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La innovación en la empresa peruana
Mar, 05/07/2011 - 11:56

Emilio Humberto García

Perú, marca país: ¿estamos preparados para que nadie nos pare?
Emilio Humberto García

Emilio Humberto Garcia Vega es profesor, consultor, asesor de empresas, e investigador de Estrategia Empresarial y Marketing. Licenciado en Administración y MBA de la Universidad del Pacífico (Lima, Perú). Ha desarrollado libros y publicaciones diversas en los temas mencionados, además de realizar asesorías, dictado de cursos y seminarios en el Perú, Argentina, Uruguay, Guatemala y Costa Rica. Es docente de la citada universidad desde 2003 e investigador asociado de la misma. Es especialista en Planeamiento, Implementación y Control de Estrategias Empresariales y de Marketing. Autor de los libros “¿Con quién compite nuestra empresa?” (2013), “¿Cómo generar Valor en las empresas” (2012), “¿Qué hace especiales a las empresas?: La Ventaja Competitiva a inicios del Siglo XXI” (2011) y “Una Aproximación al Retail Moderno” (2011).

Todos sabemos que Apple es uno de los máximos exponentes de la innovación empresarial. Nos impresiona constantemente con sus lanzamientos de productos cada vez más sofisticados ante los cuales los consumidores reaccionan con asiduo fanatismo, desarrollando colas para adquirirlos y agotando stocks en tiempos récord. Es un gran ejemplo de una empresa que gestiona la innovación y la transforma en una fuente de ventaja competitiva.

En esta línea, el mentor de esta organización, Steve Jobs, afirma que “cuando se innova, se corre el riesgo de cometer errores. Es mejor admitirlo rápidamente y continuar con otra innovación”. Se trata de un nivel de evolución empresarial superior, el cual muchos admiramos y anhelamos con sana envidia para nuestras empresas u organizaciones de cualquier tipo.

Estuve invitado al CADE Universitario 2011, desarrollado en la capital peruana entre el 16 y el 18 de junio. Participé en la sesión “¿Cómo promover la Innovación?”. Dentro de ésta, se me encargó la ponencia “Innovación en las Pequeñas y Medianas Empresas”. Un colega presentó un marco conceptual sobre el tema, y otro habló acerca de la innovación en la gran empresa.

El panel, que estuvo presidido por Claudio Herzca (promotor del tema en el país y Past President del IPAE -Instituto Peruano de Acción Empresarial-, escuela orientada a la formación de empresarios y que organiza este evento desde hace más de 15 años) sirvió para que los asistentes a la conferencia (700 estudiantes de últimos ciclos de universidades de todo el país y pertenecientes a los tercios superiores de estas entidades educativas) reflexionaran acerca de la importancia de la innovación para el desarrollo del país, tanto al nivel empresarial, social o en cualquier otro ámbito.

Debe quedar claro que la innovación es mucho más que productos nuevos. Si bien estos constituyen los elementos más visibles y llamativos de la propuesta de valor de una empresa, una organización innovadora es más que eso. Para llegar a innovar, una organización necesita el completo compromiso de su gerencia y la decisión para desarrollar las cosas de una manera diferente. El primer gran obstáculo para innovar es el temor al cambio, a moverse en terrenos diferentes a los ampliamente conocidos. La innovación requiere trasgredir las fronteras explícitas e implícitas del status quo.

En la citada conferencia, para explicar el tema de la innovación en la gran empresa, Hugo Carrillo, ejecutivo de Alicorp, explicó cómo se maneja la innovación en esta compañía cuyo principal objetivo para el año 2015 es estar entre las 250 empresas más importantes de Latinoamérica. La misma, hace algunos años lanzó al mercado el paradigmático producto Alacena (una mayonesa envasada cuyo sabor emula muy cercanamente al toque casero, en un país que se caracteriza por tener una de las gastronomías más privilegiadas del mundo, con comensales comprensiblemente exigentes). Esta mayonesa fue un rotundo éxito de mercado, tanto así, que bajo esta marca se han lanzado una serie de salsas orientadas al paladar peruano. Esta empresa gestiona exitosamente la innovación y la ha sistematizado en busca de generar nuevos productos para aprovechar las oportunidades que sus mercados ofrecen. Se trata de un lunar en medio del sector empresarial peruano. Una de las pocas organizaciones peruanas que gestiona la innovación de forma profesional.

El panel -que duró cerca de dos horas- fue un espacio muy interesante para reflexionar junto con los estudiantes acerca de la innovación y su rol en el mundo empresarial. Luego de este espacio, me animo a esbozar las siguientes conclusiones.

Positivamente, existen empresas medianas que desarrollan innovaciones, no al nivel tecnológico del primer mundo. Organizaciones de tamaño mediano (con ventas mayores a los US$5 millones y hasta los US$100 millones de ventas anules). Desarrollan innovaciones de productos, procesos y algunas llegan hasta el ámbito de innovar en sus modelos de negocios con resultados financieros interesantes. Aquí podemos citar al caso histórico de Supermercados Wong, que construyó un modelo de negocio que privilegia la atención al cliente en un mercado que se enfocaba fundamentalmente al costo. Esta empresa creció aceleradamente hasta ser adquirida hace un par de años por la chilena Cencosud, en aproximadamente US$500 millones (además compraron gran parte de los negocios de retail de la familia Wong).

En lo negativo, el balance es más que preocupante. En primer lugar, vemos que el Perú es uno de los países que menos dinero invierte en procesos de innovación, sea desde la empresa privada o desde el Estado. Éste último hace poco para promoverla a pesar que la innovación es un elemento clave para potenciar la competitividad del país. En segundo lugar, la educación superior universitaria no parece estar sintonizada con el mundo empresarial y menos aún abocada a generar innovaciones que sirvan al desarrollo de las empresas. En el Perú, las universidades están en sus feudos sólidos y estáticos frente a una economía, consumo y actividad empresarial, que crecen galopantemente. En tercer lugar, la sociedad en general no repara en la importancia del tema. Finalmente, las pequeñas, medianas y grandes empresas no asumen que el tema de la innovación como un asunto prioritario que será clave en su sobrevivencia en el largo, mediano y en algunos casos, hasta en el corto plazo.

Si el Perú quiere apuntar a un desarrollo económico sostenible, debe partir por nivelarse en el tema de la innovación, para luego emprender una evolución industrial en busca de desarrollos adecuados a sus objetivos y necesidades. Claro está que en algunos muy pocos sectores se tiene logros de vanguardia (como en el cultivo de espárragos, en gastronomía u otros), sin embargo, en la mayoría de los sectores el panorama es desolador. El camino es muy largo. La innovación es una de las fuentes de ventaja competitiva más atractivas por lo que hay que promoverla, tomarla muy en serio y empezar a construirla. La educación es clave en esto y desgraciadamente, tenemos una de las peores de la región. Estado, empresa y universidad (estatal y particular) pueden hacer mucho, pero falta consenso, decisión y creatividad para generar propuestas relevantes que interrelacionen a los tres agentes de forma adecuada. Nuestra competitividad y proyecto de país a futuro, depende mucho de ello.

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