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Reformas chilenas versus perspectivas internacionales
Mié, 25/03/2015 - 10:40

Andrés Rebolledo

Chile y su socio fundamental, el Mercosur
Andrés Rebolledo

Andrés Rebolledo es Director General de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de Chile.

El 24 de marzo se realizará en Chile el lanzamiento del informe Perspectivas Económicas de América Latina, 2015, elaborado por la OCDE, en conjunto con la  Cepal y el CAF. El documento, que se realiza año a año, es uno de los termómetros globales de mayor relevancia para tomar el pulso a lo que está pasando en la región, ya que además del diagnóstico entrega recomendaciones  concretas para impulsar un crecimiento inclusivo, activo y dinámico, en áreas como la educación, formación y capacidades.

El informe 2015 plantea con mucha fuerza que una recuperación económica a largo plazo exige poner el acento en mejorar sustantivamente la productividad y el crecimiento potencial de la economía latinoamericana. Para ello se precisa una mejora sustancial de los niveles de educación de toda la población, así como mayores competencias de su fuerza laboral y también avanzar en innovación.

La educación es un motor del crecimiento económico, pero además es esencial para construir sociedades más inclusivas. Lamentablemente, el número de años de escolaridad en América Latina sigue siendo inferior a los de las economías desarrolladas, brecha que aumenta si se tiene en cuenta su menor calidad y bajo desempeño.

Además, los esfuerzos educacionales, nos dice el informe, deben ir acompañados por una apuesta decidida por la innovación. Solamente en un entorno favorable a la innovación se puede asegurar que una mejor educación y competencias laborales más adecuadas contribuyan a fortalecer la competitividad de la región, incrementar la productividad y favorecer la diversificación productiva que requiere un crecimiento de mejor calidad.

Chile ha tenido un importante crecimiento económico, con notable reducción de la pobreza. Sin embargo, nuestra matriz productiva que se basa en los recursos naturales, no ha logrado superar las grandes desigualdades que afectan a la ciudadanía. Para enfrentarlas, el gobierno de la presidenta Bachelet ha impulsado un programa de transformaciones que, al mismo tiempo, intenta mejorar la calidad del crecimiento.

En línea con lo expuesto por el informe, Chile ha impulsado una reforma educativa que elimina el lucro, la hace equitativa y apunta a mejorar la calidad en todos sus niveles. Esto no sólo producirá una mayor inclusión social, beneficiando a miles de familias. También permitirá que profesionales, técnicos y trabajadores manuales, con grados crecientes de calificación, favorezcan al aumento de la productividad que necesita la economía para dar un salto de calidad en su desarrollo.

El actual gobierno ha entendido el vínculo estrecho existente entre equidad y desarrollo productivo. Y también tiene muy presente que nuestra economía, altamente dependiente de su sector externo, está obligada a mejorar sus capacidades competitivas en el mundo global. Para ello una educación de calidad, ampliada a todos los jóvenes, así como una mayor inversión en ciencia y tecnología y el apoyo a las pymes, son ejes fundamentales que se ha propuesto el actual gobierno.

Las reformas en desarrollo en nuestro país coinciden con el informe 2015 de OCDE-Cepal-CAF. Vale decir, sustentar un crecimiento económico más sólido, por medio de reformas estructurales, que combinen mejor educación, competencias más efectivas y estimular la innovación. Así alcanzaremos un mejor posicionamiento en la economía internacional, con una paulatina diversificación de la matriz productiva-exportadora y en el marco de una sociedad más inclusiva.

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