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Chile y la "nueva normalidad" de China
Mar, 19/07/2016 - 09:38

Andrés Rebolledo

Chile y su socio fundamental, el Mercosur
Andrés Rebolledo

Andrés Rebolledo es Director General de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de Chile.

China vive un proceso de reformas y ajustes económicos que sus autoridades denominan la "nueva normalidad". Detrás del concepto hay una estrategia marcada por dos propósitos: lograr que la economía deje de depender de la inversión y las exportaciones para crecer y que, en cambio, el consumo y los mercados pasen a desempeñar el rol principal. Esto implicaría dejar atrás el crecimiento del 9 a 10% que marcó el comportamiento económico de China en las dos décadas anteriores, para definir un horizonte que buscará mantenerse de manera permanente en torno del 7% en el largo plazo.

No obstante, el significado de estas cifras se muestra en el contexto de la última década. El crecimiento de hoy se debe contrastar con la dimensión económica actual de China, y compararlo con lo que era su economía hace diez o quince años. Este análisis permite entender que el 7% de hoy es mucho más que el 10% de hace diez años.

Desde nuestros intereses como país, la pregunta es cuánto y cómo esos cambios pueden afectar los flujos crecientes del comercio de Chile con China y las proyecciones que pueden surgir en este escenario. Para el cobre, nuestro principal producto de exportación, el escenario inmediato se presenta complejo. La caída de la industria inmobiliaria con todos sus derivados ha llevado a disminuir las compras de este metal. Sin embargo, los principales economistas chinos indican que lo importante para éste y otros productos similares es el ascenso en las compras que traerá la expansión urbana promovida por el gobierno central, y que llevará a más de 200 millones de nuevos habitantes a las ciudades actuales y otras por expandir. 

Del mismo modo, cabe tomar en todos sus alcances los programas de innovación, donde Shenzhen, ciudad próxima a Hong Kong y surgida de la nada en los últimos veinte años, se ha convertido en la capital de las transformaciones tecnológicas y la creatividad que ya tiene a China como el segundo país en la inscripción de patentes en el mundo, detrás de Estados Unidos. La industria digital busca cubrir con nuevos productos a toda China, el entorno asiático y los mercados más lejanos en el mundo.

Es cierto que se ha producido una baja en las exportaciones, pero éstas igual siguen representando el 20% del PIB de China. Parte de los problemas que hoy viven derivan de los usos que hicieron de los US$585.000 millones que el gobierno central lanzó al mercado para encarar la crisis de 2008. Aquella decisión fue necesaria y oportuna, pero no encontró a todos los gobiernos locales preparados para aplicar los recursos en proyectos económicamente sanos. De allí que, en muchos casos, se gestaron proyectos inmobiliarios que no respondían a verdaderas demandas y hoy son parte de las causas de la reforma profunda del modelo de desarrollo chino.

La política emergente habla de una interacción creciente entre las estrategias del gobierno y las empresas de carácter privado en permanente expansión. Ello se manifiesta con fuerza en la creación de fuentes de energía alternativas y en el mejoramiento del medio ambiente. La contaminación es un dato a la mano en las grandes ciudades chinas, especialmente en su capital. El gobierno está avanzando en tecnologías que le permitan mejorar su propio medio ambiente y ofrecer tales productos a los mercados mundiales. El auto eléctrico a un costo al alcance de consumidores medios aparece como una meta donde se están colocando recursos cuantiosos. 

Debemos poner atención en las conductas de consumo y la búsqueda de mayor calidad y exclusividad que muestran las clases medias, hoy estimadas en más de 350 millones de personas. Para éstas el área de alimentación se torna clave y allí Chile tiene un espacio abierto dada su condición de país de clima mediterráneo que produce en contra-estación con el norte. Este rubro tiene el mayor potencial y así lo muestran las cifras de exportación recientes a ese mercado con un aumento de 7% en frutas en enero-abril de 2016 respecto del primer cuatrimestre de 2015, y de 12% en alimentos procesados en el mismo período. 

Ante la "nueva normalidad" china hay que trabajar con los ojos muy abiertos a las nuevas posibilidades, mirar el escenario en su conjunto y, sobre todo, trabajar con mucha prospectiva. China no quiere ser más el país del "hecho en China", sino el del "diseñado en China"”, y ello gestará nuevas áreas en su economía donde debemos saber estar presentes.

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