Pasar al contenido principal

ES / EN

Todavía: Día de la Mujer
Mié, 08/03/2017 - 09:40

Yuriria Sierra

Latinoamérica contra el narco
Yuriria Sierra

Yuriria Sierra es conductora de Cadena Tres Noticias y de Imagen Informativa (México), así como columnista habitual de Excélsior.

Otra vez este día sobre el cual muchos se preguntan el porqué de su existencia. Cada año he dedicado este espacio para hablar de las razones, con números en mano, con ejemplos, con referencias, del porqué el 8 de marzo es el día en que se habla de nosotras, las mujeres. Y los muchísimos pendientes que todavía persisten en materia de igualdad de género. Hoy le cuento que millones de nosotras estaremos manifestándonos alrededor del mundo. Algunas han decidido no ir a trabajar, otras vestirán ropa de color morado, algunas más usaremos nuestras trincheras para expresar lo que pensamos sobre ser mujeres en un mundo que, en pleno 2017, todavía nos habla desde la condescendencia. Incluso cuando constituimos, genéricamente, una mayoría absoluta (la mitad más uno; el 51% del total de la población mundial). Y, sin embargo, todavía no llegamos al punto en que toda esa fuerza es vista con el verdadero peso y valor que tiene. Increíble, pero aún estamos en ese lugar desde donde se habla de las “cosas de hombres”, del rosa para identificar lo femenino, de la violencia activa o pasiva como una constante en la sociedad, en todos sus niveles socioeconómicos y educativos. Todavía se nos dice que “ya vieron que podemos hacer” esto o aquello, que hasta “podemos ser ingenieras”, que “hasta podemos ser directoras de una empresa”. Con ese dejo de “todavía están a prueba”. Por eso celebro siempre que una mujer llegue a donde nunca antes, porque eso derriba el muro (los mentales, no los que se van a construir en la frontera —que también proviene de los muros mentales—) que ha hecho que las sociedades avancen sólo de forma unilateral, donde un lado asume que es el que tiene más valor. El del hombre, siempre. Las mujeres hemos estado históricamente en desventaja: se nos culpa por usar ropa “provocativa”, por eso “somos responsables” del acoso o, peor todavía, violaciones y asesinatos. Se nos culpa por “no cuidarnos y llenarnos de hijos”, porque ahí sí le conviene al hombre minimizar sus responsabilidades. Todavía millones de mujeres en el mundo deben pelear, a veces literalmente, porque un “NO” (en su boca) sea entendido como tal. Todavía algunos de ustedes, perdón, está leyendo esto mientras esperan que su esposa les sirva el desayuno, porque si usted trabaja, ella es la que “tiene” que servirle y cuidar a los hijos. Todavía hay, incluso, quienes engañan porque “en su casa no les dan lo que necesitan”, porque entienden que el matrimonio se trata de una satisfacción unilateral. Todavía pensamos que si vemos a una mujer arreglando un auto es porque no ha llegado un hombre a su rescate. Todavía pensamos que si alguna llega a un puesto directivo, es porque algún “favor” habrá hecho para llegar ahí. Todavía escuchamos que, si no somos madres, no habrá nada que nos valide como mujeres. Todavía se nos dice que necesitamos a una pareja para estar completas... Todavía, en pleno 2017, un señor dice que si eres una celebridad puedes “agarrar a las mujeres por el coño” y —¡qué delirio!— convertirse en Presidente de la —todavía— primera potencia del mundo.

Y aún peor, llegamos al punto en el que se nos dice que podemos ser lo que queramos ser, siempre y cuando no descuidemos nuestras responsabilidades “de mujeres”: cuidar la casa, a los hijos, vestir apropiadas, hablar correctamente, juntarnos con la gente correcta. Estamos ahí, en donde el falso progresismo nos dice con mirada de condescendencia que “nos dan chance” de ser mujeres, de expresarnos, de elegir, siempre y cuando —ese maldito condicionamiento— no nos pasemos de unos parámetros dibujados a punta de ignorancia y de prejuicio.

Hoy es Día de la Mujer no porque “celebramos” ser mujeres, sino porque estamos en lucha para que las próximas generaciones de mujeres ya no deban cuestionarse si pueden o no hacer X o Y cosa. Es una conmemoración para recordarle a tod@s en este planeta que, de entre todas las tantas cosas que nos hacen distintos, el sexo y el género no deberían estar en la lista. Seguirán existiendo más #8M (ocho de marzo) hasta que no entendamos eso plenamente.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excélsior.com.mx.

Países
Autores