Pasar al contenido principal

ES / EN

Se busca profesional autónomo, especializado y diverso
Mar, 01/09/2015 - 10:33

José Luis Lobera

¿Te quitará un robot tu próximo trabajo?
José Luis Lobera

José Luis Lobera es Especialista Principal de comunicación del BID. Desde 2012 es asesor estratégico de comunicación en las áreas operativas de género, diversidad y mercados laborales. Su trabajo en la Oficina de Relaciones Externas también incluye la producción ejecutiva del área de comunicación corporativa audiovisual (BIDtv). Durante sus más de 15 años de trayectoria en el BID, ha implementado numerosas campañas multimediáticas de marketing social en América Latina y el Caribe. Tiene una licenciatura en Ciencias Políticas y un Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación de la Universidad de Boston.

Recuerda los primeros cinco minutos de la última conversación que mantuviste con un nuevo contacto profesional. Tras presentarte y mencionar donde vives, es probable que tu interlocutor haya sustituido la tradicional pregunta de ¿dónde trabajas? por ¿a qué te dedicas?, una sutil diferencia que acentúa el interés por tus competencias y habilidades como trabajador frente al caché de tu empleador más reciente.

Esta anécdota es reflejo de una progresiva pero irreversible transformación en la relación entre empresas y trabajadores. La figura del trabajador corporativo, inmortalizada por series televisivas como Mad Men, comienza a disiparse ante un mercado de trabajo más flexible, en el que la empresa deja de ser una extensión de nuestra propia identidad y los trabajos a plazo indefinido, con horario de 9 a 5, disminuyen.

Hoy, sobre todo en los sectores más punteros de la tecnología y la innovación, las empresas funcionan como el set de una película, donde se conforman equipos multidisciplinarios para trabajar en un proyecto por un determinado período de tiempo. La cultura laboral de las startups tecnológicas, por ejemplo, es de puerta giratoria: con poca anticipación, se recluta a los mejores talentos para trabajar intensamente, con la sincronía de un reloj, en aplicaciones disruptivas para el mercado. No existen ni horarios fijos, ni jerarquías, ni miedo al fracaso. Tan solo en los países de Latinoamérica, se espera que la industria del software empleará, bajo este modelo,  a más de 1,2 millones de personas durante la próxima década, en centros neurálgicos como Buenos Aires, Montevideo, San José o Medellín.

Para navegar las aguas de este nuevo mercado laboral, muchos buscadores de empleo se están convirtiendo en trabajadores autónomos. Si bien el trabajo independiente no aporta beneficios corporativos, como las vacaciones pagadas, sí proporciona la libertad de autogestionar el balance entre vida laboral y tiempo libre. Además, el trabajador autónomo suele tener mayor poder de negociación salarial al calibrar su valor en el mercado cada pocos meses, logrando trabajar menos horas por tarifas más altas.

El boom de la "economía freelance", un término que ya ha sido acuñado al otro lado del Atlántico para referirse a estos trabajadores por cuenta propia,  alcanza los US$300.000 millones a nivel mundial, según un estudio reciente de la consultora Accenture, y cada vez son más el número de trabajadores independientes que se registran en portales como Infojobs, Freelancer, Workana o Nubelo. Tan solo en Estados Unidos, uno de cada tres trabajadores ya ha optado por el trabajo independiente, bien sea a tiempo completo o parcial, y la revista Forbes pronostica que los autónomos llegarán a ser la mitad de la fuerza laboral en los próximos tres años. En España, y tras cinco años de descenso en el número de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social, el número de autónomos se situó alrededor de 3,1 millones de personas en 2014, marcando un ligero incremento del 2,3% respecto al año anterior.

Pero dar el paso hacia el autoempleo no es garantía suficiente de éxito. A la hora de conformar equipos, las empresas están buscando perfiles muy especializados, con habilidades de comportamiento como el liderazgo, la disciplina y el trabajo en equipo. En condiciones tan competitivas, el trabajador necesita formarse continuamente durante toda su vida laboral; de hecho, las habilidades -y no la cantidad de años pasados en las aulas- explican entre el 50 y el 65% de las diferencias en los ingresos de los trabajadores. Y según datos de Oracle University Latinoamérica, los profesionales que se mantienen en aprendizaje constante, a través de certificaciones o estudios adicionales, ganan en promedio 11% más que sus colegas.

La relevancia y calidad de la formación, sin embargo, sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de los países de Hispanoamérica. Según un estudio del Banco Interamericano del Desarrollo (BID), nueve de cada diez empresas en países como Argentina, Brasil y Chile no encuentran trabajadores con las competencias necesarias para rellenar sus vacantes , y son muchas las firmas latinoamericanas que aún se ven obligadas a contratar personal en el extranjero.  Fortalecer el vínculo entre la oferta educativa con las necesidades de las empresas es clave para formar a los trabajad ores del futuro.

Un tercer factor que  las empresas están valorando más que nunca es la diversidad en sus equipos. Un estudio reciente del Center for Talent Innovation concluyó que reunir a personas de diversa edad, sexo y experiencia es esencial para fomentar una cultura de creatividad e innovación, hasta tal punto que las empresas más diversas tienen el doble de posibilidades de aumentar su cuota de mercado. No obstante, las empresas tecnológicas aún siguen contratando hombres blancos y asiáticos en su mayoría, según recogen los últimos reportes de diversidad de Microsoft, Apple y Facebook. Iniciativas como la anunciada el mes pasado por Intel, que destinará US$125 millones a desarrollar startups gestionadas por mujeres y otros grupos minoritarios, muestran una decidida apuesta por la diversidad.

En un mercado laboral cambiante, la próxima vez que alguien te pregunte ¿a qué te dedicas?, no sería mala idea resaltar tus competencias, habilidades y bagaje cultural, por muy identificado que te sientas con la empresa en que trabajas. Junto a la pasión que le inyectes a tu trabajo, estas características te convertirán  en un perfil laboral en alza.

*Esta columna de opinión fue publicada originalmente en la zona de blogs del sitio web del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).