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Las estrategias para mejorar la calidad educativa en Colombia
Mar, 28/04/2015 - 01:24

Lina Martínez

Colombia: ¿cómo cerrar las brechas étnico-raciales en educación superior?
Lina Martínez

Lina Martínez es la Directora del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Icesi (Colombia).

En los últimos seis meses, el ministerio de educación de Colombia ha iniciado la implementación de dos políticas que marcan un quiebre en la forma como se han desarrollado las políticas educativas en el país. La primera es la puesta en marcha de un ambicioso programa para aumentar el acceso a la educación superior de calidad entre estudiantes de bajos recursos. La segunda, es una medida progresista para mejorar la calidad de la educación básica y media.

El primer programa, "ser pilo paga", otorga 10.000 becas a los estudiantes que obtengan los mejores puntajes en la prueba estandarizada de finalización del ciclo secundario (prueba ICFES) y que pertenezcan a los estratos socioeconómicos más bajos. El programa inició su implementación a comienzos de este año y en su gran mayoría, ha sido bien recibido por parte de diferentes actores. Sin embargo, en el transcurso de su implementación ya ha suscitado debate sobre algunos aspectos que merecen ser discutidos. 

Uno de los aspectos que más llamó la atención del programa fue que el 85% de los becados optaron por estudiar en universidades privadas. Este hecho, ha enviado un mensaje contundente: los estudiantes prefieren la educación privada; no se sabe por qué, si por percepción de calidad, prestigio, buen funcionamiento, infraestructura o acceso a las redes y conexiones que da estar en la élite. Las reacciones no se hicieron esperar pues muchos han calificado la política como un subsidio indirecto a la educación superior privada. Otra lectura a este hecho es que si el gobierno no limitó el número de estudiantes que podían ingresar a la educación privada, podría insinuar que financiar estudiantes en universidades privadas es tan costoso como mantener el aparato y funcionamiento de una universidad pública por estudiante. Incluso, en términos de eficiencia, podría ser hasta más rentable un estudiante en una universidad privada, ya que en ciertos indicadores las universidades privadas son más eficientes, como en el tiempo de terminación de una carrera, ubicación laboral de egresados y mecanismos para reducir la deserción. 

Hay dificultades que se prevén que no son menores, como un alto porcentaje de deserción o bien porque los becados no pueden con el nivel educativo o porque los estudiantes no pueden asegurar su sostenimiento financiero. Pese a esto, esta medida es un acierto del gobierno ya que premia el mérito, y como se ha expresado en diversos medios, este programa democratiza la educación privada y hace que las instituciones de élite sean más incluyentes, empezando a generar un mecanismo efectivo para el acceso a educación de alta calidad, a la que de lo contrario, los más de 10.000 estudiantes no podrían acceder.

Lo que ha pasado casi inadvertido en los medios es que para ser un programa que se implementó en un tiempo récord y que beneficia a un número importante de estudiantes, el programa está funcionando. Lo cual, para los estándares de implementación de política pública en el país, es una excepción. Esto puede ser debido a que el programa de los pilos es una escalación de un programa de una universidad privada, lo cual permite prever problemas e implementar mecanismos específicos de entrada y de salida. Importante lección en política pública. 

El segundo programa, el "día de la excelencia" apunta a mejorar la calidad educativa en la educación básica. En política educativa hay dos indicadores que son centrales para el gobierno: cobertura y calidad. Aumentar la cobertura (medida como el número de estudiantes matriculados en el sistema) ha sido el propósito central de la política educativa colombiana en las últimas décadas. Para ello, se han implementado medidas desde la oferta incluyendo aumento y mejoramiento de la infraestructura educativa y aumento del número y cualificaciones de los docentes. Las estrategias desde la demanda incluyen las transferencias de dinero condicionado, en las cuales una de las condiciones para que familias accedan a incentivos económicos directos es la asistencia y permanencia de los niños en el sistema educativo. Estas estrategia para aumentar la cobertura educativa han dado sus frutos, en particular en la educación básica y media, y el paso lógico siguiente es mejorar la calidad educativa. Mejorar la calidad educativa es un reto mayor en términos de implementación de política pública. La forma tradicional de medir la calidad es a través del aumento en puntajes en pruebas estandarizadas, pero subir este indicador no es nada fácil, requiere inversiones generosas y es un resultado que sólo se ve en el largo plazo. 

El día E propone tener un indicador compuesto que califica a cada colegio en cuatro dimensiones: progreso, puntajes de prueba, tasa de repitencia y ambiente escolar y se mide anualmente. Esta es una estrategia novedosa para el contexto colombiano por varias razones. Primero, es un intento de establecer mecanismos de medición y progreso verificables que no dependen solo de los resultados de los estudiantes. Segundo, genera medición periódica, que es fundamental para la toma de decisiones informadas. Tercero tiene incentivos como aumento de salarios y bonificaciones a los colegios que reporten mejoras.  

Si bien los incentivos monetarios han mostrado ser muy eficaces para la consecución de resultados, también pervierten los sistemas. Las consecuencias negativas no esperadas de la implementación de esta medida pueden ser múltiples. Por ejemplo, uno de los indicadores es el "progreso" de la institución educativa. Este indicador es muy subjetivo y fácilmente manipulable por los administrativos escolares. También es previsible que con el ánimo de mejorar los resultados de prueba, la mayor parte del tiempo efectivo de enseñanza se destine a enseñar como tomar la prueba, este ha sido una de las mayores consecuencias con la implementación de un sistema similar en USA. Es perverso el  indicador baja repitencia. La única persona que tiene control directo sobe quien pierde o gana el año es el profesor y es el profesor quien tiene el incentivo monetario de que ningún estudiante repruebe, esto puede generar camadas de estudiantes mal preparados e incapaces de afrontar el sistema educativo superior o las demandas del mercado laboral.

Diferente al programa de los pilos, el día E es un programa que no se había implementado como prueba piloto en el país, que es la primera lección de implementación de política pública. Tampoco se ha ocultado el descontento de los profesores, y por más poder que tenga el gobierno central de imponer una práctica, si los ejecutores de la medida no la compran, el camino no va ser fácil. Es fácil prever los problemas que se avecinan y es posible que pase mucho tiempo antes de ver el programa efectivamente implementado. Sin embrago, lo que sí es un logro del gobierno es poner de relieve la necesidad de medidas más comprensivas de progreso educativo.

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