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Innovación en salud: buscando otro "El Dorado" en América Latina
Lunes, Junio 1, 2015 - 11:55

Si bien hay varios ejemplos en que la región avanza de manera correcta en fórmulas de innovación sanitaria, se requiere un ritmo más acelerado. El envejecimiento de la población centra el mayor foco.

*Este contenido es auspiciado por la Universidad de Miami. Los desafíos sanitarios de América Latina se desarrollan en un contexto complejo y cambiante, en el que aspectos como el envejecimiento poblacional y el cambio de los perfiles epidemiológicos se inter-relacionan con el cambio climático y la migración. Por ello, el principal horizonte de los centros de salud, sean públicos o privados, es que deben observar la realidad de manera dinámica y con una profunda mirada a largo plazo.

En ese punto es donde surge el concepto de innovación. Ferdinando Regalía, jefe de la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano del Desarrollo (BID), resumió a Bill Gates para dejar muy claro el camino por el que se debe transitar: si la idea es salvar vidas humanas, lo que se requiere es otro nivel de innovación, más allá de la tecnológica, una sistémica.

De allí es que el experto italiano si bien destacó como innovación el desarrollo de nuevos servicios y tecnologías, lo primordial es que el concepto se sustente en un cambio de rumbo hacia la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

"Los grandes espacios para la  innovación en esta materia se encuentran en estrategias integradas para promover estilos de vida saludable; mejorar la organización y gestión de los servicios para asegurar, cuando el usuario lo necesite, la continuidad de la atención entre los niveles del sistema de salud; desarrollar nuevas plataformas para la entrega efectiva de tecnologías de probada costo-efectividad y promover mecanismos de pago de los proveedores que premien la calidad", señaló.

Ello porque en América Latina una incidencia prioritaria la ocupan enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, cáncer y todos los riesgos asociados a estos problemas. Eso en un contexto de escasa autoconciencia: un estudio regional del organismo, que replica encuestas hechas en la OCDE, indica que entre el 31% y el 52% de los usuarios del sector público de salud reportan estar al día en un mínimo de medidas preventivas, frente a un rotundo 80% de los países desarrollados.

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Paciente remoto, una alternativa. Las características geográficas de la región también juegan un papel nada menor, ya que los servicios sanitarios deben acercarse a zonas remotas de una forma culturalmente apropiada, por lo que hay también en eso un espacio de soluciones innovadoras.

“En este plano, la tecnología juega un rol clave para dar un impulso a nuevos paradigmas. Por ejemplo, dada la escasez de personal en lugares como los descritos, existen centros de salud que ofrecen servicios no tradicionales  como la telemedicina o telediagnósticos. El cloud computing y el desarrollo de nuevos modelos asistenciales permite -por ejemplo- consolidar modelos de cuidado de pacientes crónicos en casa, en función de la complejidad de cada caso, reduciendo así costos hospitalarios innecesarios”, explicó Regalía.

Es más: este modelo de salud cruza una nueva frontera y logra que el usuario vaya asumiendo un mayor protagonismo y responsabilidades más profundas en la gestión de su enfermedad cuando puede consultar su expediente de salud personal, acceder a toda su historia clínica o recibir las recomendaciones de cuidado sin necesidad de acudir al centro de salud o al hospital.

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Alianzas público-privadas, la llave maestra. Para el profesor Steven G. Ullmann, director del Center for Health Sector Management and Policy de Facultad de la Administración de Empresas de la Universidad de Miami, el hecho que los países desarrollen soluciones innovadoras en el sector de salud sólo genera círculos virtuosos.

El académico e investigador destacó que "la inversión tecnológica y la innovación en América Latina proporciona el más alto nivel de diagnóstico y tratamiento de las necesidades de atención médica, en una región en que existen países que han realizado en estas áreas labores de vanguardia y algunas de las más avanzadas en el mundo, incluyendo la comparación con Estados Unidos".

Ullmann indicó que la tecnología relacionada al cuidado de la salud en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México es -efectivamente- de vanguardia. "El asunto es que aún esos avances no se trasladan a experiencias positivas relacionadas con la prevención, considerando que existen los mecanismos para hacerlo", advirtió.

"El desarrollo de alta tecnología orientado hacia la prevención, y a cargo del profesionales altamente capacitados, lo único que trae es beneficios a la población cuando ésta tiene acceso", enfatizó el experto estadounidense.

En este punto debe considerarse un aspecto clave en la base de acción de un sistema sanitario innovador: la coordinación entre los sectores público y privado, principales actores en la entrega del servicio. El experto colombiano Roberto Esguerra, gobernador del Capítulo Colombia del American College of Physicians, destacó que ese nexo es una condición sine qua non para el éxito de una política con estas características.

“Para nuestra región la coordinación y la suma de esfuerzos entre el sector público y privado son imprescindibles, ninguno de los dos es capaz de obtener logros importantes que impacten la salud de la mayoría de la población, sin el concurso del otro”, señaló enfático.

Comentó que puede variar la proporción de participación de cada uno entre un país y otro, dependiendo de sus propias realidades, pero es básico evitar la repetición de servicios. “Debemos terminar con la duplicación en los dos sectores y aún la competencia entre éstos, lo más importante es sumar esfuerzos. Se observa, en general, un creciente interés entre los organismos multilaterales para el financiamiento de Apps -alianzas público-privadas- en toda América Latina”, dice.

La idea es remarcada por su colega y compatriota Andrés Aguirre, director del Hospital Pablo Tobon Uribe, en Medellín. Para el médico, efectivamente cada uno por sí solo no son capaces de enfrentar este desafío.

“Los sistemas de salud son hoy en día un asunto público, pero requieren la armonización con el sector privado. La innovación se da mucho mejor en este último, pero la salud pública no puede seguir leyes de mercado. Las alianzas público-privadas son necesarias. Un sector salud sólo privado tiende a maximizar la renta, descuidando situaciones de salud que requieren ser atendidas, pero que no dejan buen margen -o son a pérdida- , mientras que un sector sólo público cae fácilmente en la inflexibilidad y en ineficiencias burocráticas”, subrayó.

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Algunas buenas experiencias. Colombia es hoy una verdadera estrella de Belén en el horizonte de la innovación sanitaria. Según explicó el director general de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), Juan Carlos Giraldo, son cuatro los principales factores que ayudan al éxito de la atención de salud en ese país: instituciones hospitalarias con un claro compromiso con los pacientes; una adecuada mezcla del sector público con el privado; condiciones favorables para el desarrollo de la industria nacional y multinacional; y gremios interesados en abordar los problemas de salud en todas sus dimensiones, ya sea a corto, mediano y largo plazo.

Desde el BID estas experiencias son vistas con ojos muy interesados. "Las alianzas público-privadas pueden jugar un rol crítico en la expansión y mejoramiento de la calidad de los servicios sanitarios a un costo razonable; nuestro organismo ha contribuido a forjar estos encuentros", indica el experto Ferdinando Regalía.

Un ejemplo es la Iniciativa de Salud Mesoamérica 2015 (SM2015), instancia que reúne a las fundaciones Bill & Melinda Gates y Carlos Slim, con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, el BID y los ministerios de Salud de los ocho países de Mesoamérica participantes.

SM2015 respalda los esfuerzos de los gobiernos de la región en el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en materia de salud, a través de inversiones en intervenciones de probada eficacia para el 20% más pobre de la población, principalmente mujeres y niños menores de cinco años.

La iniciativa apoya la extensión de la cobertura, calidad y utilización de servicios básicos de salud reproductiva materna, neonatal e infantil; nutrición materna e infantil y vacunación, mediante la introducción de innovaciones biomédicas, nuevos modelos de gestión de servicios y un modelo de financiamiento basado en resultados verificados de forma rigurosa e independiente.

Otro ejemplo de innovación en el espacio público-privado es el proyecto Spoon, que realiza en México, Colombia, Perú y Guatemala, cuyo principal objetivo es combatir la desnutrición y obesidad infantil y para ello se concentra en mejorar las prácticas de alimentación infantil, incluyendo la lactancia materna, además de la promoción del uso de suplementos nutricionales innovadores con vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales que los niños necesitan entre los seis y 24 meses de edad.

Otros ejemplos variados pueden ser el caso de Argentina, en donde la industria y las entidades públicas acordaron la reducción del contenido de la sal en la elaboración del pan, lo que busca en el mediano y largo plazo reducir la importante carga sanitaria que implica enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales.

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El acceso de la población, un gran reto. En América Latina y el Caribe existe una variedad de factores que limitan el acceso a una atención médica oportuna y de calidad. Éstos van desde la escasez de recursos  (humanos, de infraestructura, equipamiento y medicamentos, entre otros), hasta las características geográficas y socioeconómicas.

La estructura de la demanda -como se ha apuntado- cambia profundamente debido a un acelerado envejecimiento de la población y al crecimiento urbano, especialmente en ciudades intermedias.
De allí es que las soluciones innovadoras en materia sanitaria son un camino potente para aumentar las opciones de acceso, así como para mejorar la eficiencia del sector.

Un estudio de la Cepal identificó las principales dimensiones en el que este tipo de esquemas ayudan a enfrentar los requerimientos de la población: eficacia, eficiencia, seguridad, calidad, generación de conocimiento, impacto en la economía e integración. Cada una de ellas se vincula a los diferentes ámbitos de aplicación: prevención, diagnóstico, tratamiento, monitoreo, educación sanitaria, gestión de los servicios y comercio electrónico en el sector salud. "Los beneficios y externalidades positivas alcanzan a los pacientes y ciudadanos en general, a los profesionales de la salud y al conjunto de la sociedad por sus efectos en términos de crecimiento económico", concluye el informe.

Para el profesor de la Universidad de Miami, Steve Ullmann, los principales retos para la región se encuentran en el financiamiento y en el acceso. En lo primero, el experto señala que "las tecnología que permiten el desarrollo preventivo de la salud son muy caras y no siempre resultan rentables en el tiempo. Las organizaciones de salud y los gobiernos pueden no contar con la capacidad para financiar dichas inversiones".

Señala que este punto resulta crucial considerando que América Latina "ve el envejecimiento significativo de su población, con consiguientes impactos intensos en los costos".

Con respecto al acceso, el experto estadounidense lo sitúa como "el gran reto". Ello porque "si la tecnología es cara, un porcentaje importante de la población nunca tendrá la oportunidad de usarla, lo que genera una problemática y mala distribución de los recursos sanitarios", enfatiza.

*Este contenido es auspiciado por la Universidad de Miami.

 

 

 

 

 

 

Autores

Claudio Pereda Madrid