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A sangre fría
Jue, 01/10/2015 - 08:42

Pascal Beltrán del Río

Elección 2012: el qué y el cómo
Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río Martin es periodista mexicano, ha ganado dos veces el Premio Nacional de Periodismo de México en la categoría de entrevista, en las ediciones 2003 y 2007. En 1986 ingresó en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se licenció en Periodismo y Comunicación Colectiva. De 1988 a 2003 trabajó en la revista Proceso; durante este tiempo publicó el libro Michoacán, ni un paso atrás (1993) y fue corresponsal en la ciudad de Washington, D.C. (1994-99), además de Subdirector de Información (2001-2003). Fue dos veces enviado especial en Asia Central y Medio Oriente, donde cubrió las repercusiones de los atentados terroristas de septiembre de 2001 y la invasión de Irak.

Si algo ha capturado mi atención en estos años de criminalidad violenta en México es la saña y la falta de emoción que demuestran muchos asesinos.

Es cierto que en algunos homicidios la extrema violencia contra las víctimas pareciera ser un mensaje destinado a infundir miedo en enemigos, funcionarios o la población en general.

Porque el tema me ha parecido de interés público, pero también por curiosidad personal, en 2011 realicé una serie de entrevistas para Excélsior sobre el tema con expertos en sicología criminal.

Confieso que, pese a haber recabado entonces respuestas científicas sobre por qué algunos asesinos matan con saña y sin remordimiento alguno, me sigo estremeciendo al toparme con casos de este tipo.

El más reciente es el multihomicidio de la colonia Narvarte, ocurrido hace dos meses.

Nuevos elementos de la investigación, que Excélsior pudo conocer, dan cuenta de lo que sucedió en los 20 minutos previos al momento en que los presuntos asesinos llegaran al departamento de la calle Luz Saviñón, así como durante las cuatro horas siguientes.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) pudo determinar que los tres hombres acusados del multihomicidio no llegaron por separado al lugar, como se ha publicado, sino en el mismo vehículo, una camioneta tipo Suburban, azul oscuro, con placas del Estado de México.

El viaje lo realizaron desde la colonia Jardines de Taxqueña, en la delegación Tlalpan, mismo punto al que regresaron, en vehículos separados, pues uno de sus actos de ese día consistió en robarle el Mustang a una de sus víctimas.

Al llegar a la colonia Narvarte, los presuntos asesinos estacionaron la camioneta en la calle de Zempoala, y caminaron hacia el edificio donde, horas después, cinco personas serían encontradas sin vida, algunas con huellas de tortura.

Captada por una cámara de seguridad, la imagen de los tres hombres avanzando hacia la esquina de Luz Saviñón, me recordó inevitablemente la secuencia inicial de la película Perros de Reserva, en la que los ocho miembros de la banda de ladrones encabezada por Joe Cabot (Lawrence Tierney) van caminando por la calle después de haberse reunido a desayunar.

Aunque los hombres del caso Narvarte están vestidos con la aparente intención de ocultar sus identidades –los tres llevan gorra y lentes oscuros–, van caminando parsimoniosamente.

Incluso uno de ellos –quien, según la PGJDF, es Daniel Pacheco– está hablando por celular. Las investigaciones determinaron que en ese momento conversaba con su madre.

El video capta cómo otro de los presuntos atacantes, quien portaba un escapulario –Abraham Torres Tranqulino, de acuerdo con la Procuraduría–, se adelanta a sus compañeros, cruza la calle de Luz Saviñón y enfila por la banqueta hacia el edificio marcado con el número 1909.

Los otros dos hombres doblan sobre la misma acera y luego cruzan la calle, a la mitad de la cuadra, para alcanzar a Torres.

En ese punto, se pierde casi por completo la imagen de los tres. Nadie sabe, salvo ellos, lo que sucedió después de que ingresaron en el edificio y subieron al departamento 401.

Llegaron en la camioneta a las 14:09 a la calle de Zempoala, y eran las 15:03 cuando las cámaras captan saliendo del edificio a quienes la investigación identifica como Pacheco y Torres.

El primero va jalando una maleta y camina hacia donde quedó la Suburban. El segundo sube al Mustang rojo, estacionado frente al edificio, y lo arranca, siguiendo la misma ruta de Pacheco.

Casi cinco minutos después, las cámaras captan a quien, dice la PGJDF, es César Omar Martínez Zendejas. Cruza la calle, corre hacia donde están los dos vehículos y sube al Mustang del lado del copiloto.

Lo que sigue lo puede leer en esta edición de Excélsior, de la pluma de Andrés Becerril.

Me detengo en los dos minutos finales del video. Los tres hombres están de regreso en Jardines de Taxqueña. El reloj marca las 19:02.

Antes de abandonar el Mustang, los tres hombres proceden a desvalijarlo. Se les ve retirando el equipo de sonido por la cajuela.

Vaya prioridad para quienes, según la acusación, acaban de matar a cinco personas a sangre fría. A una de ellas con una saña descomunal.

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