Pasar al contenido principal

ES / EN

Una cárcel para "El Chapo"
Vie, 17/07/2015 - 16:13

Pascal Beltrán del Río

Elección 2012: el qué y el cómo
Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río Martin es periodista mexicano, ha ganado dos veces el Premio Nacional de Periodismo de México en la categoría de entrevista, en las ediciones 2003 y 2007. En 1986 ingresó en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se licenció en Periodismo y Comunicación Colectiva. De 1988 a 2003 trabajó en la revista Proceso; durante este tiempo publicó el libro Michoacán, ni un paso atrás (1993) y fue corresponsal en la ciudad de Washington, D.C. (1994-99), además de Subdirector de Información (2001-2003). Fue dos veces enviado especial en Asia Central y Medio Oriente, donde cubrió las repercusiones de los atentados terroristas de septiembre de 2001 y la invasión de Irak.

Sigue sin aclararse por qué el gobierno de Estados Unidos –que dice estar “decepcionado” por la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera– tardó más de un año en plantear a México la posibilidad de extraditar al líder del Cártel de Sinaloa.

Contra El Chapo pesan acusaciones en 13 cortes federales de Estados Unidos, que van desde la conspiración para traficar mariguana hasta el homicidio. La más antigua de ellas, radicada en el distrito del Sur de California, data de los años 90.

Anoche, después de que en días pasados los gobiernos de uno y otro país habían dicho que la solicitud de extradición de El Chapo no se había enviado, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, admitió que estaba en proceso de trámite en el momento de la fuga de Guzmán Loera. La PGR informó ayer que la primera solicitud formal llegó el 25 de junio.

El miércoles fue cuestionada al respecto la subsecretaria de Estado estadunidense y embajadora nominada para México, Roberta S. Jacobson, ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de la Unión Americana.

En el inicio de la audiencia, el senador Marco Rubio, presidente del órgano legislativo y precandidato presidencial republicano, le preguntó directamente si estaba enterada de que el Departamento de Justicia hubiese pedido al Departamento de Estado que tramitara la solicitud de extradición.

“Estados Unidos siempre está interesado en la extradición de sospechosos criminales que enfrentan cargos en nuestro país, y existen estos cargos actualmente en Estados Unidos (contra El Chapo)”, respondió.

Y agregó: “Sobre la solicitud para extraditarlo, no puedo comentar, pues tendría que hacerlo el Departamento de Justicia, pero sí puedo decir que siempre estamos interesados en la extradición a Estados Unidos de quienes enfrentan cargos múltiples por crímenes serios”.

Es decir, en su intervención inicial, la funcionaria hizo poco por aclarar las razones por las que dicha solicitud de extradición no había sido concluida.

Debe mencionarse que no hace falta que el individuo al que se desea extraditar esté detenido, pues es posible pedir su aprehensión con fines de extradición.

Cuando el senador Bob Menendez insistió en el tema, Jacobson dijo que la discusión con México para acelerar el ritmo de las extradiciones “lleva años”, pero añadió: “De lo que no puedo hablar es de las razones o la coordinación de la posible o real solicitud de extradición de este individuo en particular”.

Entre ambos se armó un diálogo incómodo. El senador Menendez preguntó de forma golpeada si no había coordinación entre los departamentos de Estado y de Justicia para tramitar las peticiones de extradición.

Dos días antes, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, había dicho a los medios que la solicitud no se había materializado, con lo que secundó la postura original del gobierno mexicano, que fue matizada anoche por Osorio Chong.

En contraste con esos titubeos, El Chapo Guzmán condujo, a través de sus abogados, una agresiva estrategia de defensa que lo alejara de la posibilidad de ser extraditado.

A finales del año pasado, pidió ante el Juzgado Decimotercero de Distrito de Amparo en Materia Penal ser protegido de la “inconstitucional, autoritaria y antipatriota orden o disposición que den las autoridades ministeriales y judiciales para que finquen un proceso en mi contra con fines de extradición a los Estados Unidos de Norteamérica...”

En el juicio de amparo 1233/2014 reclamó asimismo que “por medio de infamante tortura, se me declare culpable de la comisión de delitos que ellos dicen cometidos y así se me apliquen penas inclementes o hasta la pena de muerte, la cual está expresamente prohibida por la Constitución...”

El juicio fue desechado el 16 de diciembre de 2014, pero el capo logró que, cuatro meses después, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito ordenara al juez admitir su demanda.

Hoy, mientras El Chapo es buscado intensamente por los dos países, no queda claro si la falta de una solicitud de extradición a tiempo obedeció a que el gobierno mexicano se atrincheró en el nacionalismo, o si Estados Unidos creyó que hacía un favor a la imagen de su vecino del sur dejando al capo preso en México.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.

Países