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La miopía de Google con sus Glass
Vie, 13/03/2015 - 15:02

Héctor Cancino Salas

El camino hacia una Colombia digital
Héctor Cancino Salas

Héctor Cancino Salas es periodista del sitio web de AméricaEconomía, AETecno.com.

Uno de los productos presentados como lo más revolucionario de la tecnología del último tiempo y que abrió el camino para los wearables (o vestibles) fueron los Google Glass. Estos lentes de realidad aumentada de la compañía estadounidense se dieron a conocer a través de videos que graficaban el potencial cuasi infinito de utilidades, lo que constituiría una nueva era de interacción con la tecnología. Sin embargo, tanta maravilla no funcionó como se esperaba.

Así como Don Mclean cantaba a Vincent Van Gogh en una de sus magistrales piezas musicales ("Vincent, Starry, starry night"), “... este mundo no estaba pensado para alguien tan hermoso como tú”, las Google Glass vivieron todo lo contrario. Las gafas simplemente nunca estuvieron pensadas ni preparadas para su lanzamiento en el dinámico y exigente ecosistema tecnológico de productos y usuarios ávidos de probar nuevas experiencias.

La historia de este gadget da cuenta de múltiples desacuerdos, cambios e implementaciones fallidas al interior de la compañía. Incluso líos de falda pudieron haber contribuido a lo que finalmente se concretó con el anuncio de hace algunas semanas sobre el fin del programa Glass Explorer.

Por ejemplo, este proyecto gestado en el entonces secreto laboratorio X de Google, nunca logró total consenso entre los ingenieros en cuanto al uso y las funciones básicas de los lentes. Un grupo argumentaba que debían llevarse en todo momento, como un verdadero vestible; y otro decía que debían utilizarse más bien en situaciones específicas y prácticas, aunque la mayoría concordaba en que las Glass eran aún un prototipo con mucho por resolver. No obstante, esta idea no era compartida por Sergey Brin, cofundador de Google, quien alegaba que el laboratorio X debía lanzar las Glass al consumidor y usar sus comentarios para hacer nuevas versiones y mejorar el diseño.

Así, en medio de tales contradicciones vitales, el producto salió al mercado concentrando gran expectación, especialmente entre los pocos privilegiados que podían acceder a él. Pero no fue sino hasta que las gafas llegaron a los críticos de tecnología, quienes las calificaron en sus reseñas como "el peor producto de todos los tiempos", cuando la historia comenzó a tomar un tinte verdaderamente oscuro. La escasa duración de la batería, las múltiples fallas y la preocupación por la privacidad y lo invasivo que podía llegar a ser, terminaron por sepultar las expectativas de los ejecutivos. Claro está, eso no se evidenció hasta hace poco cuando nos enteramos del congelamiento y reinvención total de la iniciativa.

Durante mi cobertura del Mobile World Congress 2015, en Barcelona, tuve la oportunidad de probar por primera vez estas gafas. Droiders, una compañía española dedicada a desarrollar apps para las Google Glass, tenía un puesto de exhibición donde mostraba su trabajo con este producto. La sensación final tras probar por unos minutos estos lentes era probablemente la misma que tuvieron en su momento gran parte de los ingenieros de Google. Parecía un prototipo, un elemento que estaba aún en construcción tratando de encontrar real sentido a su existencia.

La visión de realidad aumentada se genera a partir de una pequeña pantalla que visualizas en una esquina superior del lente derecho. De partida, no resulta cómodo de utilizar, pues debes estar siempre con la cabeza y vista en alto, haciendo un esfuerzo por enfocar la pantalla. Si bien es interesante la posibilidad de captar fotografías y videos con sólo dar una orden de voz, la interacción está lejos aún de convertirse en la revolución tecnológica que podíamos esperar con los Google Glass.

Hoy por hoy, el controvertido proyecto está bajo la supervisión de Ivy Ross, diseñadora de joyería a cargo del área de gafas inteligentes de Google, y Tony Fadell, quien fuera ejecutivo de productos de Apple y creador de Nest. Si bien se había llegado a especular en su momento con su total desaparición, estos nuevos nombramientos dan un poco de luz respecto a lo que Google cree sobre las gafas. Fadell se ha caracterizado en su carrera por lanzar productos finales al mercado, lo que pareciera interpretarse primeramente como el reconocimiento de un gran error y falta de visión de la compañía; y segundo, una posible lección aprendida.

¿Qué versión veremos finalmente de las controvertidas Google Glass? De seguro deberá ser algo sumamente sorprendente. En su momento el lanzamiento de la compañía llegaba como una verdadera irrupción en la industria, pero hoy por hoy, sus competidores lanzan productos cada vez más atractivos y completos que de seguro obligarán a Google a elevar el estándar de calidad. De lo contrario, podríamos estar en presencia del próximo lanzamiento de un nuevo Google +, un gran producto que nació muerto.