementar el turismo en nuestro país.

La autenticidad de la cocina peruana se sustenta no solo en la inmensa variedad de productos de su despensa natural –mar, selva y sierra-, sino en una sazón innata que conforma parte del ADN peruano. El comentarista chileno César Alcántara dice: “en el Perú se cocina con el corazón más que con las manos”. Al Perú, pese a su inmenso y ancestral patrimonio cultural, le ha faltado siempre aquella identidad nacional en la que se conjugan la emoción, el gozo e identificación con aspectos comunes generales.

Hoy, la gastronomía se ha convertido en orgullo de país y se ha transformado en una filiación emblemática, descentralizada e integradora a la vez. El orgullo colectivo peruano unificado no distingue condiciones económicas o sociales. Sin duda, pocos asuntos generan tanto consenso entre los compatriotas. La cocina del Perú no pretende ser francesa, mexicana o japonesa; es simplemente peruana y ha llegado el momento de consolidarla como un producto global de consumo.

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