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Trump contra Clinton: comienza la fase decisiva
Vie, 09/09/2016 - 09:09

Miodrag Soric

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Miodrag Soric

Miodrag Soric es Editor Jefe en Deutsche Welle Radio.

Dos meses antes de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos y todo parece todavía posible. Hillary Clinton va por delante en las encuestas, pero por poco. Ella sí mantiene bajo control a los de su partido. Los demócratas están muy bien organizados, mucho mejor que los republicanos, que actúan de modo un tanto confuso. Clinton sabe por propia experiencia cómo funcionan las elecciones presidenciales.

Todo lo contrario que Trump. En estados clave como Florida u Ohio apenas tiene colaboladores. Parte del estamento republicano le da fríamente la espalda y prefiere concentrarse en las simultáneas elecciones al Congreso. Pero, a pesar de todo, Trump tiene un público fiel: en su mayoría trabajadores de raza blanca sin educación superior y de clase media-baja. Es curioso que Trump haya encontrado últimamente muchos nuevos seguidores entre los militares, en activo o retirados. Esto es remarcable porque la senadora Clinton fue secretaria de Estado y se le debe presuponer cierta competencia en cuestiones de seguridad. Ella es un 'halcón'. Pero crecen las dudas entre los especialistas en seguridad sobre si Estados Unidos puede continuar financiando guerras en el exterior mientras se desmoronan sus infraestructuras o su propio sistema educativo.

Duras palabras, que nadie toma en serio. Como es algo que da popularidad, Donald Trump se presenta en campaña como un hombre duro. Sin embargo, muchos no toman muy en serio sus palabras. Si de algo está convencido, es de que Estados Unidos debería concentrarse en fortalecer su propia economía. A eso se refiere cuando dice en sus actos de campaña "América primero".

Por Estos días, los candidatos inauguran la fase caliente de campaña. Al mismo tiempo, cada vez más estadounidenses se muestran decepcionados tanto por el contenido político como por ambos candidatos como personas. No hay comparación con 2008, cuando millones de votantes mostraban públicamente, con pegatinas, bufandas o camisetas, su entusiasmo por el entonces candidato demócrata, Barack Obama.

Muchos se sienten incómodos cuando se les pregunta por las elecciones. Por un lado está Trump, con sus consignas xenófobas lanzadas en un país que históricamente es la nación de inmigrantes por excelencia. Por el otro, tenemos a una Hillary Clinton que a nadie gusta y de la que casi nadie se fía. La ex primera dama y ex secretaria de Estado es la encarnación de la clase política enriquecida a expensas de todos y de la que en el fondo la gente se quiere deshacer.

Los debates televisados ​​pueden decidir todo. Serán determinantes las próximas semanas, cuando los dos candidatos se verán las caras en directo frente a las cámaras de televisión. De ocurrir un atentado, eso podría favorecer a Trump, que se presenta como el abanderado de la "ley y el orden". Clinton tendrá sin duda ventaja en caso de lograr que caigan en el olvido el asunto de los correos electrónicos y el escándalo de Bengasi.

El ocho de noviembre no supondrá en realidad ninguna renovación para la política estadounidense sino, en el mejor de los casos, "más de lo mismo". Porque, a pesar de las cercanas elecciones, muchos estadounidenses tienen la sensación de no tener en realidad ninguna elección.

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