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Los mercados y la información privilegiada
Mar, 19/08/2014 - 11:16

Gustavo Neffa

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Gustavo Neffa

Gustavo Neffa es Socio-Director de Research For Traders.

El uso de información privilegiada es denominado "insider trading" y se trata de la manipulación de datos que fluirán en algún momento a los mercados para beneficio propio, siempre antes de que sea revelada a los demás (si es que eso ocurre). Cuando se habla operaciones bursátiles, esta práctica es muy sensible, ya que involucra el enriquecimiento de muchas personas que lo usan para beneficio propio.

La investigación financiera ha avanzado y todo lo que se negocia queda registrado en algún libro de órdenes y operaciones y disponible para las autoridades regulatorias. Con los años, aumentaron los controles para detectar y comprobar casos fraudulentos, porque también se incrementó el atractivo de ganar dinero de esta forma.

Esto se debe al crecimiento de la liquidez en los instrumentos apalancados (opciones de compra o de venta) la mayor fluidez de los datos por métodos no convencionales más difíciles de registrar (chats o llamadas encriptadas), y en la cantidad de dinero volcado a las Bolsas y el alza en el número de intermediarios bursátiles e instrumentos que facilitan el acceso a mercados antes inalcanzables.

La Security and Exchange Commission (SEC), el organismo regulador de los EE.UU, le pide a todos los directivos que desagreguen con claridad cuando realizan algún tipo de insider trading, por lo que tanto sus compras como sus ventas quedan documentadas.

Con esto, se trata de transparentar el accionar de personas que poseen un acceso directo a datos privilegiados. Cuando ellos venden las acciones de sus empresas, se toma como un indicador de que algo malo está ocurriendo.

¿Pero qué pasa si esas operaciones son realizadas por sus familiares directos, indirectos o amigos que acceden a información calificada antes que el resto de los inversores? Ahí está el problema y es algo muy difícil de detectar.

En 2000 y 2001, se dieron hechos de este tipo en los mercados en los que se vieron involucrados analistas de research y los bancos que los empleaban y se dedicaban al lanzamiento de empresas en la Bolsa a través de Ofertas Públicas de Acciones (IPO por sus siglas en inglés).

Las entidades se beneficiaron de las opiniones tendenciosas y malintencionadas de sus técnicos que recomendaban comprar fuertemente esos papeles, pero que en e-mails relataban a esas inversiones como verdaderas porquerías. Luego de extensas investigaciones, la SEC emitió la Rule 2711 en la que se prohibía a los especialistas que firmaran los informes y a sus parientes poseer acciones de esas firmas.

Pero luego intensificó el cerco y lo extendió no sólo a sus amigos sino, también, en muchos países a funcionarios que están tomando día a día decisiones en materia de política económica, así como a los asesores, intermediarios financieros, contadores y abogados involucrados en las gestiones públicas.

En naciones con un mercado de capitales chico y lleno de fricciones, son esperables los movimientos bruscos. La liquidez es tan baja que cuando un fondo decide comprar acciones el volumen aumenta y, con él, el atractivo de obtener beneficios más rápido por la amplitud de las oscilaciones.

Pero a la hora de hacer dinero, el margen es gris, incluso con información importante que aún no ha sido revela, porque el Insider corre riesgos en la transacción ya que se está anticipando a los demás para tratar de beneficiarse, aunque nadie le asegura que el resto de los inversores va a reaccionar ante una noticia de la forma esperada o que ocurra algún otro suceso que haga que el precio de la acción se mueva en la dirección contraria.

Por ejemplo, si tiene el dato del resultado neto de un balance antes de que sea difundido, quizás la cotización se mueve en forma opuesta a la que estimaba debido a que puede venir acompañada de otra cifra operativa que compense el primer efecto, o estimaciones (guidance) o comentarios en un conference call que causen ese mismo efecto.

Para evitar estas situaciones lo ideal sería que la información que circula en el mercado sea simétrica en cuanto a contenido y simultánea para todos sus participantes. Es responsabilidad de los reguladores asegurarse de que todos tengan el mismo derecho sin importar el volumen de recursos que manejen.

Un inversor minoristas estará casi siempre en desventaja y desprotegido respecto al Insider, no sólo por los datos que dispone, sino también por las actuaciones que puede realizar con impacto en el precio de la acción.

Por eso, es lógico y esperable que se trate de equilibrar la situación mediante una mayor regulación, un aspecto que ha ido en aumento desde hace mucho tiempo, pero que sólo avanza en los mercados más desarrollados.

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