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Nuevas redes para una nueva forma de trabajo
Mié, 20/08/2014 - 10:47

Carlos Perea

Nuevas redes para una nueva forma de trabajo
Carlos Perea

Carlos Perea es vicepresidente de Ventas para Latinoamérica de Extreme Networks.

Cada sector industrial, empresa y empresario tiene una historia particular. Una cadena de acciones y decisiones que ha afectado de alguna manera la forma en que hoy se hacen negocios. A los que nos dedicamos a la tecnología, estas decisiones a lo largo de la historia, las vemos más relacionadas no sólo con la cantidad de computadoras, servidores y máquinas que permitieron crear imperios empresariales sólidamente consolidados, sino con la forma en que esa tecnología le dio forma a esas empresas y a nuestro comportamiento como empleados y sociedad.

Es interesante ver cómo en 1956 un disco duro de 5 MB pesaba cientos de kilos, costaba miles de dólares y no tenía un sistema muy confiable para almacenar la información, ya no digamos para compartirla. Esto, con el paso del tiempo fue cambiando a medida que los sistemas informáticos cobraron fuerza para trasladar procesos de negocio para hacerlos más sencillos y asequibles. Esta tendencia no se vio hasta finales de los años 80, década clave para el crecimiento de empresas hoy icónicas que gracias a costosos errores, dieron paso a lo que hoy tenemos como sistemas computacionales altamente evolucionados e inteligentes si lo comparamos con lo lento que fue el desarrollo de la tecnología y lo rápido que fue a partir de los años 90.

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Hoy, las tecnológicas estamos trabajando no sólo en romper paradigmas tecnológicos, sino llevar del papel a los componentes electrónicos cada idea, sueño y petición de nuestros clientes y sobre todo de la industria de la cual depende hoy, casi cualquier tipo de información que corre en Internet. En la mayoría de los casos, la velocidad con la que vivimos no nos permite darnos cuenta de la importancia histórica de las decisiones que tomamos; ¿qué pasaría si Extreme Networks no hubiera pensado que se debía ir más allá en el terreno de Switches de alto rendimiento? Y tomo como ejemplo al BlackDiamond X8. ¿Cómo sería la industria financiera mundial sin este equipo?, ¿qué capacidad de captar y retener fanáticos tendrían equipos deportivos en los Estados Unidos si Purview no hubiera sido llevado del papel al diseño en su ingeniería? Este tipo de cuestionamientos muestran la importancia de las decisiones que las tecnológicas tomamos cuando se desarrollan soluciones de la que dependen muchísimas variables de gran valor e inclusive críticas para la vida como la conocemos hoy.

Los sistemas informáticos, sobre todo los de almacenamiento, se han hecho más pequeños y rápidos, hemos logrado establecer un vínculo entre todos ellos de una forma centrada, orgánica y fácil. Con curvas de adaptabilidad y cambio mucho más cortas.

En el año de 1965, Gordon Moore publicó un interesante documento en el que expresaba sus observaciones sobre la evolución de los circuitos integrados y los costos en la fabricación de éstos; este documento conocido como Ley de Moore, básicamente indica que cada 18 meses aproximadamente, el número de transistores en un circuito integrado se duplica, y su coste se reduce. Esta ley, aunque empírica, anticipa un patrón de comportamiento específico que él observó durante una época donde la microelectrónica evolucionaba de la mano de cambios económicos, sin embargo, es una de las observaciones más precisas que se han hecho en relación a la evolución de la tecnología.

Hoy, vivimos manifestaciones reales de esa ley en lo que llamamos “Era de la Experiencia”, la cual, aunque no hace un énfasis cronológico tácito, sintetiza con claridad la relación entre consumo y la forma como las sociedades modernas y conectadas a sistemas que les dan acceso a información inmediata, multiplataforma y con la capacidad de interacción, definen aspectos económicos y sociales que quedarán en la historia de la humanidad.

Saber lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos son preguntas que pueden derivar en sentimientos de paranoia fantástica, como en una película de robots del futuro que regresan a asesinarnos, sin embargo no es así. Esa es una de las grandes responsabilidades y promesas que las firmas tecnológicas debemos cumplir a la sociedad, una expectativa histórica de resolver con capacidad de anticipación (como nunca antes) para dotar de herramientas y métodos de comunicación a las organizaciones, en un momento donde crecemos estimulados, pero encausados hacia ningún lado.

Distribuido

Estático

Físico

Ineficiente

Repetitivo

Inflexible

Lento

Tecnología Aislada

Habilitador

Centralizado

Dinámico

Virtual

Eficiente

Automatizado

Ágil

Rápido

Pool de recursos

Pasado

Moderno

Las redes tecnológicas deben dejar atrás protocolos antiguos, y comenzar a apostar por ambientes donde los esquemas de trabajo sean más flexibles, con perfiles de puestos en constante cambio y que demandan redes inteligentes, donde se fomente la diversidad en esquemas laborales, sin sacrificar la seguridad, identidad y pérdida de información.

¿Qué busca por ejemplo una organización que administra su crecimiento para ser más competitiva? Aprovisionamiento de servicios en minutos, una red inteligente que le diga no sólo cómo están las cosas sino como pueden mejorarse, todo esto con un control centralizado.

Suena complicado y caro para muchos, pero aquí aplica la lógica de acercarnos a un problema desde varios ángulos, sólo así podremos resolverlo y dar paso a una verdadera evolución de redes de alto rendimiento. Si pudiéramos regresar a 1950 y ver lo que hemos hecho hoy, ¿estaríamos contentos?, o bien, ¿relativamente satisfechos?, ¿es esto con lo que soñaban grandes visionarios de la tecnología?, o tal vez, faltó algo en el pasado, que puede ser corregido hoy para forjarnos un mejor futuro.

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