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Apuntalarán a sectores textil y del vestido en México
Lunes, Septiembre 29, 2014 - 05:56

La acciones que tomará el gobierno tienen como fin contrarrestar el impacto negativo de la competencia desleal, principalmente por productos de origen chino, que enfrentan ambos sectores.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en conjunto con la de Economía (SE) pondrán en marcha una serie de acciones que permitan controlar el impacto negativo de la competencia desleal, principalmente por productos de origen chino, que enfrentan la industria textil y vestido en México, medidas que emularán la política pública ya anunciada para el sector calzado.

Aun cuando otros sectores productivos como el del acero también alzaron la mano para ser objeto de un programa similar de apoyo, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, informó que sólo se dará respiro a estos tres sectores (calzado, textil y del vestido) que en los últimos meses fueron inundados por mercancía a precios irrisorios de manera desleal.

“El comportamiento de los últimos 24 meses del incremento exponencial de mercancías en el sector textil, vestido y calzado, ha sido un patrón muy similar que tenemos que combatir, y eso es parte de las acciones que se anunciaron con la industria del calzado, tenemos que combatir la subvaluación, el contrabando, la piratería y una serie de elementos que afectan a la industria”, aseguró el funcionario a El Economista.

Después de la apertura unilateral del gobierno mexicano en turno -a partir del 2008 y que se endureció en el 2012-, que se otorgó a productos de terceros países (aquellos con los que México no posee un Tratado de Libre Comercio), la industria textil, vestido y calzado resultaron ser de los sectores de la economía con mayor vulnerabilidad.

El secretario de Economía recordó que la política de reducción arancelaria empezó en el 2008, con un acuerdo que firmó la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) con el gobierno de Felipe Calderón, en el cual las autoridades asumían la responsabilidad de reducir el costo-país en temas como energía, financiamiento, regulación y otros temas, y en cambio, México abrió su mercado a todo tipo de mercancía bajo el argumento de que el consumidor se vería beneficiado con productos a menores costos. “Pero el compromiso gubernamental no se cumplió”, abundó.

Lo anterior generó competencia desleal en sectores vulnerables como el vestido, textil y calzado.

Guajardo abundó que la primera acción del presidente Enrique Peña fue firmar un decreto transitorio para analizar la situación de los sectores productivos y detener la desgravación arancelaria que permitiría el acceso de ropa, tela y zapatos con un menor impuesto.

Aunque algunas partes lo han visto como proteccionismo, “esto no es una reversión de la estrategia de comercio exterior de este gobierno”, dejó en claro; por el contrario, el congelamiento de la desgravación arancelaria es para apoyar la transición de los sectores hacia la innovación y la generación de productos con mayor valor agregado.

“Hubo muchos sectores que quisieron subirse a este tema (...) El sector acero pedía regresar a los aranceles de antes del 2012, lo cual es imposible, porque México no puede mandar una señal global de que estamos retrocediendo en la estrategia de integración al libre comercio global”, estableció el funcionario.

Sin embargo, la política pública a estos tres sectores va enfocada a tener una cancha pareja en condiciones de competencia real.

“El problema de los tres es fundamental, porque se había abierto un boquete por competencia desleal, las cifras de subfacturación de mercancías que estaban entrando a precios irrisorios eran muy altas. Era necesario congelar transitoriamente el proceso para dar respiro y ajustar políticas públicas de control, de supervisión aduanal, de precios para que no estuvieran engañando a la autoridad en términos de subvaluación, y en el momento en que estabilicemos el impacto negativo desmedido a la industria, en ese momento se regresará al proceso de comercio internacional”, acotó Ildefonso Guajardo.

Autores

El Economista (México)