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Realidad e ilusión contable
Jue, 01/10/2015 - 09:00

Alejandro Gómez Saba

La liquidez: precioso tesoro
Alejandro Gómez Saba

Alejandro Gómez Saba es Presidente de Asociación Peruana de Finanzas (APEF), director de inPerú y profesor de la U. Pacífico.

A lo largo de mi vida profesional he tenido el privilegio de asesorar algunas empresas familiares pujantes en las que el principal accionista le prestaba poca atención a la calidad de la información contable. No soy contador, soy economista y la contabilidad no me apasiona pero sí que es IMPORTANTE. En muchas de las empresas encontré, y más en una coyuntura desafiante como la actual, que las cifras contables ocultaban graves problemas y su conocimiento consciente y explícito por parte de los líderes era nulo o limitado. Uno de los síntomas principales que obliga a ‘meterse’ a ‘entender’ las cifras es, por supuesto, cuando falta liquidez. A continuación algunas claves:

1. La contabilidad es la herramienta principal para el control de la gestión y registra razonablemente todos los negocios de la empresa, así como lleva el control del valor de sus recursos (activos). Una contabilidad de ‘calidad’ es vital para determinar la salud financiera, comercial y operativa de su negocio. Tener un equipo contable profesional, con visión integral y enfocado en las características particulares del negocio es clave. Si no tiene el tamaño como para contratar a un contador a tiempo completo, evalúe minuciosamente al contador que le hará el servicio externo. Muchas veces este último lleva los libros de tantas empresas a la vez que no tiene el foco, el tiempo o el interés de profundizar en ellos y de confirmar que reflejen realmente la situación financiera de su cliente. Pueden originar por su superficialidad grandes distorsiones y sobrecostos, algunos incluso mortales. Además muchas veces también retrasan la entrega mensual de los estados financieros evitando por tanto la oportuna toma de decisiones. Si a esto se añade el poco conocimiento contable del dueño, la combinación será explosiva y peligrosa.

2. Aprenda contabilidad. No se puede hacer empresa si no se sabe por lo menos lo básico de esta disciplina y se aprende cada vez más en la medida en que el negocio se vuelva más complejo. Lo engañarán o sacará conclusiones equivocadas si no entiende las partidas contables y sus relaciones entre sí y con el negocio real.

3. La contabilidad está directamente vinculada con el negocio. No se entiende si no se conocen profundamente las características de la empresa, así como sus estrategias. Es decir no bastan solo los números, por más que estén muy bien llevados, si no son interpretados bajo la lógica específica de la dinámica de cada negocio. Justamente los números deben corroborar que las estrategias y tácticas comerciales han sido eficaces y eficientes.

4. No maquille sus cifras contables. Primero no lo haga para no engañarse a usted mismo. Si la contabilidad es la base para conocer la realidad de su negocio y controlar su gestión, maquillarla distorsionará sus percepciones y lo llevará a tomar decisiones equivocadas. En segundo lugar, si lo hace frente a un tercero a la larga la realidad se impondrá y la confianza será mermada. Maquillar sus cifras no acabará con los problemas que tarde o temprano se traducirán en falta de liquidez.

5. Se deben evitar los cruces contables y subsidios entre empresas del mismo grupo o con el accionista. Los préstamos al accionista u otras empresas vinculadas deben ser muy limitados y seguidos minuciosamente. Es vital que cada negocio muestre su realidad y sea rentable en sí mismo. Es vital además que el accionista sea disciplinado y ‘cuide’ su empresa evitando mezclar la caja de ella con su propio bolsillo. Esta es una de las claves de éxito a largo plazo.
Por ese motivo busque que su contabilidad sea clara, real, razonable y lo más simple posible.

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