Pasar al contenido principal

ES / EN

Líneas de riqueza
Mié, 29/07/2015 - 09:48

George Gray Molina

La trampa de renta media: ¿sí, pero cuál?
George Gray Molina

George Gray Molina es el Economista Jefe y Líder del Equipo regional de Desarrollo Humano y Objetivos de Desarrollo del Milenio en la Dirección Regional para América Latina y el Caribe del PNUD, basada en Nueva York. Proviene del Instituto Alternativo. Previamente, fue miembro de la sociedad de Lideres Globales de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales Woodrow Wilson, en la Universidades de Princeton y Oxford. También fue investigador asociado del Centro de Investigación sobre Desigualdad, Etnicidad y Seguridad Humana (CRISE) de Oxford y miembro del Centro Dialogo Interamericano basado en Washington, DC. Entre 2004 y 2008, fue coordinador del Informe de Desarrollo Humano PNUD en Bolivia. Fue Director de la Unidad de Análisis de Política Económica del Gobierno Boliviano (UDAPE) y Director del Programa de Maestría en Política Publica de la Universidad Católica de ese país. Posee un Doctorado en Filosofía y Política de la Universidad de Oxford, una Maestría en Política Publica de la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard y un pregrado en Economía y Antropología de la Universidad de Cornell.

Las líneas de pobreza –cuantitativas y basadas en las encuestas de hogar– nos acompañan desde mediados de los años sesenta en el Reino Unido (Townsend 1965) y en los Estados Unidos (Orshansky 1965). Ambas líneas fueron estipuladas como umbrales mínimos –líneas debajo de las cuales no se satisfacen necesidades alimentarias y de calidad de vida mínimos. Las líneas de pobreza se extendieron por todo el globo en las sub-siguientes décadas y se fijan actualmente en función de métricas variables –que incluyen umbrales de consumo, ingresos e indicadores multidimensionales de bienestar.

Los logros globales en reducción de pobreza extrema empujan cada vez más a concentrar la atención en desigualdades, exclusiones y vulnerabilidades que se encuentran por encima de la línea de la pobreza. Para países de renta media y renta media-alta, las nuevas fronteras de dThomas Pikettyesarrollo tienen que ver más con estas exclusiones crónicas y estructurales –y menos, con los umbrales clásicos de pobreza extrema. Con todo, quedan aún cerca de 74 millones de personas en América Latina debajo del umbral de US$1,25 al día.

El 1%

Gracias al trabajo académico sobre desigualdad de Thomas Piketty y Anthony Atkinson, entre otros, nos encontramos ante un periodo de muchísima producción en torno a los determinantes de la desigualdad de ingresos y a sus consecuencias sobre el patrón de desarrollo. La desigualdad salió de los confines de exquisitez econométrica en la que se encontraba hasta hace poco, y marca cada vez más agenda tanto en el mundo industrial como en el mundo emergente y en vías de desarrollo.

El libro de Atkinson es un verdadero baúl de novedades, que vincula la literatura de economía con las discusiones más apremiantes sobre cambio tecnológico, innovación y cambio productivo. Atkinson anota que la concentración de capital depende del tipo de tecnología en adopción –pero que esta tecnología no es una fuerza de la naturaleza –responde a incentivos que son maleables y dirigibles.

Con esto en mente, el autor plantea doce propuestas que “dirigen” incentivos hacia la creación de empleo y la igualdad de oportunidades. Más allá de la tributación sobre la riqueza y el capital hoy, Atkinson plantea la idea de la tributación intergeneracional para asegurar que el piso de oportunidades no esté comprometido de la manera descrita por el libro de Piketty: para Rastignac, el personaje de la novela de Balzac, más vale “casarse con dinero” que dedicar su esfuerzo de vida a cosechar salarios ínfimos en la profesión.

Líneas de riqueza

El debate conceptual sobre “límites” al desarrollo incluye a la desigualdad, pero la trasciende. Hoy se conjugan nociones filosóficas anti-utilitarias (del buen vivir/vivir bien), contribuciones eclesiásticas (el Papa Francisco anuncia su nueva encíclica sobre Ecología para junio) y ambientalistas a la agenda alternativa.

En un evento reciente en Quito, el economista ecuatoriano Mauricio León planteaba la idea de “líneas de riqueza” que visibilizaran el exceso del lujo y el derroche en sociedades que tienen una agenda pendiente en reducción de exclusión y desigualdad. La propuesta de León se inscribe en el enfoque del buen vivir, que plantea la necesidad de pensar en alternativas a la propia noción de desarrollo.

En América Latina y el Caribe el progreso no es ilimitado. De hecho se encuentra enmarcado por umbrales de sostenibilidad ambiental, reflejado en patrones de consumo y producción sostenibles y límites planetarios. El umbral superior se puede representar por límites planetarios. A 2015, 4 de los 9 límites planetarios ya fueron vulnerados (emisiones de CO2, pérdida de biodiversidad, uso de tierra y flujos de fósforo/nitrógeno).

[[wysiwyg_imageupload:6015:]]http://www.imf.org/external/pubs/ft/wp/2015/wp15105.pdf

Gráfico: Número de planetas requeridos si todos los países emitieran emisiones de CO2 al ritmo de… y descomposición de las emisiones de CO2 en América Latina y el Caribe

 

En el gráfico se encuentra una proyección de uno de los límites planetarios a escala global. Al ritmo actual de emisiones de CO2, el mundo ya requiere de tres planetas-equivalentes. Si el mundo adoptara el ritmo de emisiones de EE.UU., requeriría de nueve planetas; si adoptara el ritmo de emisiones de América Latina y el Caribe, requeriría de dos planetas.

Si bien América Latina y el Caribe solo contribuye con el 5,3% de las emisiones globales de CO2 (con 8,5% de la población mundial), ya se encuentra a un ritmo insostenible de emisiones. La mayor contribución a las emisiones de carbono en la región viene por el transporte (35%), el uso de electricidad (23%) y manufacturas (23%). Un informe reciente del FMI estima que la eliminación de subsidios energéticos –que equivalen a US$400 y 500 mil millones a nivel global y cerca de US$4,3 a US$4,8 billones en externalidades ambientales– contribuiría a reducir las emisiones latinoamericanas de CO2 en 22%.

El progreso multidimensional

En el próximo Informe de Desarrollo Humano Regional, desarrollamos la idea de progreso multidimensional enmarcado entre líneas de riqueza y pobreza –como una adición a la familia de indicadores de desarrollo humano. Definimos progreso multidimensional como la adquisición de las capacidades individuales y colectivas necesarias para disfrutar de una vida plena y digna. Sumados a indicadores de educación y salud, plantea dimenhttp://www.revistahumanum.org/revista/informe-sobre-desarrollo-humano-pa... adicionales relacionadas al mercado laboral, la protección social, la economía del cuidado y patrones de consumo y producción sostenibles, que plantean un horizonte futuro para la acción de política pública.

“Progreso” se refiere a la noción Seniana de capacidades para construir una vida digna. América Latina ha liderado en los últimos años una redefinición de la noción de “progreso”, lejos ya de las acepciones de modernización de los años sesenta y de nociones economicistas de crecimiento económico a ultranza –por encima de las necesidades de las personas y del propio planeta. El primer informe de desarrollo humano publicado en 1990, fue pionero en plantear una mirada alternativa y más holística a esta concepción de progreso.

La “multidimensionalidad” se refiere a las posibles dimensiones de capacidades y activos que tienen individuos y comunidades. Casi todas las dimensiones relevantes tienen características relacionales –toman sentido en cuanto relaciones entre actores, y no solo como atributos de cada actor. El trabajo pionero de construir indicadores de pobreza multidimensional es el punto de partida de esta acepción.

Esperamos que esta contribución pueda contribuir a la ampliación de la discusión sobre desarrollo en nuestra región.

*Esta columna fue publicada originalmente en la revista Humanum.