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Independencia salarial
Mar, 16/09/2014 - 09:02

Alfred Kaltschmitt

Correa cuereando
Alfred Kaltschmitt

Alfred Kaltschmitt, Msc es catedrático en periodismo y medios de comunicación, candidato Doctoral en Investigación Social. Director de "Esteoeste", programa televisivo de análisis y debate político, transmitido todos los domingos por Canal Antigua (Guatemala). Asimismo, es presidente de la Fundación Agros Tesorero de Apanac (Asociación de Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Guatemala) y columnista estable del diario Prensa Libre (Guatemala).

Desempleo y pobreza van de la mano, son primas hermanas en primer grado. Tienen un padre y una madre en común: el costo de oportunidad y la demanda de mercado. Podrán existir “ene” cantidad de cálculos del coste de la canasta básica, pero al final del día no se puede comprar esa canasta parcial o totalmente si no se cuenta con un ingreso. Y en donde no hay ningún ingreso lo que hay es una gran canasta, pero de desempleados pobres. El salario mínimo por decreto genera dos problemas. El primero es que de nada sirve si no hay una demanda que esté dispuesta a pagar ese salario mínimo. Cuando la hay se contratan menos obreros. Y el segundo es que es preferible tener el ingreso que puede pagar el mercado que estar desempleado y con cero ingreso. Abundan las discusiones sobre las reivindicaciones de los obreros.

Pero en el último análisis lo que le importa a un obrero desempleado es tener un ingreso, aunque este sea más bajo que el señalado por decreto. Con las ventajas de poder gozar de todas las prebendas de ley: seguro social, prestaciones, etc.

Las recién creadas circunscripciones económicas entregaron a la Comisión Nacional del Salario (CNS) las propuestas para fijar el salario mínimo para 2015 en cuatro municipios que el Gobierno propuso: San Agustín Acasaguastlán y Guastatoya, de El Progreso; Estanzuela, en Zacapa, y Masagua, en Escuintla.

Cada uno de los representantes en la Comisión propusieron lo que consideran son los salarios mínimos factibles en sus municipios. En la paritaria de Estanzuela, el representante dijo algo tajante: “Se necesitan nuevas políticas de desarrollo y con esta propuesta de rebajar el salario mínimo a lo que puede pagar el mercado se busca crear más fuentes de empleo en el municipio”.

“Leonel Hernández, representante de los trabajadores en Masagua, comentó que el empleo en el municipio es escaso y se tiene solo en época de zafra”.

Pero la declaración del alcalde de Zacapa retrata el problema del desempleo en forma muy clara: “La aprobación de la rebaja del salario mínimo permitiría formalizar el trabajo, porque en la actualidad tienen que dividir una plaza entre dos trabajadores y dándole 15 días para cada uno”.

Lo que se necesita entonces es una mayor libertad económica, no una mayor intervención pública, como vía para la mejora económica de todos, especialmente los pobres.

No es la primera vez que el debate sobre el salario mínimo surge. Los que propugnan por una libertad salarial argumentan que aumentar el salario mínimo es una fórmula para causar desempleo entre los miembros menos calificados de la sociedad. Es decir, cuanto más altos sean los salarios, mayores serán los costes de producción. Cuanto más altos sean los costes de producción, mayores serán los precios. Cuanto más altos sean los precios, menor será la cantidad de bienes y servicios demandados y la cantidad de trabajadores empleados para producirlos. Todas estas son proposiciones de economía elemental.

En Guatemala hay otro problema adicional. No se puede contratar a empleados por horas. Es decir, cuando existe demanda de obreros para llevar a cabo determinadas tareas en ciertos horarios y número de horas, las leyes laborales no permiten los contratos parciales. El efecto es que en un porcentaje creciente, el empleado y el empleador se ponen de acuerdo y lo hacen afuera del sistema.

El resultado neto es que se les veda la oportunidad a cientos de miles de mujeres y hombres que tienen disponible cierto número de horas al día para trabajar. Esa falta de flexibilidad laboral está destruyendo miles de plazas de trabajo.

Empleo o desempleo, he ahí la cuestión…

*Esta columna fue publicada originalmente en PrensaLibre.com

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