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Exportar, sí paga, la consigna para promover las exportaciones en Colombia
Jue, 27/11/2014 - 08:56

José Roberto Concha

Dos años del TLC entre Colombia y Chile
José Roberto Concha

José Roberto Concha es el director del Consultorio de Comercio Exterior (Icecomex)  y jefe del departamento de mercadeo y negocios internacionales de la universidad Icesi (Colombia). Con un Master of Management y un Phd en Mercadeo de Tulane University en New Orleans, Estados Unidos. Trabajó durante 13 años como gerente de mercadeo en Miles Laboratorios y en Sucromiles, y por 16 años se desempeñó como gerente general de empresas del país y del exterior como Comolsa, Valores en Carvajal S.A., Offsetec en Quito, Ecuador y Zona franca Palmaseca. Dicta cátedras en negocios internacionales y mercadeo en la Universidad Icesi y dicta cursos en estas materias en Ecuador y Bolivia en los MBA de Espol y de la Universidad Católica, respectivamente.

Colombia no ha sido un país de empresas grandes. La cultura que la Cepal irradió en Latinoamérica, durante la segunda mitad del siglo pasado, proponía la creación de empresas para el abastecimiento interno de los países, un axioma que fue diligentemente aplicado por el empresariado colombiano.

Ea así como nuestro país tiene un amplio portafolio de empresas. Producimos, desarrollamos y ofrecemos una gran variedad de productos y servicios; podríamos decir que poseemos un 'mar' de industrias, pero con pocos centímetros de profundidad.

Nuestra mentalidad no ha sido nunca la de crear empresas para abastecer el mundo, como sí es el horizonte de las compañías estadounidenses, chinas y alemanas; máximo constituimos empresas para abastecer la región y casi siempre o sólo nuestro país. Hemos sido poco atrevidos en el mercado internacional, ni siquiera ahora, cuando tenemos 14 tratados de libre comercio para abastecer más de 1.500 millones de consumidores.

En la lista Forbes 2014, de las 2.000 empresas más grandes del mundo, Colombia tiene este año seis representantes: Ecopetrol, Grupo Aval, Bancolombia, Argos, ISA y la Empresa de Energía de Bogotá. Y nos fue muy bien, porque anteriormente solo teníamos tres.

En el mercado internacional nos ha sucedido algo similar, las estadísticas así lo demuestran: en Colombia hay 10.200 empresas exportadoras que generan los US$60.000 millones que constituyen las ventas totales de productos colombianos al mercado internacional. Pues bien, solo 18 de esas empresas manejan el 64% de las exportaciones totales colombianas. O expresado en otras palabras aún más preocupantes: 10.000 de esas empresas, o sea el 98%, exportan menos del 10% del volumen total de nuestro comercio exterior, con volúmenes de US$20 millones o menos por empresa.

De las anteriores consideraciones, lo preocupante no es la participación de las 18 grandes empresas; lo que preocupa es que no sean más las empresas medianas y pequeñas que exportan pequeñas cantidades.

Debemos llegar en los próximos diez años a 20.000 o 30.000 empresas exportadoras medianas y pequeñas; es necesario ampliar esa base de industrias que miren el comercio exterior como una gran oportunidad de nuevos mercados, de nuevos clientes y de nuevas oportunidades de crecimiento. Solo así llegaremos a asegurar el volumen de crecimiento en nuestra economía, el cual está siendo hoy fuertemente amenazado por la caída de los precios de los productos minero energéticos.

 Las empresas grandes, como Ecopetrol, la primera empresa del país, no pueden seguir soportando el compromiso del 70% del volumen total de nuestras exportaciones. Hoy, cuando el mercado de las grandes empresas mineras está comprometido por la caída de los precios internacionales y la ausencia de nuevos yacimientos significantes para nuestro comercio exterior, es cuando más importa el desarrollo de nuevas exportaciones que nos garanticen un crecimiento sostenible en el largo plazo.  

Este compromiso de diversificación de las exportaciones debe darse en empresas manufactureras, agroindustriales y de tecnología media y baja, que son nuestra fuerza para crear empleo, generar capital y fortalecer nuestro comercio exterior, aprovechando la ventaja de los tratados de libre comercio que ya existen.

Haciendo un símil con la campaña educativa de las 10.000 becas en educación superior a estudiantes de estratos bajos con altos puntajes en las pruebas SABER, qué bueno sería que el Ministerio de Comercio Exterior creara incentivos a las 10.000 nuevas empresas que exporten más de US$10 millones, porque exportar, sí paga.

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