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La bancarrota de Grecia
Lun, 27/07/2015 - 10:13

José E. Mosquera

La interconexión eléctrica Colombia-Centroamérica
José E. Mosquera

José E. Mosquera es periodista y escritor colombiano. Es columnista de los diarios El Tiempo, El Espectador, Portafolio, El Colombiano, El Mundo, La República, La Patria, El Liberal, El Universal y La Tarde (Colombia), La Nación (Costa Rica), La Prensa, La Estrella de Panamá y El Panamá América (Panamá), El Heraldo (Honduras), Tal Cual (Venezuela) y El Nuevo Diario (República Dominicana), entre otras publicaciones nacionales y extranjera.

Grecia está en bancarrota y su deuda supera los US$358.000 mil millones. Con once millones de griegos, a cad uno le corresponde pagar un promedio de US$32 mil para saldar la deuda del país. Una deuda que además representa el 177% del PIB y que equivale al 150% de su producción anual.

Los griegos adulteraron sus balances para ingresar a la UE y las raíces de su crisis data de 2004, cuando el gobierno aumento desbordadamente el gasto público, se multiplicó la corrupción y la evasión fiscal, y el gobierno se endeudó de manera indiscriminada.

Más del 81% de la deuda griega es con la banca europea, especialmente con la alemana y francesa, las cuales no le han condonado ni un céntimo a los griegos. Alemania y Francia, las principales potencias de la UE, le han impuesto al gobierno griego unas condiciones para pagar su endeudamiento que su economía realmente no está en condiciones de soportar. Las exigencias que hacen los alemanes a los griegos, como principales acreedores desde los organismos rectores de las políticas económicas europeas, han sido humillantes.

Además, Alemana y Francia le han impuesto a los griegos una carrera armamentista hasta el punto que es el país miembro de la UE que más recursos invierte en gasto militar, de acuerdo con el tamaño de su economía. Grecia tiene el gasto militar más alto de Europa, después del Reino Unido, y cuenta con un equipamiento militar de 1.260 tanques blindados, más que Alemana, Italia y Francia unidas. Increíblemente, Grecia es uno de los principales compradores de armas en el mundo y sus principales vendedores son Alemania y Francia, quienes a la vez son sus principales acreedores. Un estudio reciente revela que Grecia es el país europeo que más ha gastado en términos relativos en gastos militares en los últimos 40 años. Los griegos dedican el 5,9% del PIB a gastos militares, cifra superior al 1% del PIB que invierten los alemanes en defensa.

Las estadísticas demuestran que los griegos han invertido el doble de porcentaje del PIB en defensa por encima de la media europea. Lo polémico es que los gobiernos de Alemania y Francia exigen a los griegos recortes severos de la inversión social y sobre los derechos de los trabajadores, pero no piden drásticos disminuciones en los gastos militares para no afectar los millonarios contratos de ventas de armas que tienen con los griegos.

Ahora, las recetas de la UE, del Banco Central Europeo y las del FMI para superar la crisis griega están basadas en recortes del gasto público, reducciones de salarios, pensiones y despidos masivos de empleados. Grecia simplemente actúa de intermediario, porque la realidad es que las medidas que ha puesto en marcha la UE no han sido para rescatar a la economía griega, sino a la banca, especialmente a la alemana. De allí que el premio Nobel de Economía, Joséph Stiglitz, sostenga que la crisis griega es consecuencia de una políticas errónea de la UE, que sólo benefician a Alemana. Por eso de manera coloquial señala que la "medicina que le recetó la UE a Grecia fue un veneno letal, porque le provocó un desmesurado aumento de la deuda y un descenso de su crecimiento".

El gobierno griego desde el 2008 ha recibido millonarios préstamos del Banco Central Europeo y del FMI, empréstitos que superan los US$300 mil millones, pero que no han sido dirigidos a reactivar la economía griega, sino para pagarle a la banca acreedora, especialmente a la alemana y la francesa.

Los griegos han cumplido con todas las condiciones impuestas por la Comunidad Europa, su Banco Central y el FMI sobre las políticas de austeridad, reducción del gasto y la inversión pública. Sin embargo, la deuda crece al son del aumento de las tasas de interés.

En conclusión: la corrupción, la evasión fiscal, la carrera armamentista y las políticas impositivas de la UE y de la banca multilateral, en beneficio de los países acreedores y la banca privada, tienen en la bancarrota a Grecia.

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