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¿Qué le espera a Colombia en el 2015?
Mar, 27/01/2015 - 09:08

José Roberto Concha

Dos años del TLC entre Colombia y Chile
José Roberto Concha

José Roberto Concha es el director del Consultorio de Comercio Exterior (Icecomex)  y jefe del departamento de mercadeo y negocios internacionales de la universidad Icesi (Colombia). Con un Master of Management y un Phd en Mercadeo de Tulane University en New Orleans, Estados Unidos. Trabajó durante 13 años como gerente de mercadeo en Miles Laboratorios y en Sucromiles, y por 16 años se desempeñó como gerente general de empresas del país y del exterior como Comolsa, Valores en Carvajal S.A., Offsetec en Quito, Ecuador y Zona franca Palmaseca. Dicta cátedras en negocios internacionales y mercadeo en la Universidad Icesi y dicta cursos en estas materias en Ecuador y Bolivia en los MBA de Espol y de la Universidad Católica, respectivamente.

El 2014 ha sido un año de altibajos para el país, sin embargo, las estimaciones del gobierno y del Banco de la República mantienen las expectativas de crecimiento cercanas a 5,0 puntos porcentuales del PIB para el final del año. Y es que precisamente el final de este año presentó características bastante interesantes: el café colombiano empezó a tomar la dinámica de hace algún tiempo, la construcción está impulsada por el plan de vivienda gratis del gobierno y el consumo de los hogares mejoró su ritmo notablemente; asimismo, el dólar está montado en un montaña rusa, el precio del petróleo registra una caída de US$40 por barril y nuestros vecinos como Argentina o Venezuela no logran detener el detrimento a sus economías. En este contexto, ¿qué le espera a Colombia en 2015?

Sin duda, el ‘auge cafetero’ será una de las piedras angulares del desarrollo del comercio exterior colombiano en 2015, después que 2014 fuera el mejor año para los productores de grano nacionales.  Pero, ¿qué impulsó la economía cafetera del país? El clima, la renovación de cafetales y los buenos precios se 'alinearon' en beneficio de la caficultura: primero, el programa de renovación de cultivos se intensificó después de que en 2009 el fenómeno de La Niña hizo caer la producción a mínimos históricos; además, el clima fue otro aspecto que le dio más dinámica a la caficultura, en la medida que ha sido benigno y no se han reportado anormalidades importantes. Por último, los buenos precios dinamizaron la economía cafetera. El precio mundial, reportado por la OIC, abrió el 2014 en US$1,26 por libra y hoy se mantiene por encima de los US$2.

Sin embargo, la reactivación de Estados Unidos, evidente con una tasa de desempleo inferior al 6% y una tasa de crecimiento con fuerza, ha generado variaciones significativas en las tasas de cambio y los flujos de capitales, explicadas porque el Banco de la Reserva Federal de ese país dio por finalizada la política de inyección de efectivo al sistema financiero. Para completar el panorama, la oferta de petróleo empezó a superar al consumo en más de dos millones de barriles diarios. A la reactivación de las ventas de Medio Oriente se sumó al auge estadounidense, el cual bombea 9 millones de barriles, 80% más que hace cinco años.

Colombia no salió ilesa de los altibajos. En un periodo relativamente corto, la moneda nacional que había sido la más sobrevaluada de América Latina, pasó a ser la que más se depreció, sin considerar los casos especiales de Venezuela y Argentina. La descolgada en el valor de los combustibles explicó, en buena parte, esos movimientos y abrió grandes interrogantes hacia el futuro, por cuenta de que el petróleo representa el 55% de las exportaciones y una quinta parte de los ingresos fiscales.

Mientras esa incógnita se resuelve, hay que reconocer que la economía colombiana termina el año como una de las de mayor crecimiento en la región. El motivo principal de esa diferencia es que la construcción es nuestro sector líder y su comportamiento es bueno. En la medida en que los proyectos relacionados con las edificaciones o la infraestructura sigan su marcha, deberíamos ser capaces de remontar las dificultades venideras.

Así pues, la oferta exportadora se debe replantear. Se deben aprovechar los sectores agrícola, de agroindustria y el de las manufacturas, que en el año mostraron dinámicas importantes, pero requieren una mirada más fuerte para un mayor crecimiento de los sectores mencionados. También no se pueden olvidar los servicios, los cuales están aumentando su demanda en el mundo y Colombia los podría atender al tener una mano de obra bien calificada en los mercados internacionales. En este sentido, el gobierno debe impulsar políticas que mejoren el acceso a los créditos para micro, pequeños y medianos empresarios, como es el caso de los 375.000 millones del Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (PIPE) ofrecidos en 2014 por Bancoldex para los empresarios.

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