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La OMC y la facilitación del comercio internacional
Jue, 29/10/2015 - 09:51

Héctor Casanueva

Europa y las migraciones: una paradoja
Héctor Casanueva

Héctor Casanueva es profesor e investigador en Historia y Prospectiva de la Universidad de Alcalá de Henares, director del Consejo Chileno de Prospectiva y Estrategia y ex embajador de Chile.

El Acuerdo de Facilitación del Comercio (AFC) de la OMC, actualmente en proceso de ratificación por los 162 miembros, es el primer consenso multilateral en materia de comercio internacional desde Marraquech. Consiste en la eliminación a escala local y global de obstáculos técnicos, administrativos, procedimientos aduaneros obsoletos e innecesarios, problemas logísticos y otras barreras que elevan los costos y los tiempos, frenando la fluidez del comercio internacional. Un gran paso, que ha costado mucho dar y que con su plena entrada en vigencia significará aumentar hasta en un billón de dólares anuales las exportaciones globales. La espectativa de la organización es que se encuentre ratificado por los 2/3 de los miembros antes de la próxima Conferencia Ministerial de Nairobi en diciembre. El impacto en empleos, inversiones, crecimiento económico y sinergias productivas, está reflejado en el reciente Informe sobre el Comercio Mundial 2015 emitido por la OMC, elaborado sobre la base de dos metodologías, el modelo de “equilibrio general computable” (EGC) y el llamado “gravitacional”, cuya combinación entrega estimaciones sólidas y prudentes, y permite comparar los resultados con estudios anteriores, como el de la OCDE.

Según el estudio, los países en desarrollo (PED) captarán la mayoría de las oportunidades resultantes de la plena vigencia del AFC, y las exportaciones de los PMA (Países Menos Adelantados) aumentarían entre 13% y 36%, mucho más que en el caso de las economías desarrolladas o en desarrollo. Se calcula que las exportaciones mundiales de mercancías aumentarían entre US$750.000 millones y US$1 billón anuales, de los cuales entre 170.000 millones y 730.000 millones corresponderían a los países en desarrollo. Las economías desarrolladas aumentarían entre US$310.000 millones y US$580.000 millones anuales. Es decir, un acuerdo que beneficia a todos, que son los mejores acuerdos, sin duda. Se calcula que en total las exportaciones mundiales podrían aumentar hasta 2,7% al año y el crecimiento del PIB mundial aumentaría anualmente un 0,5%.

Para PED y los PMA se generarán sinergias con positivos impactos en la diversificación de exportaciones en productos y mercados, ampliar la participación de las pymes, la incorporación a las cadenas globales de valor y un incremento de las inversiones. En efecto, si el AFC se aplica en su totalidad, los PED podrían aumentar hasta 20% los nuevos productos exportados, y en los PMA podría llegar hasta el 35%. Los PED accederán a 30% más de mercados y los PMA a 60% más. Otros beneficios serán sin dudas un aumento de los ingresos públicos, la transparencia, seguridad y reducción de los espacios para la corrupción.

La implementación del AFC es un gran desafío, especialmente para los PED y PMA, ya que implica disponer de las capacidades institucionales para hacer las reformas legales y generar los instrumentos que permitan aplicar sus normas. Asimismo, necesariamente se requiere de financiamiento que deberá provenir de la cooperación internacional, a través de programas de la OMC y del Centro de Comercio Internacional, como el Aid for Trade y otros de los OO.II. e instituciones financieras. La OMC ya estableció en 2014 el Mecanismo para el AFC con el fin de ayudar a los Miembros en este proceso.

Contrariamente a lo que algunos analistas suponen, estimamos que la OMC ratifica su vigencia e importancia con la aplicación del AFC, más la actividad permanente de sus órganos regulares en ámbitos que no cubren los acuerdos extra-OMC, el monitoreo del cumplimiento de las regulaciones del GATT, la solución de diferencias, revisión de las políticas comerciales de sus miembros, el avance en sus plurilaterales como el de tecnologías de la información y otros. Al mismo tiempo, asegura su capacidad para asumir su rol en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 aprobados recientemente por las Naciones Unidas, contribuyendo al crecimiento mundial y el desarrollo.

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