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Hoteles versus Airbnb; el nuevo taxi versus Uber
Vie, 22/04/2016 - 08:46

Arturo Herrera Sapunar

De ránkings e innovación
Arturo Herrera Sapunar

Arturo Herrera Sapunar es CEO de INNSPIRAL.

La economía colaborativa llegó para quedarse. Taxis vs. Uber es sólo una muestra de cómo las tecnologías digitales exponenciales están cambiando industrias por completo. Ya lo vivimos con los mp3 y las disquerías o el streaming con Blockbuster. 

Hoy, más y más industrias están entrando en el mismo juego. Según un paper de la Universidad de Boston, Estados Unidos, en los últimos 5 años Airbnb, comunidad online de arriendo de casas y departamentos vacacionales entre personas, ya le ha arrebatado un 10% del mercado a los hoteles de bajo costo en el estado de Texas.  

Aquellos que hemos utilizado Airbnb sabemos que el servicio, tanto para el viajero como para el huésped, es de muy alto nivel, entregando seguridad en la transacción y asegurando un estándar similar al de un hotel. Puedes encontrar lugares únicos mejor ubicados e incluso en zonas donde no existe oferta hotelera. La diferencia con un competidor tradicional es que Airbnb crece de forma exponencial. Partieron en 2008 con 4 mil arriendos disponibles y hoy, sólo 8 años después, poseen más de 1.500.000 de locaciones disponibles en 34 mil ciudades de 190 países. Se ha transformado en la “cadena de hoteles” más grande del mundo, sin tener un solo hotel, y con una valorización de más de 24 mil millones de dólares, 3 mil millones más que Marriott (con todos sus edificios alrededor del mundo). Un crecimiento anual compuesto de 132% en promedio. Ninguna cadena hotelera puede crecer a esa velocidad. 

En Chile, seguramente muchas hoteleras han notado un cambio en sus ventas. Probablemente responsabilicen sólo a la desaceleración económica o al aumento en la oferta por la apertura de nuevos hoteles. Sin embargo, fuera del radar hay un competidor mucho más eficiente, ágil y totalmente digital que tiene como aliado a miles de personas que aprovechan de rentabilizar los tiempos muertos de sus propias propiedades vacacionales o que incluso han invertido en propiedades para usarlas sólo con el fin de arrendarlas por Airbnb. 

En términos del uso que se le da a los recursos del planeta y a la distribución de la riqueza entre más personas, los grandes actores de la economía colaborativa son un gran aporte para la sociedad. Sin embargo, el Estado debe actuar rápido en modificar las reglas del juego para que estos nuevos entrantes puedan competir dentro de un marco legal apropiado o ¿esperaremos que empiecen los incendios de casas vacacionales arrendadas por Airbnb? 

Nuestro país requiere, en este nuevo contexto de crecimientos exponenciales, de normativas bien pensadas y de rápida implementación. Si aspiramos a convertirnos en un polo de innovación y emprendimiento en la región y -por qué no- en el mundo, debemos abrir nuestra economía hacia la economía digital y a estas nuevas opciones que permiten la colaboración entre las personas y un mejor uso de los recursos disponibles, en beneficio de todos.