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Venezuela: Petit dictionnaire de la révolution
Mié, 04/02/2015 - 11:50

Carolina Jaimes Branger

Venezuela: Petit dictionnaire de la révolution
Carolina Jaimes Branger

Carolina Jaimes Branger es Ingeniero de Sistemas, egresada de la Universidad Metropolitana (Venezuela). Hizo estudios de postgrado en Historia del Arte y Master en Educación, en Harvard University. Es miembro correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua. Conductora del programa "Carolina en Éxitos" por el Circuito Éxitos de Unión Radio. Articulista semanal de El Universal, doce diarios de provincia y varios medios digitales. Entre sus publicaciones destacan: "El anclaje del subdesarrollo" y "Los 7 encuentros".

Hay que revisar términos… ¡tantas cosas han cambiado! Porque cuando decimos, por ejemplo, “café”, ya no nos referimos a la “bebida que se hace por infusión con esta semilla tostada y molida”, ni las muy deliciosas formas de tomarlo a la venezolana, como negrito, negrito corto, negrito largo, marrón, marroncito, con leche, con lechito, teterito y otras que escapan de mi memoria. Decir “café” hoy, es decir “no hay”; “hacer cola”; “dale un pescozón al que te arrebató tu medio kilo” y otros significados nada agradables, por cierto. De manera que aquí van unos cuantos términos actualizados:

Afeitadora: No hay.

Bachaqueo: 1. Mercado ilegal que genera pingües ingresos a quienes se dedican al contrabando de artículos de primera necesidad. 2. Negocio dirigido y controlado principalmente por verdeolivas.

Cabello: 1. El que cree que hay campañas para desprestigiarlo en todo el mundo. 2. El que amenaza a todo el mundo.

Carne: No hay.

Cola: Una nueva manera de socializar los venezolanos. (Véase “pescozón”).

Cultivar: 1. Dar a la tierra y a las plantas las labores necesarias para que fructifiquen. 2. Lo que Eduardo Samán cree que es tan fácil hacer como soplar y hacer botellas. (véase “Samán”).

Decencia: Lo que falta en Venezuela.

Desodorante: No hay.

Dólar: Billete verde con el que todos sueñan, pero al que tienen acceso solo los bachaqueros del gobierno (véase “verdeoliva”).

Economía: Lo que el viento se llevó.

Escasez: 1. Anatema: el que pronuncie esa palabra va preso. 2. Lo que no hay en Venezuela: la gente hace cola porque tiene mucho dinero para comprar bienes (véase “Istúriz”).

Imperio: Lugar donde viven los “enemigos” de los revolucionarios, pero contradictoriamente donde todos ellos quieren ir.

Istúriz: 1. Aristóbulo (ex.maestro). 2. El que se había fumado una lumpia. 3. El que se fumó el container de lumpias y luego habló (véase “Escasez”).

Leche: No hay.

Maduro: Antes: 1. Que está en sazón. 2. Prudente, juicioso, sesudo. Ahora: 1. Que está podrido. 2. Imprudente, de poco juicio, mononeuronal.

Medicinas: No hay.

Pescozón: La usual manera en que terminan las colas.

Petróleo: El excremento de la revolución.

Pran: El que más manda.

Presidente: El que más viaja con todo el familión.

Queja: Un invento de los gringos para desprestigiar al gobierno, porque aquí nadie se queja.

Reabastecer: Nuevo sinónimo de “nunca”.

Samán: 1. Solía ser el árbol símbolo del Estado Aragua. 2. Eduardo Samán es el terror de quienes están en el negocio de los supermercados. Ahora es el terror de empleados públicos y estudiantes, a quienes pretende enviar a “cultivar el campo medio tiempo al día” (que mande a su familia primero).

Supermercado: 1. Lugar donde se hace cola sin saber qué se va a comprar; lo que llegue, porque seguro que se necesita. 2. Lugar donde los verdeoliva se apertrechan de las cosas que al común de la gente le resulta imposible apertrecharse. 3. Lugar donde hay largos anaqueles vacíos o llenos del mismo producto, que no se necesita.

Verdeoliva: Seguro candidato a sapo. (Véase “dólar”, “supermercado” y “bachaqueo”).

*Esta columna fue publicada originalmente en El Estímulo.

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