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Muchos teléfonos, pantallas más grandes, pero pocas diferencias
Vie, 21/08/2015 - 13:41

Daniela Zárate

Por qué no deberías comprarte una tablet
Daniela Zárate

Daniela Zarate es Sub Editora del sitio AETecno.com de AméricaEconomía.

Este año ha estado lleno de nuevos modelos de smartphones, y no sólo con la renovación de los clásicos teléfonos que esperamos todos los años como las últimas generaciones de iPhone, Galaxy o Motorola, sino que derechamente con varios de estos mismos dispositivos pero con múltiples versiones low-cost o simplemente con pantallas gigantes.

Casualmente, a pesar de esta abrumante cantidad de alternativas de teléfonos inteligentes, en 2015 se ha presentado una de las cifras de ventas más bajas de este tipo de dispositivos a nivel mundial, con números que solamente se replican con los que podíamos encontrar en 2013.

Entonces, ¿por qué vemos cada vez más versiones plus o style? Esta serie de dispositivos nuevos busca llegar a un mercado que solamente Samsung había sabido aprovechar al máximo hasta ahora: los terminales low-cost con altas prestaciones y los phablets.

De esta manera, cada vez más empresas buscan saltar a equipos de pantallas gigantes, para alcanzar nuevos mercados asiáticos, como también a equipos con terminaciones de gama alta y buen rendimiento, pero con precios de teléfonos promedio y asequibles.

Y esta es -sin duda- una buena opción: entregar a cada usuario una versión más específica del producto que quiere, como hace -por ejemplo- Motorola con su sistema Moto Maker. Pero la pregunta que surge es: ¿realmente es una buena idea saturar un mercado que ya no está comprando equipos?...

Si bien Samsung marcó un antes y después con el tamaño de sus teléfonos, especialmente con la serie Note, también ha sufrido precisamente por esta cantidad de oferta. Solamente hay que recordar que durante este año, la empresa se vio obligada a replantear los precios de sus equipos Galaxy S6. ¿Por qué? Porque este modelo cuenta con una versión sumamente similar que ha sido más popular en el mercado y que fue lanzada al mismo tiempo: el Galaxy S6 Edge.

Un modelo que -además- ahora cuenta con una versión plus, con una pantalla más grande y que viene a competir precisamente con otro smartphone de la misma empresa, el nuevo Galaxy Note 5.

Claro, la alternativa de elegir el producto que quieras como usuario es, sin duda, un valor agregado. ¿Pero qué pasa cuando las alternativas no son realmente diferentes entre sí? O peor aún, ¿qué debe hacer una compañía cuando su mayor enemigo está en su mismo portafolio de equipos?

Precisamente durante un año en el que las ventas de teléfonos han caído en gran parte del mundo -especialmente en China, que mueve la industria- quizás es un buen momento para detenerse a evaluar qué modelos están saliendo día a día al mercado.

Porque sí, hay pantallas más grandes y hay nuevos dispositivos. Pero, ¿los usuarios realmente saben por qué deberían elegir un Samsung, un Motorola, un LG o un iPhone y no su competencia? Eso no queda del todo claro.

Sacar las versiones de cada equipo con pantallas sobre las 5,7 pulgadas puede ser, sin duda, un plus para el usuario, especialmente si -en cambio- la decisión es bajar su precio final para llegar a un nuevo mercado.

No obstante, la opción quizás debería ser diferenciar claramente estos modelos, con algún valor agregado de diseño o con una función especial para el usuario. Porque si no es así, simplemente nos quedaremos con un mercado repleto de teléfonos que ya nadie está comprando. Y basura tecnológica no es algo que necesitemos precisamente en este minuto.

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