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La importancia del FMI
Mar, 29/09/2015 - 12:54

Hernán Pérez Loose

Fujimorato judicial
Hernán Pérez Loose

Hernán Pérez Loose es analista político ecuatoriano.

El Ecuador es miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI) desde diciembre de 1945. El tratado fue suscrito por nuestro país en julio de 1944, junto con otros 43 estados que a la sazón eran aliados durante la Segunda Guerra Mundial, que a esa fecha aún no terminaba. Las negociaciones previas que llevaron al acuerdo para fundar esta importante organización tuvieron lugar durante la histórica Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, que se desarrolló en la ciudad de Bretton Woods, ubicada en New Hampshire.

Los delegados que concurrieron a Bretton Woods tenían claro no solo que la conflagración mundial estaba por terminar, sino que era necesario crear un sistema internacional de cooperación monetaria. Se buscaba evitar que se repitan los errores de política monetaria que habían cometido muchos países, y que en buena parte contribuyeron a exacerbar las tensiones políticas entre ellos, como resultado de la crisis de 1929. La otra institución que nació de la conferencia de Bretton Woods fue el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), que luego se convertiría en el Banco Mundial. A diferencia del FMI, el BIRF nació inmediatamente después de concluida la conferencia de Bretton Woods.

Dos objetivos fundamentales que tuvo el FMI en su creación fueron, por un lado, mantener la estabilidad cambiaria entre sus miembros, y, por el otro, facilitarles asistencia financiera para que puedan superar alguna dificultad temporal en su balanza de pagos. Esto último debía evitar el que las naciones recurran a las devaluaciones de sus monedas, una decisión que tenía un efecto negativo en el comercio internacional y que invitaba a otras naciones a hacer lo mismo; todo lo cual terminaba provocando una espiral de conflictos y, sobre todo, de desconfianza mutua.

La estabilidad cambiaria tenía como premisa un régimen de tasas de cambio fijas. La asistencia financiera a una nación con crisis de balanza de pago buscaba precisamente eso, reconducirla a ese régimen de estabilidad cambiaria. Cuando en 1971 se abandonó el sistema de tasas de cambio fijas por uno en que ellas flotaban, el FMI pasó a prestarle más atención ya no a las tasas de cambio como fuente de inestabilidad económica, sino a las políticas macroeconómicas. Y, en particular, de las naciones en desarrollo cuyas economías son más vulnerables a flujos de capital.

Este nuevo rol del FMI provocó serias polémicas. Sus facilidades financieras venían de cierta forma condicionadas a la adopción de ciertas políticas económicas consideradas apropiadas por el FMI. Sin embargo, de una buena parte a esta época esta política se ha flexibilizado considerablemente. Como muchas otras instituciones internacionales, el FMI de los años 80 no es el mismo FMI de 2015.

El Ecuador enfrenta una severa crisis económica. Como estado miembro del FMI nuestro país ha contribuido a su capital, y por lo tanto tiene derecho a solicitarle recursos al FMI para superarla. El FMI los facilita a tasas de interés bastante bajas, y a plazos largos. Las condiciones de esa asistencia dependerán de la habilidad con que negocie el Gobierno.

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