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La industria gráfica uruguaya en "crisis" y "luchándola" para reconvertirse
Domingo, Septiembre 4, 2016 - 09:54

Gutiérrez pinta un panorama complejo para la industria gráfica en Uruguay. "Hoy día es un rubro en crisis, estamos luchándola y viendo cómo reconvertirse, cómo mantenerse", afirmó.

Montevideo. La industria gráfica tiene un fondo de vivienda y entre los trabajadores del sector se sortea la posibilidad de acceder a una de las unidades disponibles. En el último edificio que se construyó –Gráficos II–, la mitad de los propietarios (50%) ya no están empleados en el rubro. El presidente de la Asociación de Industriales Gráficos del Uruguay (AIGU), Daniel Gutiérrez, ilustró de esa manera cómo la "crisis" que atraviesa el sector ha impactado en la pérdida de puestos de trabajo de personas que tuvieron que salir a buscar empleo en otra actividad.

Gutiérrez pinta un panorama complejo para la industria gráfica en Uruguay. "Hoy día es un rubro en crisis, estamos luchándola y viendo cómo reconvertirse, cómo mantenerse", afirmó.

La película incluye pérdida de rentabilidad, concentración del negocio en menos jugadores y despido de trabajadores.

El índice de volumen físico de encuadernación, impresión, edición, grabación y reproducción sobre papel, excepto diarios y revistas, cayó en junio (último dato disponible) 9,7% respecto a igual mes del año pasado, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cantidad de horas trabajadas, en tanto, descendió 16,6% en igual período.

La gremial señala un punto de inflexión en los últimos años: la aparición en escena de la factura electrónica.

En 2011, el gobierno echó a andar un plan piloto –que en una primera fase incluyó a cerca de 20 empresas de diferentes rubros–, que otorgó la misma validez legal y tributaria que tiene una factura u otros documentos con soporte en papel al denominado comprobante fiscal electrónico.

Meses más tarde, la gremial expresó que, según sus cálculos, la implementación del sistema de factura electrónica pegaría en las ventas del sector gráfico. Se perdería, advirtieron, entre 30% y 42% del volumen de negocios.

Pese a no contar con datos actualizados que den cuenta de si esas proyecciones se cumplieron, la gremial entiende que fruto de que muchas de las imprentas del país "viven" de las facturas, el avance de la opción electrónica ha hecho que descienda el trabajo. Algunas firmas, incluso, han decidido bajar la cortina, indicó Gutiérrez.

Actualmente, alrededor del 50% de la facturación que se realiza en el país ya se hace de manera electrónica, indicaron fuentes de la Dirección General Impositiva. El objetivo del ente recaudador es trepar al 60% para el final del período de gobierno. Para este año, en tanto, la meta es que 4.000 empresas se sumen a esa modalidad. Actualmente hay unas 3.700 empresas que se adhirieron al sistema.

Ante las gestiones que la gremial hizo frente a diferentes organismos del gobierno, recordó el dirigente, la respuesta obtenida fue que de cara al futuro, las imprentas debían reconvertirse.

Si bien Gutiérrez dijo que hay "que adaptarse a las circunstancias", también indicó que en el sector trabaja "mucha gente mayor", a la que se le hace cuesta arriba cambiar la manera en la hizo las cosas siempre. "Lo que estamos tratando todos los gráficos hoy día es aggiornarnos, adaptarnos a las nuevas tecnologías, y tratar de reconvertirnos en lo que podamos", comentó. Una de las vías para lograrlo es incorporar una unidad digital, añadió.

En el contexto actual, definir estrategias para seguir en el mercado es lo que desvela a los empresarios del sector, señaló Gutiérrez. "Es lo que se piensa desde que abrís la puerta, craneando qué podés hacer para sobrevivir y mantener la empresa", comentó.

ANTEL no es la primera empresa que decide incentivar el adiós al papel. Desde marzo, Movistar cobra $ 30 por el envío de la factura. Las instituciones financieras, en tanto, también fomentan el cese del envío del estado de cuenta físico.

En 2015, el Correo fue responsable de la mayoría de las cartas que se enviaron en Uruguay: 39% (alrededor de 48,5 millones), según los últimos datos de la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones. Le siguieron UTE (10%), UES (8%), ANTEL (8%), OSE (7%) y Tiempost (7%).

El vicepresidente ejecutivo de Tiempost, Rubens Martínez, comentó a El Observador que la disminución en la cantidad de facturas enviadas tiene un "impacto directo" en su negocio. Sobre todo, complementó, han sentido la caída de los estados de cuenta de las tarjetas de los diferentes bancos. De todas maneras, agregó que "no se puede ir contra eso", por lo cual se debe "adaptar el negocio a una nueva realidad".

Por su parte, el gerente general de Plaza Correo, José Gómez Platero, comentó que hay un "gran interés" de las empresas para evitar el envío y así –en época de desaceleración económica, además– bajar costos.

Plaza Correo (que el año pasado movió el 4% de las cartas que se enviaron) no sintió un gran impacto todavía, explicó Gómez Platero. Eso responde, agregó, a que muchas empresas siguen utilizando la factura como una herramienta de marketing directo, por un lado, y a que otras que habían dejado de enviarla percibieron que facilitaba el incremento de morosos.

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