La entidad financiera tiene alrededor de 2.000 clientes activos y el pago de sus depósitos no superará los US$2 millones, según el titular del organismo de control, Pedro Solines.

Antes del 5 de septiembre, cuando se cumple el plazo para la devolución de los depósitos a los clientes del cerrado Banco Sudamericano, se podrían entregar las acreencias al 99,95% de los clientes, señaló el superintendente de Bancos, Pedro Solines.

Desde el lunes pasado, el Sudamericano entró en liquidación forzosa por problemas de solvencia.

La entidad financiera tiene alrededor de 2.000 clientes activos y el pago de sus depósitos no superará los US$2 millones, según el titular del organismo de control, quien enfatizó que frente a los US$900 millones que tiene la Corporación del Seguro de Depósitos (Cosede) se asegura plenamente la devolución de estas acreencias.

Según los análisis con que cuenta la Superintendencia, la mayoría de clientes tiene depósitos menores a US$32 mil, que es el techo de cobertura del seguro por depositante.

Quienes tengan un valor superior recibirán los US$32 mil y la diferencia la deberá pagar el liquidador nombrado para el banco.

Solines explicó que el liquidador del Sudamericano está validando la base de datos del banco para establecer la cifra definitiva de acreedores. Por eso, “a lo mejor no esperamos ni los diez días de término y la Cosede pague antes”, indicó Solines.

Luego, la Corporación ubicará los valores en las ventanillas del Banco del Pacífico, entidad designada para la devolución de los depósitos.

Solines informó que el directorio del banco envió a la Superintendencia, el jueves pasado, una carta en la que anunciaba que para demostrar buena fe había comenzado a llamar a sus principales clientes para pagar sus depósitos. El superintendente manifestó que las autoridades judiciales tendrán que investigar “esos retiros privilegiados de última hora”.

Explicó que tras la auditoría se determinó que si bien el banco tenía un patrimonio técnico de $ 7,63 millones, debía hacer ajustes por $ 14,37 millones, lo que dejaba un déficit de $ 6,73 millones.

Por ello, el 18 de agosto se comunicó a los directivos del banco que tenían que capitalizarlo hasta el 19 de agosto, dijo.

Los empleados del Sudamericano, en un remitido publicado el lunes pasado, aseguraron que no había déficit y pidieron que se nombrara a un auditor independiente.

Sin embargo, Solines respondió ayer que de los ajustes que debía realizar la entidad hay dos temas relevantes: una cartera por vencer de $ 3,7 millones, que no genera intereses, y aportes para futuras capitalizaciones de $ 4,5 millones sin sustentos documentales.

Explicó que no se ha justificado que el principal accionista del banco sea dueño de Fosforera Bolívar y que esta es propietaria del ente financiero. Dijo que la entidad debió desinvertir en la empresa como lo establece la Constitución.

También se detectó, indicó Solines, un estado financiero con la firma de un auditor que certifica no haber rubricado ese documento.