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Perú: claves para el éxito de las próximas negociaciones del sector minero
Mar, 16/12/2014 - 23:32

Leonardo García-Polo

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Leonardo García-Polo

Leonardo García-Polo es country manager de Falcon en el Perú. tiene a su cargo las operaciones de Perú y Ecuador. Ha ejecutado y dirigido proyectos en las industrias de retail, salud, forestal, telecomunicaciones y utilities. Se integró a Falcon en 2005. Antes de ser miembro de Falcon, trabajó como jefe de Planeamiento Financiero y Presupuestos en la EPS Novasalud. Completó su MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez y estudió la carrera de Administración y Finanzas en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.

Si bien en los últimos cinco años las inversiones mineras a nivel general han presentado un panorama positivo, las inversiones en exploración para el descubrimiento de nuevos yacimientos han ido en retroceso. Actualmente existen cinco grandes proyectos en vías de iniciar producción (Constancia, Las Bambas, ampliación de Cerro Verde, la expansión de Toromocho y Tía María), sin embargo, las cifras oficiales del Ministerio de Energía y Minas revelan que la inversión minera sigue a la baja en el Perú, acumulando una caída de 7,2%, entre enero y octubre de este año.

Los expertos coinciden en que el principal desafío que tiene el sector minero ya no es encontrar reservas o depósitos a corto plazo, sino asegurar que los ya identificados se materialicen, implementen y ejecuten. El éxito de las negociaciones determinará -a fines de este año y comienzos del otro- la posibilidad de posicionar al Perú como segundo país productor de cobre en el mundo para 2016. Si nos guiamos por la cantidad de proyectos mineros que se tienen previstos para esa fecha, los cuales ascienden a US$15 mil millones, el panorama resulta alentador. Ahora, para que este se convierta en realidad, es necesario tomar medidas de mediano y largo plazo.

El primer ladrillo lo deben poner las empresas mineras, las cuales están permanentemente expuestas a las amenazas de la economía internacional. La reducción de la demanda de metales de China, la crisis europea, los costos de producción, el alto costo de la energía que requieren las operaciones mineras, son algunos de los factores que afectan, sobre todo, en el precio de los metales. En ese sentido, las mineras deben actuar con rapidez para crear una cultura sostenible del costo y del ahorro, que les permita producir con eficiencia y mejorar su rentabilidad. 

En el plano nacional, la minería informal se transforma en una de las grandes negociaciones que deberá hacer frente el sector y que es clave solucionar para reducir el riesgo de generar focos de conflicto. Según el Observatorio de Conflictos Mineros del Perú, existen 161 conflictos activos y 51 latentes, de los cuales 135 tienen su origen en asuntos socioambientales, los cuales impiden que salgan adelante proyectos mineros en diferentes etapas de desarrollo. Para conseguir buenos resultados, es necesario generar un proceso de formalización efectivo y no centrase únicamente en erradicarla. 

Otro gran reto que enfrenta el sector es el déficit en infraestructura. Un caso emblemático es la Carretera Central, prácticamente colapsada por la entrada en expansión de Toromocho. El gobierno anunció que la inversión en infraestructura para 2016 será mayor a la inversión minera, con el objetivo de asegurar la ejecución de importantes proyectos para los próximos cinco años y agilizar el camino a las inversiones -devolver la confianza a los inversores- y elevar la producción. 

En ese sentido, el Ejecutivo debe trabajar en conjunto con el sector privado para reducir los plazos para los trámites de autorizaciones de exploraciones y operaciones. Hoy son necesarios los cambios en la entrega de permisos y proceso de concesión que atrasan los proyectos, a través de la reducción de la tramitología y la facilitación de negocios.

Por último, es fundamental implementar una agenda que alinee los intereses sociales, las necesidades que tienen las comunidades -a través del diálogo y la escucha activa- y los estándares medioambientales que aseguran una minería moderna y responsable, que provea desarrollo económico al país a través de nuevos proyectos. 

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