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Orden del Quetzal a un humanista
Vie, 26/09/2014 - 09:49

Mario Antonio Sandoval

Elecciones en Guatemala: el mapa político entre Patriota y Líder
Mario Antonio Sandoval

Mario Antonio Sandoval Samayoa es periodista, escritor y comunicador social. Es miembro de la Real Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente a la RAE, y ha sido dos veces presidente de la Asociación de Periodistas. Ha escrito dos libros, varios ensayos y es columnista estable de Prensa Libre (Guatemala).

Pocas horas antes de salir a su natal Italia, luego de más de medio siglo de servicio en Guatemala, el sacerdote jesuita Antonio Gallo recibirá la Orden del Quetzal, durante una ceremonia programada para el lunes en la Cancillería. Es una representación simbólica y absolutamente merecida para alguien cuya vida religiosa, universitaria, académica y filosófica se desarrolló en este país, a donde vino en 1962, poco después de la fundación de la Universidad Rafael Landívar. En su sobresaliente hoja de servicios destaca la docencia universitaria, y por ello tuve la oportunidad de conocerlo y ser su alumno, en los lejanos años de la década de los sesentas, cuando era un joven sacerdote, de 40 años. Ahora, a los 90, merece el retorno a su patria.

Recuerdo, como si fuera ayer, sus explicaciones de Lógica y de Ética, como disciplinas filosóficas. Dejaron profunda huella en mi pensamiento y en el de otros veinteañeros de esa época, ahora casi setentones… no lo sé con certeza, pero un medio ciento de promociones landivarianas de Humanidades se beneficiaron con las enseñanzas de quien, para mí, encarna la figura del erudito, del pensador, distraído en algunas cosas, pero de muy certeras y agudas opiniones, observaciones y comentarios. Gracias a él me pude dar cuenta de la compatibilidad entre ser un humanista clásico, podríamos decir, y al mismo tiempo un hombre dedicado a su tarea sacerdotal de manera igualmente profunda. La cultura —me enseñó— no choca con la religión.

La orden es merecida. Veamos los títulos de sus libros: Identidad nacional, para un modelo de educación no alienante; Escultura colonial en Guatemala; Pensamiento y proyección de la Universidad Landívar, Veinte años de universidad privada en Guatemala, 1964-84; Ver de Verdad; Ver y pensar; Estudio preliminar sobre la juventud guatemalteca; Investigación sobre la juventud guatemalteca; Ver y hablar, lógica y filosofía del lenguaje; Identidad nacional, para un modelo de vida y desarrollo no alienante; Los grupos étnicos en el pensamiento de Antonio Gallo; el Hombre, mi hermano; Los mayas del siglo XVI; Ver de verdad, Manual de Hermenéutica; Introducción a los valores; Un abrazo en la fe; Ver los valores; Mis Valores Adultos.

El breve resumen de la vida del padre Gallo incluye la fundación de la galería El Túnel, el Instituto de Arte Colonial, la biblioteca Egeria, con cientos de películas con temas religiosos: 200 DVD de la historia del cine, 180 homilías situadas en YouTube, y cien en CD y digitalizadas. Fotografió obras religiosas y sirvieron para conocer los daños sufridos por el terremoto del 76. Sus temas en la inculturación de la fe ocupan mucho de la agenda del papa Francisco. Como sacerdote sirvió en Molino de las Flores, Chajul, Santa Elena Barillas y Ciudad Vieja, participó en la comisión teológica de beatificación de la monja guatemalteca María Teresa de Aycinena. En suma: ejemplo de dedicación a la tarea por él escogida, durante toda la vida. 

La importancia mayor de la tarea del padre Gallo es su entrega a la naciente universidad Landívar y a la Facultad de Humanidades, de la cual fue decano. El trabajo del comienzo de las instituciones es el fundamental. Las instalaciones universitarias eran pequeñas y todos nos conocíamos. Los panes con frijoles de la tienda aledaña costaban 15 centavos. Otros tiempos. Hoy la realidad de Guatemala es otra, pero quien recibirá el lunes la Orden del Quetzal es un ejemplo de la permanencia de los valores a través del tiempo, es decir de la corrección como base mayor a la simple legalidad, así como del valor del individuo sin llegar a la exageración ni al egoísmo, tan de moda ahora. Solo me queda desearle un buen viaje de regreso a su patria, de la cual vino a Guatemala “en préstamo”, como me dijo el domingo pasado.

*Esta columna fue publicada originalmente en PrensaLibre.com

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