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Las claves para un manejo adecuado en las próximas negociaciones de Lima
Jue, 23/10/2014 - 09:34

Leonardo García-Polo

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Leonardo García-Polo

Leonardo García-Polo es country manager de Falcon en el Perú. tiene a su cargo las operaciones de Perú y Ecuador. Ha ejecutado y dirigido proyectos en las industrias de retail, salud, forestal, telecomunicaciones y utilities. Se integró a Falcon en 2005. Antes de ser miembro de Falcon, trabajó como jefe de Planeamiento Financiero y Presupuestos en la EPS Novasalud. Completó su MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez y estudió la carrera de Administración y Finanzas en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.

Luego de haberse superado el ciclo electoral, los alcaldes deberán alinearse hacia un objetivo definido para lograr acuerdos efectivos en las próximas negociaciones a las que deberán hacer frente. De lo contrario, la improvisación será, como en muchos casos, la causa del fracaso. Por eso, cuando abordamos una negociación compleja, es necesario estudiar la situación actual e identificar el tipo de negociación (distributiva o colaborativa), entender lo intereses de todos los involucrados, las alternativas con que cuentan, su estilo negociador, a quiénes representan –y si su representación es legítima–. De esta manera, se pueden estructurar los escenarios deseados de resolución y su implicancia para todos los actores y así, finalmente, identificar las formas para llevar a cabo acuerdos que beneficien a todas las partes.

Si bien existen herramientas para mapear estos escenarios, la experiencia y años de circo en negociación ayudan a descartar algunos de estos caminos y preparar más aún aquellos que tienen mayor probabilidad de materialización.

Dicho todo esto, las negociaciones que marcarán de aquí a fin de año son:

*En primer lugar, la reforma al transporte público. Iniciada por la actual gestión de Susana Villarán, la reforma no cuenta con la aprobación del alcalde electo, Luis Castañeda Lossio, quien considera al Corredor Azul una medida ineficiente, carente de infraestructura apta para cumplir su objetivo. Si bien señaló que continuará con “lo bueno” la gestión anterior, también declaró que acabará con “lo malo”. Esta discusión –qué es lo bueno y lo malo– abrirá un importante proceso de negociación dada la cantidad de actores comprometidos. Es importante que este tipo de negociaciones prescinda de especulaciones políticas y se actúe de acuerdo a un razonamiento en base a objetivos concretos en el mediano y largo plazo.

*En segundo lugar, las negociaciones por el cuidado al medio ambiente y el cambio climático tomarán fuerza de aquí a fin de año en la ciudad. En diciembre Lima será sede de la Cumbre Climática COP20, que tiene por objetivo firmar un acuerdo más ambicioso que permita reemplazar al Protocolo de Kioto. El rol del Perú será clave para representar los intereses de la región y para comprometerse con el cambio climático. A modo de ejemplo, el 10% de las 7 mil toneladas de residuos sólidas son recicladas. Distritos como San Isidro ya han iniciado campañas de reciclaje y es de esperar que más distritos inicien actividades parecidas una vez que se defina una política ambiental clara, que sin duda requerirá la participación de las empresas, el Estado, la sociedad civil y las ONG, para mover el timón en la dirección correcta.

*En tercer lugar, es necesario mejorar la infraestructura. Lima concentra en sus 43 distritos a más de 8 millones de habitantes, alrededor de un tercio de la población total del país, y es considerada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una de las 30 ciudades más pobladas del planeta. Esto, sumado a un crecimiento desordenado de la urbe –fuera de toda planificación en el mediano o largo plazo–, ha generado problemas como la inseguridad ciudadana y la falta de inversión de capitales extranjeros (que podría ser más una causa que una consecuencia). En ese sentido, es urgente contar con una mejor infraestructura para brindar pistas y veredas en buen estado, muros de contención y servicios básicos para crear zonas más seguras.

En este tipo de negociaciones no solo es necesario ser eficaz en la ejecución, sino eficiente, esto quiere decir, lograr la viabilidad y ejecución de los proyectos en combinación con la menor utilización de recursos.

Solo será posible hacer frente a estas negociaciones si los actuales gobernantes trabajan en base a una estrategia que permita negociar al largo plazo y conseguir acuerdos efectivos.

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