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En 20 años no bajó el número de jóvenes que no estudian ni trabajan en Uruguay
Domingo, Enero 24, 2016 - 09:56

Menores de 24 años que no trabajan ni se forman se concentran en hogares de bajos ingresos.

Montevideo. Una foto sacada al Uruguay de 1992 mostraría un país bien diferente al actual en algunos aspectos. Las estadísticas indican que tanto la pobreza como la indigencia descendieron, mientras que el tamaño de la economía prácticamente se duplicó y el poder de compra de los trabajadores creció más de 20%. Pero si bien se crearon más oportunidades de empleo y a mejor salario, hay algo que se niega tercamente a cambiar: la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan (conocidos como ninis). A comienzos de la década de los 90 eran alrededor de uno de cada cinco uruguayos en esa franja etaria. Hoy, también.

Mientras que en 1992 el 18,1% de los jóvenes entre 15 y 24 años era ninis, para 2013 ese porcentaje había caído de manera casi imperceptible a 17,9%. En el mismo periodo, el total de mujeres en esta situación cayó un punto (de 22,9% a 21,9%), pero en el caso de los hombres aumentó (de 13,2% a 14%).

Estos datos se recogen en una nota sobre el fenómeno en Uruguay que realizó el Banco Mundial (BM), en el marco de la presentación esta semana del informe NiNis en América Latina: 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades, a la cual accedió El Observador.

El trabajo señala que, pese al buen desempeño que tuvieron las economías de la región en los últimos años –en el caso de Uruguay, su Producto Interno Bruto aumentó casi se duplicó entre entre 1992 y 2013 en términos reales, con un aumento de 87%–, el porcentaje de jóvenes latinoamericanos que no estudian ni trabajan descendió solamente de manera "marginal". De hecho, si se tiene en cuenta el crecimiento de la población la cantidad de personas en esta situación trepó.

Asimismo, el organismo intenta echar por tierra el prejuicio de que estos jóvenes dejaron de asistir a una institución educativa o no tienen un trabajo porque así lo quieren. "Debemos luchar contra la creencia de que los ninis son jóvenes sin motivación cuya indiferencia los sume en la pobreza y la desesperanza. Ninis o no, los jóvenes tienen todo el potencial y es nuestra responsabilidad como sociedad ayudarlos a alcanzarlo", expresó el vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar, en un editorial que escribió.

En el mundo hay más de 260 millones de jóvenes entre los 15 y los 24 años que son ninis. Más de 20 millones viven en América Latina, dos tercios de los cuales son mujeres. En Uruguay, el fenómeno nini también tiene cara de mujer: 60% de los ninis es de sexo femenino. El BM apunta que el 23% de las mujeres entre 15 y 18 años que no estudiaba ni trabajaban en Uruguay en 2013 ya había contraído matrimonio (ver apunte).

Sin embargo, a nivel regional es entre los hombres que la problemática se agudizó en los últimos años.

El relevamiento muestra que el 19% de los jóvenes latinoamericanos en esta franja de edad es nini –el promedio mundial es ligeramente superior (22%)– Arriba del 25% de los ninis en la región no logró terminar la educación primaria, y el 43% sí la finalizó pero no hizo lo mismo con la secundaria.

El periplo de estos jóvenes en América Latina –en especial en el caso de los varones, especifica el BM– está marcado por la deserción escolar, seguida de un trabajo informal, que muchas veces desemboca en desempleo. Lo que suele pasar es que el joven que no terminó la educación secundaria no tiene muchas veces las herramientas que se requieren para obtener un trabajo en el sector formal, lo que lo empuja en la mayoría de las ocasiones a ocupaciones temporales e inestables en el sector informal, plantea el organismo. Cuando pierde este trabajo, el camino de vuelta a las aulas se vuelve cuesta arriba.

En Uruguay, los años de la escuela no son un problema: el 97% de los jóvenes entre 14 y 15 años logró terminar sexto año, según los últimos datos disponibles, recogidos en el Anuario Estadístico de Educación 2014 del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). El dolor de cabeza arranca más tarde, en el liceo. Uruguay padece un dramático abandono durante los años de la educación secundaria. En el país, a los 15 años el porcentaje de varones que está en el liceo es de 80%, guarismo que cae a menos de la mitad (37%) para cuando llegan a los 18 años, indica el reporte del BM. En tanto, solamente 38% de las personas entre 21 y 22 años culminó el segundo ciclo, complementa la información del MEC.

Una de las estrategias que recomienda el BM para hacer frente a esta problemática es, justamente, generar más incentivos para retener a los jóvenes dentro de las aulas. En este sentido, sugiere que Uruguay podría mirar lo que ha hecho Estados Unidos en los últimos tiempos para batallar este mal. La evidencia sugiere, dice el BM, que una mezcla de "sistemas de alerta temprana" para identificar quiénes son potenciales "desertores", seguido de "intervenciones" –en forma de tutorías, por ejemplo– funcionan para reducir la cantidad de abandonos dentro de este grupo.

También los esfuerzos tienen que dirigirse, señala la organización, a mejorar la ayuda que se les brinda a estos jóvenes a la hora de encontrar un empleo. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de noviembre, entre las personas de 14 a 24 años la tasa de desempleo ascendía a 24%. Este número contrasta con el índice general: 7,9%.

En este terreno, el organismo propone, entre varias alternativas, que los gobiernos impulsen a los jóvenes a emplearse en el sector privado a través de subsidios a los salarios. También, alentarlos a trabajar por cuenta propia mediante la puesta en marcha de programas de emprendedurismo.

Según explica Familiar, "si bien esto requiere de inversiones públicas sustanciales, algo que podría llegar a ser complicado dada la actual desaceleración económica, postergar estos esfuerzos podría llegar a ser aún más costoso".

La cantidad de ninis mujeres ha venido descendiendo. De todas maneras, el BM señala que entre este grupo el factor de riesgo número uno es el casamiento antes de cumplir los 18 años, lo que se potencia de ocurrir un embarazo. En Uruguay, el porcentaje de adolescentes embarazadas mantiene la misma proporción desde 1996 hasta hoy: cerca de 16% de la población comprendida entre los 10 y los 19 años, según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP). En 2014 (últimos datos disponibles) hubo 7.951 partos.

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