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Segunda vuelta presidencial: dos modelos en juego para Chile
Dom, 15/12/2013 - 12:14

Álvaro Bellolio

Municipales, voto voluntario y jóvenes
Álvaro Bellolio

Alvaro Bellolio es Coordinador  del Programa Sociedad y Política de Libertad y Desarrollo desde diciembre de 2010. Es Ingeniero civil industrial de la Universidad Católica, con mención en Tecnologías de la Información. Anteriormente se desempeñaba en la Secretaría General de la Presidencia, como asesor  de la División de Coordinación Interministerial, en temas de gestión programática, procesos, tecnologías y políticas públicas.

La elección presidencial de este domingo, en Chile, en el marco de la segunda vuelta de la elección presidencial, nos presenta un escenario bastante particular. En primer lugar tenemos a la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, que representa a los Partidos Comunista, Socialista, Por la Democracia, Radical y Democracia Cristiana, y que no lograra imponerse con el 50%+1 de los votos a pesar del apoyo brindado por las encuestas de opinión días anteriores y el clima triunfalista del sector. A su vez, la contendiente y representante del oficialismo, Evelyn Matthei, representando a la Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional, logra la segunda mayoría con el 25% de los votos, más del doble que lo obtenido por el candidato del Partido Progresista, Marco Enríquez Ominami.

Lo positivo de esta segunda vuelta o balotaje, es que permitió tener debates entre las candidatas con mayor apoyo en las urnas, lo que es un gran aporte para un análisis más detallado de lo que se encuentra en juego. A grandes rasgos, la principal diferencia entre las contendoras tiene que ver con los dos modelos planteados, donde la candidata Michelle Bachelet se inclina por la opción de garantizar la universalidad de los derechos sociales, terminando con el concepto de Estado Subsidiario y promete la entrega de educación superior gratuita, aumentando el tamaño del Estado.

Por otra parte, Evelyn Matthei se enfoca en la mejora en la focalización de los recursos y el apoyo a los más vulnerables, especialmente los jóvenes, mujeres con bajo nivel de capacitación laboral y los adultos mayores.

Gran parte del foco de la propuesta de la candidata del pacto de la Concertación con el Partido Comunista se inclina, como explicaba hace pocos días la historiadora y académica Lucía Santa Cruz, por la reconstrucción de la sociedad, del sistema político y económico, a partir de una idea rectora única en aras de la cual se sacrifican todas las otras aspiraciones legítimas existentes en una sociedad diversa y plural: la igualdad. Igualdad que se obtendría a través de la acción coercitiva del Estado en todos los ámbitos, especialmente en la educación. Igualdad que se pretende alcanzar, por medio de mayores impuestos, mayor distribución de los ingresos, el aumento del gasto público, el establecimiento de derechos colectivos universales garantizados constitucionalmente y una intromisión sostenida del Estado en ámbitos de las conductas y valores pertenecientes a la vida privada, y que en una democracia liberal deben quedar fuera del ámbito de la soberanía popular.

Ahora bien, más allá del tema ideológico, el proyecto de Bachelet presenta una gran ambigüedad en muchos temas, pero contempla algunas propuestas y proyectos que ya fueron propuestos por la actual administración de Sebastián Piñera, como es el Ministerio de la Cultura. Otras materias las deja en manos de futuros estudios y comisiones, sin pronunciarse o ser derechamente contradictoria con propuestas como una asamblea constituyente para realizar una nueva Constitución, o sin una definición de estabilidad de una política energética, lo que aumenta la incertidumbre en el tema, afectando la competitividad y preocupando a los inversionistas extranjeros.

Después de las elecciones del domingo sabremos con más detalle cuál fue el proyecto ganador, si uno impulsado por el aumento del Estado de Bienestar o uno enfocado en la focalización de los recursos; uno de continuidad del legado de la Concertación en el retorno a la democracia, con énfasis en gratuidad de la educación y nueva constitución, reemplazando la actual que lleva la firma del ex presidente Ricardo Lagos, o uno que busca mantener la senda de la justicia para la entrega del apoyo estatal.

En lo que si hay bastante claridad, es que de resultar ganadora Michelle Bachelet, se pronostica un escenario complejo para ella, debido a que las expectativas que ha generado son inmensas, con una ciudadanía cada vez más empoderada y que busca resultados inmediatos. De resultar ganadora Evelyn Matthei, debe mostrar los resultados concretos, transparentar la mejora en la calidad de vida de los chilenos y permitir la continuidad del proyecto político del gobierno de Sebastian Piñera, enfocándose en los más vulnerables.

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