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A propósito de Luis Suárez: el mordisco que puede controlarse
Mar, 08/07/2014 - 17:37

Nancy Elias

A propósito de Luis Suárez: el mordisco que puede controlarse
Nancy Elias

Nancy Elias es coordinadora del programa Child Find, parte de las Escuelas Públicas del Distrito de Columbia (DCPS) en Washington DC, que se dedica a identificar niños elegibles para intervención temprana por medio de asociaciones con organizaciones en la comunidad e impartiendo educación comunitaria en temas de desarrollo infantil. Especializada en Psicología y Desarrollo Humano, se enfoca en la relevancia y efectividad de intervenciones con impacto educativo.

Los noticieros del mundo han hablado de la falta de autocontrol de Luis Suárez, quien fue suspendido por la FIFA por haber mordido a un contrincante. ¿Tendrá esto algo que ver con su infancia?

El test del malvavisco es una manera de ilustrar un comportamiento complejo y con grandes implicancias en los niños. Dejas un malvavisco frente a un niño sentado a la mesa y le dices: “Aquí tienes un malvavisco y puedes comerlo ahora. Pero si esperas para comértelo cuando yo vuelva, te traeré otro y así ¡tendrás dos!”¿Aguantan los niños la tentación hasta que llegue el premio? Aquellos expuestos a factores de estrés relacionados a la pobreza tendrán menores posibilidades de controlarse y ganar el segundo malvavisco.

Esperar el siguiente malvavisco significa que el niño se plantea un objetivo y controla sus acciones y emociones para conseguirlo. En blog posts anteriores se ha discutido que una gran cantidad de investigaciones muestran que las habilidades socio-emocionales predicen el éxito escolar. Los niños con mayor capacidad para emplear “funciones ejecutivas” (habilidades cognitivas como atención, memoria, etc.) para regular sus emociones, solucionar problemas sociales, plantear metas y estrategias, etc. tienen experiencias más satisfactorias y mejor rendimiento en la escuela (link en inglés).

¿Qué papel juegan las adversidades que enfrentan muchas familias en América Latina y el Caribe que viven en contextos de riesgo? Teniendo en cuenta la gran influencia del ambiente en el desarrollo infantil, la suma de factores de estrés asociados a la pobreza como exposición a violencia en la comunidad, desplazamiento, desempleo, depresión en la madre, etc. presenta un importante riesgo en contra de construir estas habilidades. Estudios han demostrado que el estrés crónico influye negativamente en las capacidades de autocontrol, atención, memoria y planificación.

Las buenas noticias que traen estudios que evalúan la efectividad de programas de aprendizaje socio-emocional, es que estas habilidades sí se pueden enseñar. No son habilidades predeterminadas e inmutables, sino que pueden ser estimuladas y entrenadas. Algunos ejemplos son los programas PATHS y Tools of the Mind en los Estados Unidos que utilizan cuentos, actuación, juegos, y títeres para analizarlas y practicarlas. PATHS incluye la “Técnica de la Tortuga” que es un favorito de maestros y alumnos. El ejercicio consiste en tres pasos: 1. Parar 2. Entrar en mi caparazón, respirar hondo y contar hasta diez 3. Compartir el problema y cómo me siento.

El aprendizaje socio-emocional es especialmente efectivo cuando se implementa temprano en la vida. Esto se debe a la enorme plasticidad cerebral de los niños durante sus primeros años. Como nos muestra este video del Center on the Developing Child (Centro del niño en desarrollo) de la universidad de Harvard, el cerebro se desarrolla en 90% entre los 0 y 5 años, absorbiendo con extrema eficiencia los estímulos del ambiente.

El entrenamiento y la práctica de habilidades como identificar, expresar y regular emociones, controlar comportamientos y socializar asertivamente puede hacer una gran diferencia en el desarrollo de niños creciendo en contextos de riesgo. Por este motivo es de suma importancia prestar atención y proveer recursos a la enseñanza de estas habilidades socio-emocionales, especialmente en los años preescolares.

Se debe seguir trabajando en sistematizar conocimientos sobre qué prácticas específicas de enseñanza socio-emocional funcionan mejor en los diversos contextos socio-culturales de América Latina. Esto implica:

*Crear y mejorar programas que responden a intereses, estilos de aprendizaje y necesidades locales.

*Instruir a maestras y maestros en la utilidad de invertir tiempo de clase en enseñar estas habilidades como parte del currículo brindando apoyo y entrenamiento en técnicas útiles para lograrlo.

Al contrario de perder tiempo y esfuerzo, los maestros se darán cuenta que es ganar tiempo valioso que permitirá que los niños aprendan mejor todo lo que viene después.

¿Qué estrategias conoces para practicar habilidades sociales y emocionales? ¿Sabes de algún programa en América Latina que se enfoque en la enseñanza directa de habilidades socio-emocionales en contextos de riesgo?

*Esta columna fue publicada originalmente por el blog Primeros Pasos del Banco Interamericano de Desarrollo. Nancy Elías fue invitada a escribir en este blog.

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