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Sepa cómo saber si una acción se encuentra subvaluada o sobrevaluada
Jueves, Abril 17, 2014 - 14:50

En primer lugar, es importante tener en cuenta que el concepto de valuación hace referencia a la comparación entre el precio de mercado del activo y su valor intrínseco o fundamental.

Sala de Inversión. En el ámbito financiero hay diversos conceptos y formas que se deben manejar para tener una mejor comprensión del mismo, toda vez que hay algunos términos que se prestan a confusión.

En este sentido, términos como subvaluación y sobrevaluación son utilizados frecuentemente. Sin embargo, muchas veces existe cierta confusión al respecto de lo que significan estas cuestiones y sus implicancias desde el punto de vista práctico. Siempre es necesario tener claros algunos conceptos a la hora de analizar la valuación de los activos financieros.

En primer lugar, es importante tener en cuenta que el concepto de valuación hace referencia a la comparación entre el precio de mercado del activo y su valor intrínseco o fundamental. Es decir, se compara el precio de la acción con algún estimado del valor de la empresa en base a variables como ventas, ganancias o flujos de caja.

Este concepto es diferente a comparar el precio actual con los precios pasados del activo. Cuando un activo cae o sube de precio en forma que se considera demasiado abrupta o acelerada, el término correcto a utilizar el de sobreventa o sobrecompra, lo cual no necesariamente implica subvaluación o sobrevaluación del activo en cuestión.

Aclarado esto, existen básicamente dos grandes líneas en cuanto a métodos de valuación, los métodos absolutos y los relativos. Los métodos de valuación absolutos estiman el valor del activo en forma independiente, es decir, sin realizar comparaciones con activos de características similares.

En definitiva, el valor de cualquier activo financiero siempre debería depender del valor de los flujos de caja que el activo en cuestión generará con el paso del tiempo. En estos casos, se estiman a futuro variables como flujos de caja libres o dividendos, para luego aplicares una tasa de descuento temporal y calcular el valor presente de dichos pagos.

Una de las principales ventajas de este método es que el análisis y proyección de flujos de caja puede resultar un ejercicio muy ilustrativo en términos de evaluar variables como el crecimiento de ventas o la rentabilidad del negocio.

Además, desde el punto de vista teórico, el método es inobjetable, al realizar una valuación del activo en base a sus propios fundamentos, sin necesitar comparaciones con otros activos que podrían no ser estrictamente comparables desde el punto de vista fundamental.

Por otro lado, los métodos de valuación absolutos tienen algunas desventajas importantes en lo que respecta a su sensibilidad y precisión. Estimar los flujos de caja a largo plazo da lugar a un margen de error especialmente elevado, ya que, mientras más extenso el horizonte temporal, más incierto es el escenario que se está analizando.

El valor que se calcula en esta clase de modelos muchas veces es altamente sensible ante variaciones en los estimados de flujo de caja a largo plazo, por lo tanto, dicho valor es altamente dependiente de variables cuya estimación implica un considerable margen de error.

En el mismo sentido, la tasa de descuento teórica a aplicar siempre es materia opinable, y el valor estimado puede variar materialmente en función de esta tasa.

Los métodos de valuación relativos, en cambio, comparan la valuación de la empresa con la de firmas similares. En estos casos, suelen utilizarse ratios de valuación como precio/ganancias o precio/flujos de caja para realizar comparaciones entre la empresa y otras compañas de la industria o el mercado en general.

Este método puede considerarse menos preciso y detallista que los métodos de valuación fundamental, y siempre resulta complejo evaluar cuál es la comparación correcta a tener en cuenta.

Aún cuando se identifica un grupo de empresas que sean efectivamente comparables, siempre existe la posibilidad de que ese sector – o incluso el mercado en su conjunto – esté cotizando a valores de sobrevaluación o subvaluación. Por lo tanto, las comparaciones pueden dar lugar a errores considerables cuando el grupo de comparables cotiza por debajo o por encima de su valor fundamental.

En cuanto a las ventajas, los métodos de valuación relativa no solo resultan más sencillos en términos de aplicación e interpretación, sino que pueden evitar una dependencia excesiva frente a variables lejanas en el tiempo y de proyección incierta.

Además, las comparaciones muchas veces pueden aportar claridad al análisis, ya que requiere tener en cuenta factores como las ventajas competitivas, las tasas de crecimiento o la fortaleza financiera de un negocio para realizar los ajustes necesarios en dichas comparaciones.

Más allá del método empleado, siempre es importante tener en cuenta que no existe un valor único y preciso para un activo. Los métodos de valuación no son otra cosa que estimaciones, como tal dependen de variables económicas y financieras futuras, las cuales no pueden conocerse en forma anticipada y con precisión.

Más allá de que se utilicen métodos matemáticos y financieros, la valuación de activos depende en buena medida de la habilidad del analista para seleccionar los datos correctos a la hora de realizar comparaciones y estimaciones.

Teniendo esto en cuenta, es fundamental recordar que el ejercicio de valuación es tanto un arte como una ciencia.

Autores

Sala de Inversión