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¿Cuál es la relación comercial entre España, China y América Latina?
Lunes, Febrero 8, 2016 - 08:29

El salto comercial China-América Latina es bien conocido: el comercio bilateral pasó de US$12.600 millones en 2000 a US$263.000 millones en 2014.

Con el nuevo siglo, la triangulación de los lazos económicos entre China, España y América Latina ha comenzado a cobrar impulso y algunas empresas de sectores estratégicos como la energía y las comunicaciones han explorado ya esta posibilidad.

Así lo señaló en una entrevista con Xinhua el director del Observatorio de Política China en España, Xulio Ríos, que precisó, no obstante, que el grueso del tejido empresarial, integrado en su mayoría por pymes (pequeñas y medianas empresas), ha tenido dificultades para interiorizar las bondades del concepto.

Momento de inflexión. El salto comercial China-América Latina es bien conocido: el comercio bilateral pasó de US$12.600 millones en 2000 a US$263.000 millones en 2014 y el Foro entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China le ofrece una cobertura de alcance, subrayó.

A su juicio, "nos hallamos ahora ante un momento de inflexión de esta realidad pues la transformación estructural de la economía china está teniendo impactos en la región latinoamericana".

La desaceleración, explicó, está provocando una aparente desestabilización del marco establecido aunque, en realidad, lo que está ocurriendo es una reformulación de la relación, que tiene, por parte china, una estrategia clara conocida como "1+3+6" y centrada en la colaboración en comercio, inversión y finanzas.

Para Ríos, la clave de la inflexión reside en que la transformación del modelo productivo chino debe acompañarse de un replanteamiento de la relación con la región latinoamericana y caribeña que puede abrir una segunda oportunidad para la triangulación con España.

Transformación del escenario político. En otro ámbito, continuó, China siempre ha apostado por el pragmatismo y no por la ideología a la hora de fomentar las relaciones e intercambios con la región, si bien es cierto que esos lazos se intensificaron con los gobiernos de izquierda o centroizquierda en auge en la zona.

Ahora bien, precisó Ríos, ese panorama pudiera estar llegando a su ocaso, como señalan los resultados electorales en Argentina o Venezuela. Ecuador, Brasil o Bolivia pueden ofrecer, a lo largo de 2016, nuevos síntomas de cambio del péndulo político.

A priori, anotó, la estabilidad futura parece acompañar en mayor medida las relaciones de China con los gobiernos conservadores o de centroderecha, mientras que en los de izquierda, la estabilidad puede verse afectada por la alternancia.

Esto es debido, en parte, a la crispación que acompaña la acción política de ciertos gobiernos y oposiciones en la región, que tienden a presentar las relaciones con China como una opción ideológica y geopolítica.

A pesar de que Beijing intenta quitar hierro a este punto de vista, la gestión de la alternancia puede ser complicada en más de un caso, vaticinó.

España, un posible puente. En este escenario, comentó, España, como tercer país, puede recuperar posiciones desarrollando una diplomacia inclusiva, respetuosa con las dinámicas internas de cada país y dinamizando proyectos que tengan en cuenta las prioridades que todas las partes coinciden en primar, es decir, la infraestructura, el conocimiento, la innovación y la integración regional.

Estas son las nuevas palancas para generar valor añadido y transformar el signo principal de una relación asociada a un tiempo que tocó techo, apuntó el experto.

La suma de exigencias económicas para seguir avanzando en una relación atractiva para todas las partes y la progresiva habilitación de nuevas coordenadas políticas establece un nuevo marco.

En él, concluyó, España tiene una segunda oportunidad como socio y como puente para favorecer la interacción de los gobiernos y de las empresas.

Autores

Xinhua